Lo hemos comprobado en más de una ocasión: los años ’80 fueron una década de desenfreno en la que se crearon todo tipo de vehículos y se dieron numerosas colaboraciones que hoy serían casi impensables. Una de estas asociaciones unió a Toyota y a la California Highway Patrol (Patrulla de Carretera de California), uno de los cuerpos policiales del estado de California, para que llevaran a cabo un programa de pruebas con coches patrulla un tanto diferentes.
En algún momento de la década de 1980, Toyota decide que sus coches son aptos para convertirse en vehículos de Policía. Sin embargo, para hacerlos funcionales requieren de una serie de modificaciones, mejoras que vienen dadas por el especialista Toysport, considerado el primer distribuidor de piezas TRD (Toyota Racing Development) de Estados Unidos, con Joel Luz al frente de la empresa.
La historia del Toyota Camry de Policía que equipaba el motor del Celica del WRC
Los coches eran, en su mayoría, unidades con motores de cuatro cilindros o V6 de aspiración natural que tenían como principal objetivo testar características como la capacidad de tracción sobre nieve (para que los agentes no tuvieran que poner y quitar las cadenas), al mismo tiempo que desempeñaban sus funciones policiales habituales en un patrullero.
Además, el motor recibió una serie de modificaciones que, según el propio Joel Luz, permitía al coche de Policía ofrecer “fácilmente entre 280 y 300” CV de potencia y “un poco más de par”. El propulsor estaba asociado a un cambio manual de cinco velocidades que repartía la potencia entre eje delantero y el trasero, donde se encontraban diferenciales de deslizamiento limitado y llantas de 15 pulgadas con neumáticos Goodyear.
Modificaciones para adaptarse a los requisitos para ser coche de Policía en Estados Unidos
Entre los requisitos para ser aprobado como coche de Policía, el Toyota Camry debía equipar un asiento donde cupiera un agente con el cinturón de servicio, por lo que se instalaron asientos Recaro específicos. También debía permanecer al menos una hora con el motor parado y todos los componentes eléctricos conectados, y más importante aún, que pudiera saltar un bordillo de 20 centímetros de altura 20 veces sin sufrir daños, lo que obligó a implementar mejoras en el chasis y la suspensión.
No se sabe exactamente qué ocurrió con el Toyota Camry de Policía que equipaba el motor del Celica del WRC, aunque se cree que lo más probable es que acabara siendo destruido. Tampoco se conocen detalles surgidos del programa de pruebas de Toyota y la California Highway Patrol.