Contacto en Córdoba: Ducati Scrambler Icon 800

Es una de las motos ensambladas por el Grupo VW en Argentina. Opina Pablo Bri.

Desde Córdoba – Antes que nada, un poco de historia. Mi relación amorosa con Córdoba y sus rutas surge antes de mi relación con las motos, quizá porque el primer viaje al que me llevaron mis padres fue a dicha provincia en un Renault 18, con el cual mi papá canalizó su “Recalde interno” por los caminos de ripio, los cuales comenta que yo disfruté mucho a mi temprana edad. Llegada mi adolescencia, a medida que iba adquiriendo un nuevo auto, siempre trataba de trasladarme a la provincia a modo de “bendición” de la unidad, para unos días de manejo por las rutas, acompañado de un menú que incluía criollitos, salamín, lomitos, papas con huevo, fernet (no durante el manejo) y alfajores, no precisamente en dicho orden. Sin embargo, nunca dejé de prestar atención a la cantidad de motociclistas que cruzaba en cada escapada y sus comentarios sobre la experiencia de manejo por dichas rutas en dos ruedas.

Pero volvamos al presente, cuando recibí la invitación al Press Tour de Ducati Argentina, no fueron necesarios ni cinco minutos para dar el “sí”. Si el mensaje que recibís contiene las palabras “Ducati”, “Córdoba” y “manejo”, ¿qué más tenés que pensar? Encima era dentro de la semana de mi cumpleaños, por lo que lo consideré un regalazo. Ya tenía preparada la valija -con todo el equipo de LS2 y NTO, obvio- desde que me lo confirmaron. Este viaje también significaba mi primer evento oficial como staff de Motor1 Argentina y, sinceramente, mi primer experiencia en los queridos caminos cordobeses a bordo de una moto. Las expectativas -y los nervios- estaban claramente en niveles altísimos.

El Factory Tour del Día Uno me encantó por las razones comentadas en la nota anterior (leer acá). El hecho de ingresar a una fábrica, reducida, pero de una de las marcas más importantes del motociclismo, y en tu país, es un montón. Pero el plato fuerte estaba claramente en el Día Dos. Ducati puso a disposición unidades de la Scrambler Icon 800 para hacer un recorrido de más de 200 kilómetros, que incluía todo lo que uno quiere cuando viaja a manejar: curvas, paisaje y algo rico para comer al final. Tuvimos la oportunidad de probar la Scrambler en distintas condiciones y comprobar que no es tan urbana como se la plantea. La ruta propuesta por el equipo de Ducati Riding Experience fue saliendo de Córdoba Capital, hacia Villa General Belgrano, pasando por Alta Gracia, Salsipuedes y haciendo una parada en el mirador del Dique Los Molinos. Hubo una parada para combustible en Villa General Belgrano y después nos trasladamos hacia el lado de San Clemente, para almorzar en una estancia a la cual accederíamos por un camino de ripio que nos serviría también para probar las capacidades de la moto en lo suelto. Desde ahí volveríamos por la ruta que lleva a Altas Cumbres, en nuestro regreso a Córdoba Capital.

Pero pasemos a la estrella de la jornada. Para quienes no la conozcan, la Ducati Scrambler es posiblemente la moto más “urbana” del lineup de la marca italiana. Un modelo lanzado en Argentina en marzo de 2016, pero basada en un clásico de la marca que data de los años ‘60, que se creó principalmente para conquistar el mercado norteamericano. Tiene un diseño clásico pero moderno.

Llegó a nuestro país en una variante llamada Sixty 2, que equipaba un motor 400cc y la Icon, con el de 800cc. Esta última, desde el año pasado, pasó a tener una relevancia mayor, ya que fue la primera Ducati ensamblada en nuestro país (ver nota).

La Scrambler Icon 800 tiene un precio de lista de 26.200 dólares y la prueba de contacto se reproduce a continuación.

DISEÑO

Así como valoramos el diseño de Frank Stephenson en la reinvención de Mini, hace ya 20 años, hay que apreciar el trabajo del equipo de diseño de Ducati, cuando hace 10 años presentaron la Scrambler. Esta reinterpretación del diseño se nota principalmente en el tanque, tomando la referencia del bitono, cambiando la combinación color/cromado por color/aluminio en esta nueva versión. La paleta de colores, sin embargo, no es muy amplia: Amarillo o Rojo, además de una variable llamada Icon Dark, que cuesta un poco menos y sólo se ofrece en negro mate (los colores argentinos de la foto corresponden a un ejemplar de exhibición, cuando se inició la producción local).

Es una moto llena de detalles, sin estar sobrecargada de partes y quizá ahí es donde radica la belleza de la moto. No necesita exceso de plásticos o de líneas filosas para llamar la atención. Ni siquiera necesita gritar que es “Ducati”: la marca sólo la vemos grabada en las carcasas del motor, en la parte trasera del asiento y después aparece tímidamente en el emblema del modelo. Quizá la parte trasera de la moto sea mi favorita, con un farol full LED que se esconde entre el asiento y el guardabarros, cambiando la posición de la patente a un soporte que también funciona de corta spray (que va agarrado al horquillón trasero).

La cubierta 180/55 R17 del modelo MT-60 RS de Pirelli, que calza atrás (adelante lleva 110/80 R18 y ambas llantas son de aluminio negras, con detalles maquinados) hace que el conjunto se vea hermoso. Para seguir con el asiento, a primera vista puede parecer raro: se lo ve grande y desproporcionado, pero uno lo entiende más cuando busca imágenes de la Scrambler original.

De frente, tiene un farol redondo que incluye un anillo LED que funciona como DRL y una óptica halógena, que no hemos podido comprobar su potencia lumínica, pero sí podemos comentar que trae iluminación automática (desconectable por medio de un botón en el puño, lo cual resulta muy útil en rutas como las de Córdoba, donde las luces bajas son obligación en todo momento y bien sabemos que la Policía Caminera se encarga de hacértelo saber).

POSICIÓN DE MANEJO

Con 798 mm de altura al asiento -el cual es ancho y está hecho en una sola pieza- subirse a la moto es una tarea muy sencilla. Al ubicarse, uno nota que el manubrio -de forma alta y ancha- resulta muy cómodo para terminar de ubicarse. A ambos lados, quedan cómodos los comandos, iluminación y control de la computadora de abordo del lado izquierdo (como detalle, las luces de giro están equipadas con desconexión automática, algo que debería verse cada vez más en las motos), control de encendido y corte eléctrico, junto con la apreciada baliza y el botón que desconecta la iluminación automática, del lado derecho.

Uno queda con las piernas en una posición cómoda al colocar los pies en los pedalines (aluminio con antideslizantes de goma, que no se pueden extraer), y sólo tiene que tener cuidado de no quemarse con el escape (pese a que tenga difusor, queda a la altura del muslo). Este cuidado hay que tenerlo de manera especial cuando se usa equipo de lluvia, como tuvimos que hacer en la primer parte del recorrido. Con todo esto, uno toma una postura erguida, con los brazos bien hacia los extremos, que resultan en una comodidad para moverse en curvas, pero que complica un poco al querer moverse a alta velocidad.

El instrumental consta de una única esfera LCD colocada en una posición descentrada hacia la derecha, que queda algo raro, pero suma en ese diseño que podría salir de un taller de customización. La información es muy completa: incluye tacómetro, indicador de combustible, velocímetro e indica si la pata lateral está puesta, aunque el tacómetro no es tan sencillo de leer, y lleva un poco de tiempo acostumbrarse al uso de sus funciones, entre las que incluye dos odómetros parciales, autonomía del tanque y -como detalle- un termómetro exterior. Se suman a este cuadrante, testigos varios, incluídos los shift-lights.

SEGURIDAD

Pasando al apartado de frenos, posee ABS de doble canal con asistencia en curva (firmado por Bosch) y equipa adelante un disco de 330 mm con pinza radial de cuatro pistones de la marca Brembo (se ven hermosos) y un disco de 245 mm atrás.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Pasando a la parte técnica, la Scrambler consta del clásico motor bicilíndrico en L, Desmodrónico, refrigerado por aire, de 803cc que brinda 73 cv a 8.250 rpm y un torque de 66.2 Nm a 5.750 rpm. Está montado en un chasis multitubular. La transmisión es de seis marchas, accionada por un embrague con antirrebote. El tanque de combustible aloja 13.5 litros, que cantaron una autonomía cercana a los 300 kilómetros en el uso que dimos en Córdoba. Posee una suspensión Kayaba del tipo invertida adelante. Atrás, un monoamortiguador que permite regular la precarga de la misma marca.

COMPORTAMIENTO

їQuГ© decir del comportamiento de una Ducati? Uno puede ir paseando y de manera instantánea, sin mucho rebaje mediante, salir ágilmente. De todas maneras, uno puede circular a baja velocidad en una marcha alta, sin graves corcoveos, pero el embrague antirrebote ayuda mucho en el manejo en las rutas sinuosas, donde probamos la moto.

Un aspecto muy destacable de la moto es su ciclística, ya que es muy llevadera y se siente liviana al manejarla, más allá de los casi 190 kg que declara en orden de marcha. el ancho de las cubiertas también brinda mucha seguridad al moverse en curvas.

Como comenté al principio, tuvimos la chance de ingresar al ripio, para también poder probar la moto en estas condiciones. Debo admitir que me llamó mucho la atención. Sin tener unas cubiertas específicas para off-road, estas Pirelli se comportan de manera excelente tanto en el asfalto, como en lo suelto. Quizás lo más destacable sea la suspensión, brindando un cómodo andar, sin mostrar complicaciones. Es posible divertirse por un rato, sin necesitar una moto de neto tinte aventurero. Es lógico aclarar que han existido en el lineup de Ducati en nuestro país las versiones X de la Scrambler, con un enfoque más orientado al off-road.

CONCLUSIÓN

Desde su lanzamiento, siempre me gustó la Scrambler. Había tenido oportunidad de probar la Icon de un amigo hace un tiempo, pero fue un breve contacto barrial, de unos pocos metros. Sin embargo, esta chance que nos brindó Ducati me sirvió para corroborar que la Scrambler es posiblemente la mejor moto para hacer recorridos como los que propone Córdoba. La chance de encontrarse con un camino de ripio o de tierra es más fácil que, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires. Con la Scrambler, uno puede moverse ágilmente por la ciudad, como así también circular a velocidades legales de manera cómoda en las rutas y autopistas. Pero siempre con la posibilidad de salirte del asfalto, para divertirte sin problemas en caminos sin asfalto. Su valor sugerido de 26.200 dólares (y 25.200, para la Icon Dark). Ducati anuncia sus valores a una cotización de “dólar oficial BCRA”, pero en la práctica los concesionarios cobran cotizaciones muy dispersas. Es lo mismo que está ocurriendo con la Multistrada V2 (ver nota).

Más allá de esa distorsión en los precios, muy habitual en la Argentina de hoy, uno se está llevando a su casa una moto de una calidad altísima, con un nivel alto de componentes y un gran desarrollo. Es un ícono en el mundo de las dos ruedas. Los caminos de Córdoba y la Scrambler se llevan muy bien. Tal vez por eso decidieron establecer ahí la tercera planta de producción de Ducati fuera de Italia.

P.B.