Es la evolución de la PCX 150. La vamos a probar una semana. Primera nota.
Me gusta probar scooters. Siempre pensé que son una buena puerta de entrada para quien nunca tuvo una moto. En especial para los automovilistas, que sueñan con un vehículo que les permita zafar del tráfico. Y, desde el punto de vista de la practicidad, el scooter es el vehículo perfecto para trasladarse por las grandes ciudades: tienen diseños limpios, caja automática, un buen baúl bajo asiento y consumo reducido. Por desgracia, en Argentina los scooters suelen costar mucho más que una simple moto de cilindrada similar. Y ahí radica su principal desventaja.
Es la evolución de la conocida PCX 150, ahora con mayor cilindrada y varias mejoras en la seguridad. Por ejemplo, tiene frenos ABS y control de tracción, para ponerse a la par de su su histórica rival: la Yamaha NMX 155.
Durante la próxima semana voy a manejar la nueva PCX 160 en su versión tope de gama: Deluxe, que tiene un precio de lista de 6.169.700 pesos.
P.B.
Pero hay una versión de entrada a gama que arranca en 5.990.000 pesos.
La crítica completa se publicará la semana que viene.
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