De un desastre irreconocible a una obra maestra demasiado hermosa para sacarla fuera del garaje.
Los proyectos de restauración son siempre satisfactorios de ver (también de realizar si tienes los suficientes conocimientos), especialmente cuando se trata de una motocicleta icónica como la Honda VFR400 NC30.
La ‘pequeña’ deportiva es una de las motos que introdujeron en el motociclismo a muchos aficionados, y es un sueño que muchos quisieran poseer algún día. Este vídeo de restauración de RRC Restoration, en su página de YouTube, es un ejemplo de esos especialistas con un don especial para los arreglos exhaustivos, gracias a su impecable atención al detalle.
El vídeo de arriba trata sobre la restauración de carrocerías, algo que creo que es lo más fascinante de ver. Es increíble comprobar cómo esta Honda puede pasar de ser un desastre total a una obra maestra de exposición. Por supuesto, uno no puede evitar dejar de aprender cosas y detalles del proceso.
La moto venía con una pintura negra personalizada
Empezando con la carrocería de la moto en piezas, acabada con un trabajo de pintura personalizada totalmente negra. Los chicos de RRC Restorations se pusieron manos a la obra y retiraron la pintura de cada uno de los paneles.
Haciendo uso de una combinación de decapante y grasa, a la antigua usanza, hicieron que pareciera un trabajo fácil. Pero lo más probable es que les llevara horas, o incluso días, despojar completamente a la moto de su pintura personalizada, así como del color original que había debajo.
Es interesante observar que el anterior propietario parecía haber pintado a spray sobre la pintura existente, en lugar de prepararla adecuadamente para una nueva capa con su tono preferido.
Con estos paneles ya sin pintura, nos encontramos con un tutorial de reparación de plásticos bastante efectivo. A falta de trozos de plástico en el carenado y el frontal, RRC Restoration utilizó una técnica de soldadura de plásticos que implicaba puntos de sutura y esteras de plástico. Todo se fundió por ambos lados, se lijó y se dejó bonito con masilla flexible.
A continuación vino la fase de pintura. RRC Restorations eligió la icónica combinación de colores Ross White/Fighting Red/Dakar Blue de la VFR400, sin duda la mezcla más llamativa disponible para la moto en ese momento.
Cada panel se imprimó y pintó minuciosamente, y se preparó para el montaje final. Cuando todo estaba terminado, vemos cómo la moto tomó forma rápidamente: pasó de ser un desastre casi irreconocible a una obra maestra que bien podría ser demasiado bonita para conducirla.
Reparación de plástico en la carrocería de la moto
Este icono clásico ha recuperado su antiguo esplendor
Pero, por otro lado, vídeos como éste hacen que parezca engañosamente fácil restaurar una moto, y menos aún una tan legendaria como la VFR400. RRC Restorations explica que, a pesar de ser su mejor restauración hasta la fecha, no quiere volver a trabajar en un ejemplar de la Honda.
¿Por qué? Simplemente por lo raras que son las piezas. Para motos como ésta, las piezas no sólo son caras, sino que son bastante complejas de montar y tardan bastante en llegar.
Muchos aficionados metidos en la restauración de motos clásicas pasan mucho más tiempo arreglando sus máquinas que montándolas. Algunos de ellos ni siquiera han disfrutado de ellas, y algunos proyectos llevan años, si no décadas, en el banco de trabajo. Por eso, un video de restauración como éste tiene el valor de completar un proceso, por momentos, titánico.
