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Volkswagen, Volvo, Renault y Ford meten el freno a sus inversiones en coches eléctricos

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Las empresas automovilísticas están atravesando un momento delicado con sus inversiones. | Foto: RRSS / Renault

Las grandes empresas automotrices atraviesan un momento delicado con sus inversiones en los coches eléctricos.

El ejemplo más claro es el de Volvo. La marca sueca anunció en la semana que dejaría de inyectar dinero en la compañía de coches eléctricos de lujo y le traspasaría la responsabilidad al grupo chino Geely Holding.

Detrás de este movimiento, del que se han contagiado otras empresas del sector, se esconde una dura realidad: el mercado de coches eléctricos está atravesando un momento especialmente duro debido a la caída de la demanda.

Incluso, un gigante como Tesla, comunicó que sus previsiones para este 2024 no eran muy alentadoras.

Entre los motivos, según recoge The Verge, se encuentran las elevadas tasas de interés y el descenso de la demanda, que ha llevado a los principales fabricantes a reducir o retirar sus compromisos financieros para el futuro.

Una posición aún más complicada están viviendo los coches autónomos, que no terminan de llegar

Por su parte, los vehículos autónomos se encuentran con la dificultad de transmitir seguridad a la gente, lo que hace que sus inversiones decaigan.

Un ejemplo de esto es Argo.ai, que fue abandonada por Volkswagen y Ford.

Otro ejemplo es General Motors y Cruise. Esta misma semana, el gigante de Detroit ha comunicado que va a reducir su participación en la empresa de coches autónomos para «frenar la quema de efectivo».

Sin embargo, GM afirma que sigue comprometida con la empresa, a pesar de tener dos investigaciones abiertas por el atropello a un peatón.

La consejera delegada de GM, Mary Barra, declaró que la empresa «reorientará y relanzará» Cruise a finales de este año.

Entre mediados y finales de la década de 2010 fue una época dorada para la tecnología automovilística

Adquisiciones, alianzas y joint ventures; las empresas pensaban que si repartían los enormes costos asociados al desarrollo de vehículos eléctricos y autónomos entre al menos dos presupuestos, aumentarían las probabilidades de éxito y los enormes beneficios.

Pero como las tasas de interés se mantienen obstinadamente altas y las rarezas macroeconómicas dificultan cualquier predicción sólida sobre el futuro, podría haber más escisiones en el horizonte.

Renault y Volkswagen se unen a la tendencia

Según informa Cinco Días, Renault y Volkswagen han tomado la decisión de parar sus planes de sacar a bolsa sus respectivas divisiones de vehículos eléctricos.

Entre los motivos se encuentra la mala situación del sector y las malas previsiones que ha ofrecido Tesla.

Renault confirmó que suspendía la salida a bolsa de Ampere, su filial de coches eléctricos. Según recoge en medio en declaraciones del departamento de análisis de UBS, el caso de la francesa no debe sorprender a la vista de “la escasa confianza que despierta en este momento el mercado de coches eléctricos” y las valoraciones iniciales obtenidas.

De hecho, igual que pasó con el caso de Renault, los accionistas aplauden esta decisión, ya que podían llegar a ver como un lastre este apoyo continúo a un negocio que, de momento, no les está siendo rentable.

En una posición parecida queda Volkswagen, que tenía la intención de sacar a cotiza PowerCo, su división de baterías.

La compañía no considera que sea el momento oportuno en un mercado eléctrico que no crece lo suficiente, aunque VW afirma que el interés de los inversores en PowerCo “sigue siendo alto”.

El consorcio está estudiando cómo mejorar sus márgenes porque siente que no es competitiva con las marcas chinas, Tesla y el resto de fabricantes que han entrado con mayor o menor fuerza en el vehículo eléctrico.

Todas estas preocupaciones las ha despertado la compañía de Elon Musk

Desde su presentación de resultados, las acciones de Tesla han caído un 10% y su valoración bursátil se ha reducido en 65,100 millones de dólares.

Sin embargo, el no cumplir ni con sus plazos de entrega —el último ejemplo ha sido el Cybertruck— ni con la llegada de productos nuevos, como los coches autónomos, hace que la confianza de los inversores decaiga.

Además, el sector se están enfrentando a la llegada de nuevos competidores, siendo especialmente relevante marcas como BYD y el resto de chinas, que han aglutinado una demanda en decaída.

De hecho, esta empresa consiguió vender más vehículos eléctricos que Tesla en el cuarto trimestre de 2023.

Para responder a esta llegada, Tesla decidió entrar en una guerra de precios que, lejos de darle alegrías, ha hecho que su situación haya empeorado.  Sin embargo, la caída de las ventas va a agudizarse este año, porque muchos países han eliminado las ayudas a la adquisición de coches eléctricos.

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