Hemos llevado a cabo una prueba a fondo del Volkswagen T-Cross. Es uno de los SUV urbanos más caros pero también uno de los más convincentes. Comencemos por conocerlo un poco mejor…
¿Qué es el Volkswagen T-Cross? Si te lÃas con los nombres de Volkswagen, no te culpo, es normal. T-Cross, T-Roc… En sÃntesis, T-Cross es el pequeño y T-Cross el que es un poco más grande. El T-Cross fue lanzado a finales de 2018 sobre la plataforma MQB A0 del Grupo VW, que es la que emplean los modelos urbanos del conglomerado, como el Audi A1, el Seat Ibiza, el Skoda Fabia y el Volkswagen Polo, con el que comparte casi todo.
Sin embargo, el T-Cross es más grande que el Polo. Mide 4,23 metros de largo, 1,78 metros de ancho y 1,58 metros de alto. Ofrece un habitáculo muy espacioso, como veremos en la segunda parte de la prueba, y actualmente se comercializa con tres motorizaciones y dos acabados, configuraciones que cambiarán sensiblemente en los próximos meses porque el restyling del T-Cross 2024 ya está preparado.
Sí, es caro, bastante para tratarse de un SUV urbano por mucho que sea de los mejores. El Paquete R-Line exterior e interior, por cierto, sale por 2.440 euros y añade paragolpes específicos, taloneras, llantas de 18″, tapicería exclusiva, pedales metálicos, volante deportivo y algunas molduras decorativas.
¿Qué podemos esperar de este coche? Bueno, en base a mis experiencias previas a sus mandos, creo que estamos ante uno de los SUV urbanos que mejor resultado da, si bien su precio es un importante obstáculo porque hay alternativas apreciablemente más económicas. Pero bueno, continuemos analizando su interior, lo cual conformará la segunda parte de esta prueba…