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Los últimos meses nos han demostrado que algo está cambiando en la industria del automóvil europea en lo que respecta a una apuesta por una movilidad 100% eléctrica que parecía absoluta e inquebrantable, con la meta puesta en 2035 con el final de la venta de coches de combustión en 2035.
La UE abrió la puerta a los combustibles sintéticos y entre medias y con el espoleo de Tesla, otras marcas han comenzado a rebajar considerablemente el precio de sus modelos eléctricos ante unas ventas de coches de 0 emisiones que han comenzado a resentirse respecto a las previsiones. Y a esto se suman los anuncios de algunas marcas que han comenzado a replantear una hoja de ruta que en muy pocos años iba a hacer desaparecer el coche de combustión de su oferta incluso antes del final de esta década.
El último ejemplo llega de la mano de Mercedes-Benz, una de las marcas que ya desde 2021 se mostró mas ambiciosa y ágil en su transición a lo eléctrico y que puso 2030 como fecha para el final de su oferta de coches de combustión dentro de la marca. Sin embargo tras la presentación de resultados de 2023, Olla Kallenius, máximo responsable de la marca, ha anunciado ahora, ante una demanda de coches eléctricos que aún no ha alcanzado los niveles previstos, que atrasa ese objetivo y seguirá ofreciendo y desarrollando coches de combustión hasta bien entrada la próxima década.
“Hubo demasiado optimismo en la industria”
El CEO de Mercedes, como otros responsables de grandes marcas, es consciente de que las ventas de coches eléctricos están avanzando a un ritmo más lento de lo esperado, en parte porque la paridad de costes entre coches de combustión y gasolina, parece que no llegará tan pronto como muchos auguraban. Esto sumado al contexto macroeconómico parece que va a suponer un frenazo a la transición a la electromovilidad de la industria europea. Así, Mercedes ahora ha revisado a la baja sus previsiones de ventas para vehículos eléctricos, en las que inicialmente auguraba que ya fueran un 50% de su volumen el próximo año 2025, un objetivo que ahora retrasa hasta 2030. Y es que actualmente, en 2024, las ventas de vehículos eléctricos de Mercedes en Europa representan apenas un 11%, un 19% si sumamos a ese grupo los vehículos híbridos.
“Tal vez hubo demasiado optimismo en toda la industria, ahora hay más realismo” reconoce el propio Kallenius en una entrevista al medio alemán Die Zeit. “Por eso mantenemos nuestros motores de combustión de alta tecnología. Y estoy muy contento de que seamos flexibles: podemos construir coches de combustión altamente eficientes en la misma banda, pero también híbridos enchufables y vehículos eléctricos”.
Otro síntoma aún más claro del viraje en la hoja de ruta de Mercedes-Benz es el anuncio de Kallenius, según fuentes de Reuters, de que continuarán construyendo, e incluso actualizando, motores de combustión durante la próxima década, a lo que se suma el lanzamiento de una nueva plataforma MMA de nueva generación que seguirá admitiendo mecánicas híbridas junto a las eléctricas. A esto hay que sumar el anuncio reciente de la marca de un replanteamiento de su gama de vehículos eléctricos para hacerlos más atractivos y similares en diseño y nombre a sus variantes de combustión e híbridas, dejando de lado el sello EQ.
Antonio Ramos Ochoa
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.
