Año 2022: todo el mundo quiere baterías. Además de la industria de la electrónica, el automóvil está siendo particularmente voraz a la hora de llevarse celdas para empaquetar baterías. Pero hay otro sector que necesita baterías a lo bestia, y es el del almacenamiento con baterías de respaldo. Hablamos de magnitudes en MWh, no en KWh, o lo que es lo mismo, 1.000 veces superiores.
El principal suministrador de celdas de baterías es… China. Allí la oferta sigue sin cuadrar con la demanda, aunque los precios estén disparados por las materias primas. Los gigantes de las baterías van aumentando su capacidad instalada, pero sigue sin ser suficiente. Además, las empresas que construyen megabaterías están empezando a no aceptar más pedidos, por no poder conseguir más celdas.
La producción masiva de estas celdas no ha alcanzado la velocidad de crucero ni en Eve Energy, ni en CALB ni en Gotion. CATL fue el primer fabricante en comercializar celdas de 280 Ah hace ya dos años. El 85% de su producción para megabaterías se exporta, ya que sale así más barato a los clientes. Este cuello de botella perjudica a la transición energética, habida cuenta de los beneficios que producen estas instalaciones.
Podemos citar como ejemplo el acuerdo de suministro de CATL a la energética estadounidense Primergy Solar LLC. El proyecto Gemini en Las Vegas contempla enganchar 966 MWdc de placas solares fotovoltaicas a 1.416 MWh de baterías estacionarias, uno de los mayores del país. Si nos sigue sirviendo medir esto en «Plaids» (100 kWh), entonces hablamos de celdas para el equivalente a 141.600 coches.
Vía | CnEVPost