JAC Yiwei EV
Es interesante señalar que Volkswagen y Renault poseen una participación del 50% en JAC y JMEV respectivamente. Por lo tanto, aunque se trata de dos joint ventures asiáticas, en la práctica ambas son controladas por grupos europeos; no en vano, en los últimos tiempos la industria del viejo continente ha fijado su atención en esta tecnología como forma de reducir su dependencia de la cadena de suministro china.
Estas baterías prescinden de materiales como el litio, el cobalto, el níquel, el cobre y el grafito; además, el sodio está mucho más distribuido geográficamente y resulta más sencillo de extraer. Por este motivo, empresas como la sueca Northvolt o la francesa Tiamat están recibiendo el apoyo tanto de fabricantes como Volkswagen o Stellantis como de las autoridades europeas para desarrollar este tipo de celdas.
JMEV
China controla la cadena de suministro de las baterías de litio
Entre otras ventajas, Tiamat promete que sus baterías de sodio ofrecerán una amplia vida útil (más de 5.000 ciclos), cargas muy rápidas y elevados niveles de seguridad. «Explorar nuevas opciones de baterías más sostenibles y accesibles que empleen materias primas disponibles en abundancia es una parte clave de los objetivos de nuestro plan estratégico Dare Forward 2030, que nos llevará a alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2038», explicaba hace unas semanas Ned Curic, director de Ingeniería y Tecnología de Stellantis.
En el caso de Northvolt, su primera generación de celdas (160 Wh/kg) está orientada al almacenamiento energético estacionario, mientras que la próxima también se utilizará en vehículos. Por lo tanto, aunque Europa todavía se encuentra rezagada en cuanto al uso de estas baterías en vehículos, lo cierto es que no existe la brecha insalvable con China que sí se da en las de litio en términos de desarrollo tecnológico y cadena de valor.