Apretemos el botón de arranque del Volkswagen T-Cross para comprobar qué tal va. ¿Cuánto corre? ¿Cuánto gasta? ¿Cómo es de manejable?
Lo que más y mejor aprecias al volante del T-Cross es que es ofrece un rodar de especial calidad en comparación con prácticamente cualquiera de sus rivales. Acústicamente está muy bien aislado y ofrece un gratificante compromiso entre confort y agilidad.
En lo que respecta al motor, es un bloque 1.0 TSI de tres cilindros que desarrolla 110 CV de potencia a 5.500 rpm y 200 Nm de par entre 2.000 y 3.000 rpm. No es una vorágine de rendimiento, pero sí resulta más que suficiente para cualquier tipo de uso cotidiano que se te pueda ocurrir.
Yo creo que lo mejor del motor se halla a medio régimen. Es cuando se siente más lleno y solvente. Abajo no echas en falta fuerza pero tampoco sobra, mientras que en el último tramo la estirada no es que sea apoteósica. Conduciéndolo con un exigencia normal y manteniéndolo entre 2.000 y 4.000 rpm, es para mí como más cómodo se siente.
Por último, hablemos del consumo, un aspecto que cobra mucha importancia en un automóvil de esta clase. Volkswagen anuncia 6,3 L/100 km que en la práctica no son muchos más. Nosotros nos hemos movido en torno a los 7,0 L/100 km sin tener especial cuidado en no gastar mucho.
¿Merece la pena la compra de este T-Roc tan equipado, tan convincente, pero tan caro? Bueno, si el dinero no es un aspecto prioritario, si ‘aflojar’ 30.300 euros por él (casi 35.000 euros si hablamos de esta unidad) no es un problema, desde luego que sà merece la pena. Va muy bien, destaca en habitabilidad frente a su competencia y su conjunto motor-transmisión me atreverÃa a decir que es el mejor de su segmento entre los de potencia equivalente.