Las marcas de automóviles de lujo son exclusivas de por sí, pero siempre encuentran la manera de ofrecer un punto más de singularidad a sus mejores clientes. En el caso de Ferrari, la opción más extrema es la de crear un coche único a medida, algo de lo que se encarga la división Special Projects. Su último trabajo es el Ferrari KC23.
Sigue la estela de obras como los SP51 y SP48 Unica, pero en este caso está basado en el 488 GT3 Evo y, además, es un vehículo pensado únicamente para su uso en circuito. Sin embargo, mientras que aquel estaba limitado por la normativa de la categoría en la que competía, este ejemplar no debe someterse a ningún tipo de constricción.
Ferrari ha trabajo para que, aun pudiendo intuirse el modelo en el que se basa, el KC23 sea muy distinto y tenga una personalidad propia, por lo que han rediseñado toda su imagen.
Es algo que queda patente desde el frontal, reestructurado por completo, con una gran parrilla integrada en el paragolpes y sobre la que se alojan unos faros realmente finos.
Calza llantas de 18 pulgadas con neumáticos lisos, pero también se ha entregado un juego de 21 delante y 22 detrás. La zaga, por su parte, permite instalar un alerón fijo enorme o desmontarlo, tiene un delgado grupo óptico que ocupa todo el ancho y sobre su agresivo difusor se alojan dos salidas de escape dobles.
Interior de competición
Respecto a su motor, se ha conservado el bloque 3.9 V8 turbo, aunque no se ha revelado su potencia. En competición, por normativa, desarrollaba 600 CV, pero en la versión de calle 488 GTB alcanza los 670 CV.