Carlos Sainz (Ferrari SF-24). Miami, Estados Unidos. F1 2024.
Carlos batió a Pérez, eso quizás permita a los de Maranello poner en problemas a Verstappen con alguna estrategia doble optimista. Si es que se atreven. Porque en el esprint la renta de Max no fue enorme (tres segundos sobre Leclerc en 19 vueltas, décima y media por vuelta). Habrá que intentarlo, por las buenas o por las malas. Y en esta temporada, al tricampeón solo se le podrá ganar forzando la maquinaria en todos los sentidos. También con una salida agresiva de los dos Ferrari para con Max, y no entre ellos. No como la de Shanghái.
El formato de esprint solía mostrar un gran premio aleatorio, pero con los retoques se ha conseguido justo lo contrario: ya que los equipos pueden trabajar en el coche tras la carrera corta, tienen más datos que nunca (un entrenamiento, una clasificación y una buena tanda larga) para afinar los monoplazas antes de la fase decisiva. Por eso no hay muchas sorpresas: Max, Ferrari, Checo, McLaren y Mercedes quedaron ordenados en la parrilla.
Discreto gran premio de Aston Martin
El problema no es tanto tener un mal día, o un mal fin de semana, como que en esta Fórmula 1 rápidamente se abandona el furgón del top-5 para formar parte de la terrible zona media. Esa zona media en la que por la mañana Ricciardo es el héroe (cuarto en el esprint) y por la tarde le eliminan en la Q1. La misma zona media que cuela a un Haas en el top-10 (Hulkenberg, 9º) y deja al otro penúltimo con múltiples penalizaciones. Ahí este deporte se vuelve peligroso, de hecho es donde suceden todos los embudos de primera curva, y será mejor que el elegante coche verde sepa distinguirse de los rivales menores.