Conducimos la versión R-Line con motor 2.0 TSI de 190 CV y cambio DSG.
Las grandes berlinas y familiares no están precisamente en su mejor momento, al menos en Europa, pero lo cierto es que hay ciertos modelos en el mercado que resultan muy interesantes y que además son superiores en muchos aspectos a la mayoría de SUV.
El Volkswagen Arteon Shooting Brake, por ejemplo, es uno de estos familiares que, además de entrar por los ojos, acaba convenciéndote en la mayoría de apartados, gracias a su comodidad de marcha, a una gran calidad de rodadura, al dinamismo frente a un todocamino o al espacio interior, entre otras cosas.
Galería: Volkswagen Arteon Shooting Brake R-Line, prueba
De un vistazo, es evidente que este Volkswagen es un modelo atractivo a nivel de diseño, con un imponente frontal, una línea de techo (incluye techo panorámico de accionamiento eléctrico, por cierto) que cae hacia la zaga, una alargada silueta o una trasera que luce un diseño sencillo pero muy elegante.
Entre los opcionales de esta unidad concreta hay que destacar las llantas de aleación Nashville de 20 pulgadas de diámetro, que tienen un sobrecoste de 1.805 euros (de serie son ‘Montevideo’ de 19 pulgadas en el R-Line), o el color de carrocería, denominado Blanco Oryx Efecto Nácar, que cuesta 1.320 euros adicionales.
El habitáculo rezuma también elegancia, pero está cargado de tecnología. El salpicadero está protagonizado por dos pantallas: por un lado el cuadro de instrumentos digital, de 10,25 pulgadas y denominado Digital Cockpit Pro, y por otro la pantalla multimedia central, Discover Pro, de 9,2 pulgadas. El sistema multimedia, además, es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, sin necesidad de cable.
Justo bajo la pantalla multimedia principal encontramos un módulo para gestionar la climatización, que aunque cuenta con controles táctiles, es intuitivo, funciona bastante bien, y nos parece una solución mucho mejor que integrar estos mandos en la pantalla superior. En general, todos los mandos, incluido el volante con levas integradas y forrado en cuero perforado, tienen gran tacto y resultan agradables de utilizar.
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos a destacar del interior es la habitabilidad en las plazas traseras, ya que sobra mucho espacio para cabeza y piernas, incluso para adultos de estatura considerable.
El maletero, que cuenta con un portón automático, de accionamiento eléctrico, es de gran capacidad. Anuncia 565 litros de volumen, o bien 1.632 litros en caso de abatir los asientos traseros. Se trata de una cifra en la media del segmento, superior a un Mazda6 Wagon (522) pero inferior a un Skoda Superb Combi (660).
Entre el equipamiento destacan el cierre y arranque sin llave, el control de crucero adaptativo, las luces largas automáticas, el cargador inalámbrico para smartphones, sistema de sonido con 8 altavoces, puertos de carga USB C (no hay USB corrientes) y un sinfín de asistentes, como el de arranque en pendiente, el de cambio de carril, el asistente de frenada de emergencia o el detector de fatiga, entre otros.
Al volante
Esto es algo que probablemente esperarías de un coche así, un familiar alemán de grandes dimensiones, pero que además tenga un comportamiento dinámico muy aceptable puede resultar una sorpresa. Es un coche que, a pesar de su tamaño y peso, es muy agradable de conducir en carreteras de curvas o puertos de montaña, y ofrece unos niveles de adherencia muy buenos, a nuestro parecer.
Como es lógico, no tiene la agilidad de un Golf GTI o modelos compactos, pero no es nada torpe para su tamaño, desde luego. La dirección está quizá demasiado asistida, muy blanda, algo que está bien en ciudad pero no es ideal en otras circunstancias. Lo bueno es que podemos seleccionar el modo de conducción Sport, que la endurece ligeramente.
Además, el motor 2.0 TSI de 190 CV ofrece unas prestaciones respetables, y aunque no es un motor explosivo, sí es elástico y lineal, empuja desde bajas vueltas y mueve con gran soltura a este Arteon. Según ficha técnica, despacha el 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y puede alcanzar los 233 km/h.
A la comodidad general contribuye también el cambio automático DSG, de doble embrague y siete velocidades, que es suave en una conducción tranquila, pero suficientemente rápido cuando así lo queremos. Como es habitual en este tipo de cambios, puede resultar algo brusco a la hora de maniobrar o aparcar, pero es cuestión de acostumbrarse a su funcionamiento.
Lo mejor de todo es que el bloque TSI arroja un consumo más bien contenido. Homologa 7,3 litros cada 100 kilómetros en ciclo WLTP y lo cierto es que en un uso mixto, con ciudad y carretera, podemos rondar esa cifra o incluso rebajarla, sin demasiada dificultad. Cabe destacar que el modo de conducción ECO permite conservar mucha inercia al circular en modo vela en autovía, lo cual ayuda a rebajar el consumo.
El precio de tarifa (PVP) de este Volkswagen Arteon Shooting Brake R-Line 2.0 TSI 190 CV DSG-7 arranca en 56.180 euros, antes de equipar ningún opcional, aunque la marca ofrece algunos descuentos y promociones, que incluyendo financiación, pueden rebajar el precio en unos 5.000 euros, aproximadamente.
