Este coche corre muchísimo y tracciona a las mil maravillas, incluso en firmes delicados.
Me encanta cuando, al recoger un coche de pruebas, inmediatamente surge un interesante debate en la redacción. En este caso, nos preguntamos si nos quedaríamos con el flamante Volkswagen Golf R, con 320 CV y tracción total 4MOTION, o con el Golf GTI Clubsport, con 300 CV, tracción delantera y el diferencial electromecánico VAQ.
Sí, esto es como preferir a papá o a mamá, pero había que ‘mojarse’ en la disyuntiva. En mi caso, que vivo en una zona de bajas temperaturas y suelo transcurrir por carreteras frías, me quedaría con el R, pues los dos ejes motrices siempre son un plus durante varios meses del año. “Ah, ¿sí?”, me dijeron mis compañeros después de contestar. “Pues serás tú el que lo pruebes”.
Galería: Prueba Volkswagen Golf R 2021
Obviamente, me pareció una propuesta irrechazable, aunque más tarde les confesaría que, de abril a octubre, me quedaría con el GTI Clubsport y de noviembre a marzo, con el R. ¡Por soñar que no quede!
Al igual que el T-Roc R (videoprueba), el exterior del Golf más exclusivo rezuma deportividad por los cuatro costados, pero renunciando a cualquier tipo de estridencia. Incluso puede pasar más desapercibido de lo que parece ante los ojos de los no entendidos.
Pero sin duda, en este punto la palma se la lleva el sistema de escape deportivo del especialista Akrapovic, realizado en titanio y con sonido regulable. Es verdad, cuesta nada menos que 4.060 euros, pero los petardeos en rápidas reducciones de marchas van a ser pura melodía para tus oídos. Sin él, parece que el coche no está del todo completo.
El interior también está suficientemente personalizado con un volante específico y asientos de cuero, opcionales (3.090 euros), con los reposacabezas integrados, dotados de calefacción y ventilación, y también con función memoria el del conductor. Sujetan bien y no son ni mucho menos una tortura para el día a día. Por cierto, el velocímetro señala hasta los 320 km/h.
Al igual que sucede en cualquier otro Golf, casi todo pasa por la pantalla central y a eso nos toca acostumbrarnos durante un periodo de tiempo. Por lo menos hay cuatro botones convencionales de acceso directo a la climatización, los programas de conducción, los asistentes (yo desconecto al iniciar la marcha el mantenimiento del carril) y la ayuda al aparcamiento. No hay una ruleta central para activar el comando deseado más fácilmente.
Para facilitar la configuración del vehículo, en el volante disponemos del mando R, que permite elegir el modo de conducción deseado y, por supuesto, se mantiene la palanca minimalista de la transmisión automática de doble embrague DSG, de siete velocidades, a la que no le veo más ventajas que generar un ambiente más vanguardista.
Como mandan los cánones, la instrumentación digital del Volkswagen Golf R 2021 puede mostrar información de claros tintes deportivos, como por ejemplo la temperatura del aceite o las fuerzas G que se generan, pero yo me quedo con la distribución del par motor entre las cuatro ruedas. Sin duda, en curvas resulta adictivo echar un vistazo a ese reparto variable, ideal para cerrar trazadas y redondear la trayectoria.
No en vano, el sistema de tracción total 4MOTION se ha mejorado en esta entrega del Golf R, al adoptar un diferencial trasero autoblocante o deportivo, capaz de variar el reparto de la fuerza entre las ruedas posteriores, que puede mandar hasta el 100% a una sola si fuese necesario.
Esta tecnología viene de serie, si bien hay que pagar 925 euros si se desea la suspensión adaptativa DCC, con más de una decena de configuraciones, aunque es verdad que notar la diferencia entre dos cercanas resulta misión de pilotos profesionales, porque yo no fui capaz.
También supone un sobreprecio de 2.415 euros el interesante paquete R Performance, que presenta dos programas extra de conducción: Drift, que facilita los derrapes, y Special, especialmente indicado para Nürburgring Nordschleife. Este pack también incluye dirección progresiva o con desmultiplicación variable, las llantas Estoril antes citadas y el aumento de la velocidad máxima a 270 km/h.
Los modos de conducción que vienen de fábrica son Comfort, Sport, Race e Individual. Este último permite personalizar varios parámetros, desde la dureza de la suspensión, pasando por la respuesta al acelerador, la asistencia de la dirección y la rapidez de la transmisión, hasta el sonido del escape.
Por último, pero no por ello menos importante, cabe recordar que el motor de gasolina sigue siendo el ‘omnipresente’ 2.0 TSI que para esta entrega alcanza los 320 CV y los 420 Nm. Como no cuenta con apoyo eléctrico, porta la etiqueta C de la DGT. La única transmisión disponible es la DSG de doble embrague, con modo Sport (me chifla que no deje caer las revoluciones por debajo de las 2.000 vueltas) y manejo manual-secuencial mediante levas.
Eso sí, si nos ponemos en modo ‘pacífico’ y viajamos a ritmos normales, este compacto deportivo también tiene soluciones ecológicas, como la navegación a vela. De hecho, el consumo medio oficial es de 7,8 litros cada 100 kilómetros y nosotros marcamos 8,9 litros en un desplazamiento interurbano estándar. Claro, si abres ‘la caja de los truenos’, los dos dígitos van a aparecer inmediatamente.
Frente a otros rivales con una puesta a punto más extrema, el Volkswagen Golf R 2021 no presenta una concepción en la que se quede fuera totalmente el confort. Para que te hagas una idea, con la configuración más firme de la suspensión DCC no acabarás muy fatigado yendo sobre carreteras en buen estado, por muchos kilómetros que hagas.
Esa firmeza ‘racional’ nos lleva a un comportamiento divertido y eficaz, pero también a un uso versátil. Este compacto deportivo no está solo pensado para ‘curvear’, sino también para desplazarnos con él durante varias horas. Hay rivales más emocionantes por tacto dinámico, si bien son menos ‘utilizables’, si me permites la expresión.
¿Con qué me quedaría de este coche? Primero, con su rapidez, pero sobre todo, con su motricidad. Qué gustazo es poner el pie a tabla en la salida de curvas lentas y comprobar cómo este automóvil sale disparado sin desbocarse ni presentar tirones en la dirección, siguiendo la trayectoria que tú le marcas, incluso en carreteras algo húmedas. El hecho de ser inamovible te genera una confianza y una seguridad que valen su peso en oro.
Por cierto, si se te quedan justos los 374 litros de maletero, debes saber que el Golf R también está disponible con la carrocería familiar Variant. Si volvemos al inicio y comparamos los precios del R y del GTI Clubsport, sale que el primero es 5.440 euros más caro (54.730 euros frente a 49.290), sin contar con los componentes opcionales que hemos indicado.
Quizá el Clubsport genere una conducción más pura, no lo niego, pero el R debe ser tu elección si frecuentas zonas frías y con baja adherencia. Nos encantaría que nos dieras tu opinión al respecto en nuestros perfiles de redes sociales.
