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Prueba del Volkswagen Golf R 20 Aniversario, luces y sombras

Con una dinamismo exquisito y un motor espectacular, los más de 71.000 euros que cuesta quizá son demasiados

Es el Volkswagen Golf más potente de la historia. Todo un reconocimiento en un modelo con una larguísima tradición deportiva, siempre asociada a las siglas GTI. Pese a no llevarlas, el R se coloca en la cúspide de las altas prestaciones en su gama y, con la edición 20 Aniversario, llega a cotas nunca vistas. Es el compacto definitivo, que debería colocarse como el referente, ya que el Golf GTI siempre ha sido el hot hatchback por excelencia. Un oasis de alto rendimiento y gasolina en pleno proceso de electrificación, con los vientos del fin de la combustión asomando en el horizonte. ¿Conseguirá dejar huella? Vamos a verlo.

Como suele ser habitual en estas ediciones especiales, llega con más equipamiento estético de serie, como las llantas de 19 pulgadas de diseño Estril con detalles en color azul, inserciones de fibra de carbono vista y asientos deportivos en cuero Nappa. Elementos que acentúan su carácter extremo y que le sientan muy bien.

prueba del volkswagen golf r 20 aniversario, luces y sombras Zaga del nuevo Volkswagen Golf R 20 Aniversario

También llega de serie con el pack performance -algo que nos hace más ilusión- con sistemas como la tecnología de vectorización del par, el escape deportivo de cuatro salidas Akrapovic, el modo Drift de conducción y el Emotion Start, que ajusta el encendido del motor para que haga todavía más ruido. Si los detalles estéticos nos gustaban, estos añadidos todavía más.

El placer de conducir

Si hay algo bueno en este Golf R 20 Aniversario es, sin duda, el plano mecánico y dinámico. Monta el conocido motor TSI de 2.0 litros, que en esta ocasión entrega 333 CV de potencia y 420 Nm de par máximo. Poco podemos añadir. Es extremadamente feroz, con una aceleración radical, aunque bastante lineal, y una caja de cambios, la DSG de siete velocidades de Volkswagen, que es sencillamente una delicia. Cambios rápidos y precisos, aunque al reducir tarda un poco más, manteniéndolo siempre listo para salir catapultado a la siguiente curva.

Porque sí, donde mejor se disfruta este modelo es en una carretera revirada. Con el sistema de suspensión en su tarado más duro, la espalda sufrirá muchísimo, pero a cambio ofrece una estabilidad ideal para encadenar cada giro con una soltura increíble, por rápido que se vaya. A esto se le suma una dirección muy directa, aunque transmite menos de lo que querríamos. El sistema de tracción integral 4Motion garantiza entrega de potencia y un control sobresaliente sin miedo a las reacciones de su zaga, aunque puede pecar de cierto subviraje a velocidades altas.

Para los que quieran saber cómo es conducirlo de forma suave, este Golf R 20 Aniversario va, sencillamente, genial. Es fino, más cómodo con el tarado más suave de las suspensiones, y práctico, con un maletero de 341 litros de capacidad y un consumo que, sin demandar demasiado al motor, juega con los 7,5 litros cada 100 kilómetros.

El pecado de la digitalización

Por el contrario, no nos ha convencido demasiado todo lo que tiene que ver con la experiencia multimedia. El sistema operativo luce bien y moderno, pero no es del todo intuitivo, sobre todo al tener que ajustar la climatización -no hay botones físicos- o cambiar entre la fuente multimedia, con varios pasos de por medio. Si no podemos usar el móvil en marcha, ¿por qué los coches son móviles sobre ruedas ahora? Los accesos directos táctiles de la consola central ayudan, pero se sigue desviando la atención den demasía.

prueba del volkswagen golf r 20 aniversario, luces y sombras Interior del nuevo Volkswagen Golf R 20 Aniversario

Los controles del volante -sí, también táctiles-, también pecan de enrevesados para personalizar a tu gusto el cuadro de instrumentos, que, como el sistema operativo, luce espectacular en cualquier configuración.

Todo, en un interior en el que hay mucho plástico duro. El piano black es muy bonito, pero es plástico y está por todos lados. La fibra de carbono del salpicadero mejora la sensación, que es de calidad gracias al volante o los asientos, pero hasta el selector de dirección es de plástico, como la mayoría de la consola central. Cuesta 71.655 euros y, pese a que su dinamismo y rendimiento ya justificarían la inversión, hay que pedir más, sobre todo porque tiene rivales muy duros en este rango de precios como el Mercedes-AMG A35 y A45, que se mueven alrededor de esas cifras.

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