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Probamos el Ford Focus ST: la injusticia de estar abocado a la extinción

El Ford Focus ST es la versión más deportiva de la gama Ford Focus, y lo seguirá siendo hasta el final de esta generación porque no está previsto que vaya a haber un Ford Focus RS. Te contamos cómo es y por qué está abocado a la extinción.

Hemos probado el Ford Focus ST, un buen compacto deportivo. Sin embargo, en esta ocasión, antes de la prueba, vamos a filosofar Bien, empecemos por el principio: ¿qué es la deportividad? Para unos, es la posibilidad que tiene un coche de alcanzar unas prestaciones fulgurantes. Para otros, un coche con una apariencia deportiva. También hay quien entiende que un deportivo debe ser un coche ágil y con un comportamiento vivo y eficaz. Y, también, hay para quien la deportividad se disfruta incluso aparcando el coche en el garaje, por el sonido y el tacto de los mandos.

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Probablemente, en realidad, la deportividad es una mezcla de todas esas cosas. Y, en función de los gustos y preferencias de cada uno, un coche será más o menos deportivo en función de cómo vaya cumpliendo con esos aspectos.

En el caso del Ford Focus ST que traemos hoy aquí, esa deportividad está unida principalmente a las sensaciones. Es un coche rápido, tanto como puedes esperar de sus 280 CV, y tiene un comportamiento ágil y vivaracho, pero lo que le convierte en un coche especial es la sonrisa que se te queda cuando simplemente vas al supermercado con él por las sensaciones que transmite.

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Hoy día, con la electrificación, es fácil ver coches más rápidos y potentes que este Focus. También los habrá más rápidos incluso en el paso por curva, y muchos de ellos serán mucho más fáciles de conducir. Pero las sensaciones que te aporta la conexión conductor-máquina que logras en un coche de este tipo, no la consigue a día de hoy ningún eléctrico ni híbrido enchufable. Y, dado que el Ford Focus ST tiene cada vez menos rivales entre las marcas generalistas (básicamente, Honda Civic Type-R, Hyundai i30 N, Cupra León 300 y VW Golf GTI), uno no deja de pensar que es una lástima que los coches vayan a dejar se existir en un futuro cada vez más cercano.

Sea como fuere, el Ford Focus ST es un coche que te gustará si buscas eso: un coche rápido, con un comportamiento ágil y reactivo a todo cuanto hagas al volante y una buena dosis de sensaciones deportivas al volante. Por fuera, mantiene los 4,39 metros de largo de sus hermanos de gama, pero te será fácil distinguirlo por sus paragolpes deportivos, su alerón trasero, la parrilla específica, la doble salida de escape o las llantas de 19 pulgadas.

En el interior pasa algo parecido: asientos deportivos, un volante rechonchote y agradable de empuñar, pedales de aluminio, pomo del cambio específico y una instrumentación digital que también va cambiando en función del modo de conducción seleccionado.

En líneas generales, el puesto de conducción está bien resuelto, aunque hay cosas que podrían mejorarse. Una, y es algo que les suele pasar a todas las marcas cuando ponen asientos tan deportivos, es que cuesta dar con la postura ideal. En este caso, se tiende a ir sentado un poco más alto de lo que sería ideal. La segunda es algo que le pasa a Ford con los ST. Alguien tiene tendencia a poner la palanca de cambios demasiado abajo. El tacto es bueno, resulta precisa y al final te acostumbras pero, ¿tanto cuesta ponerla un poco más arriba?

Con el último restyling, el Focus ha abandonado los mandos físicos del climatizador para incorporarlos en la parte inferior de la pantalla central. Bueno, no es la peor de las soluciones, pero preferíamos los mandos anteriores. Por calidad o espacio en las plazas traseras estamos en lo habitual en su segmento, mientras que el maletero baja de 392 a 358 litros de capacidad. No es poco, pero sí es menos que lo que ofrecen sus rivales.

El Ford Focus ST equipa un motor 2.3 turbo de cuatro cilindros en línea que desarrolla 280 CV y 420 Nm de par. Va asociado a un cambio manual de seis marcas o a uno automático de convertidor de par y siete relaciones (en ese caso, con un poco menos de par: 415 Nm), siempre con tracción delantera y un diferencial autoblocante multidisco contralado electrónicamente.

Entre sus opciones de equipamiento, existen dos packs especialmente interesantes, el paquete Performance y el paquete ST. El primero cuesta 1.295 euros y añade suspensión adaptativa, Launch Control y un modo de conducción más deportivo denominado Circuito (además de los que trae de serie: Resbaladizo, Normal y Sport), además de otra iluminación interior y un indicador de cambio de marcha en el cuadro de mandos. El segundo sale por 3.550 euros con pinzas Brembo fijas de cuatro pistones, neumáticos Pirelli PZero Corsa y diferentes detalles estéticos, como llantas específicas multirradio de 19 pulgadas en negro, otro alerón trasero y otro difusor…

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