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Jorge Martín y Pecco Bagnaia, ante la batalla definitiva por el título de MotoGP: “Aún es posible”, arengan al español

jorge martín y pecco bagnaia, ante la batalla definitiva por el título de motogp: “aún es posible”, arengan al español

Bagnaia y Martin posan en el circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia), donde este fin de semana se disputa el Mundial.

Cuando apenas empezaban a vislumbrar su oportunidad de alcanzar un día MotoGP, Jorge Martín y Pecco Bagnaia se echaban unas partidas al videojuego del certamen para matar el rato en las largas tardes de gran premio. Allí competían con la versión virtual de sus ídolos, con quienes después llegaron a compartir la parrilla. Ahora, esos piques amistosos delante de la tele de su habitación durante su periplo en Moto3 se han transformado en una lucha real que alcanza su clímax este fin de semana en el GP de Valencia. Ambos, en un escenario de plena igualdad a lomos de la Ducati, la mejor moto de la parrilla, se juegan en la última cita del año el título de 2023.

“Llego con ganas, estoy más relajado porque lo veo difícil. Al final no solo depende de mí”, reconoce el candidato español, que busca su primer entorchado. Su objetivo es salir a ganar las dos carreras. “Lo primero es ganar la ‘sprint’ y luego ver qué posibilidades tenemos y cómo aplicar algún tipo de estrategia el domingo”, añade. Escaparse por delante quizás no le baste. 21 puntos le separan del vigente campeón del mundo en la tabla cuando quedan 37 por repartirse. Quizás necesita colocar a rivales de por medio. Dos quintos puestos le bastan al italiano para levantar su segunda corona consecutiva, un hito que solo han alcanzado Valentino Rossi y Marc Márquez desde que arrancó la era MotoGP en 2002.

Martín cuenta con el apoyo de la afición y la familiaridad de un trazado donde nunca ha abandonado y acumula seis podios en nueve participaciones en todas las categorías, con dos victorias. Bagnaia, en cambio, ha sufrido bastante más en Cheste, donde se retiró en tres ocasiones y solo cuenta con una victoria, su único podio en el circuito Ricardo Tormo en sus diez temporadas mundialistas. A favor suyo están las matemáticas: solo necesita sumar 16 puntos para revalidar la corona. De sacarle cuatro puntos en la carrera corta del sábado –le valdría con una victoria y una tercera plaza del madrileño– podrá celebrar el campeonato antes de la prueba larga del domingo. “Voy a dar el máximo, el sábado quiero atacar. Según vaya veremos qué hacemos el domingo, pero lo primero es buscar la primera fila de parrilla”, comenta el número uno.

El turinés ya sintió mariposas en el estómago y pilotó más tenso de lo habitual en su duelo final por el título con Fabio Quartararo el año pasado, al que llegó en una situación similar en el mismo escenario. Entonces le bastó con terminar noveno el domingo para proclamarse campeón y estrenar su palmarés en la categoría reina. Su gran mentor, Rossi, perdió dos bolas de partido llegando líder a la cita definitiva en 2006 y 2015. La primera fue por una caída y la segunda a consecuencia de una sanción. Esas experiencias las repasó en casa su pupilo, meticuloso hasta para el estudio de la historia de la competición, y las comentaron maestro y alumno antes de salir a rodar.

Bagnaia, en definitiva, ya sabe lo que implica defender el liderato para atar el título, una experiencia que le sosiega en vísperas de este déjà vu. “Entiendo mejor esa presión y eso me ayudará a gestionarlo mejor, pero la presión siempre sube cuando van pasando los días”, asegura. A su lado estará su familia y también todos los compañeros de la Academia VR46, incluido el jefe: “Valentino me ayuda a analizar y entender bien todas las cosas que pasan, y está muy bien tenerle a mi lado estos días”. Antes de viajar, vio desde el sofá de casa un vídeo con los mejores momentos de su emotiva coronación el curso pasado.

El madrileño también se ha rodeado de su núcleo duro, y confía en las dotes adivinas de su familia. “Mi madre y mi abuela son medio brujas, así que habrá que hacerles caso”, bromea sobre la predicción de Susana, su progenitora. El padre, que observa desde lejos cómo su hijo posa al lado del defensor de la corona al lado del trofeo mientras cae el sol en el circuito Ricardo Tormo, es más pragmático, pero también confía. “Aquí estamos, sufriendo, pero mientras haya vida hay esperanza”, suelta mientras pisa la línea de meta que todavía puede consumar los sueños más remotos de la familia Martín Almoguera.

“Tiene más opciones de lo que la gente le da, y no porque sea amigo suyo. Quedan 37 puntos y esto es algo nuevo para todos. En un circuito tan pequeño como Valencia es posible. Jorge solo tiene una opción, ir a dar espectáculo y atacar”, opina Aleix Espargaró, que llega lesionado pero intentará correr para ayudar a su buen amigo y vecino en Andorra. El veterano piloto de Granollers no es el único que anima estos días a su compatriota. “Aún es posible”, le arenga Álex Crivillé. “Pueden pasar muchas cosas, está cuesta arriba, pero hay que mantener la espada afilada, porque nunca se sabe”, le recuerda Dani Pedrosa.

Nadie en el paddock da por resuelta la intensa y magnífica batalla, y pase lo que pase habrá tensión, nervios y mucha emoción cuando este viernes rujan las motos. Curiosamente, los entrenadores personales de ambos pilotos les han dado la misma consigna, de copla cruyffista: “No pienses, solo disfruta”. Todos concuerdan en que estamos ante un final de traca.

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