El pasado viernes 9 de junio, antes de que diera comienzo la edición centenaria de las 24 Horas de Le Mans, Ferrari compartió en su cuenta de Facebook un nuevo acabado de pintura disponible para el Ferrari SF90 inspirado por el Ferrari 499P que iba a competir en el evento. No se le prestó mucha atención al movimiento, pero después de haber ganado la carrera la cosa cambia.
Y es que la marca del Cavallino Rampante afirmaba en su publicación que la decoración solo iba a estar disponible para un número selecto de clientes, pero no hablaba ni de para cuántos, ni de cuánto sería el precio de lucir dichos colores.
En términos generales se respeta de manera muy fiel la pintura de guerra del 499P, manteniendo el rojo como color principal de la carrocería, que luego está salpicada con acentos amarillos en el capó, las carcasas de los retrovisores, el techo (que es negro), las puertas y la trasera.
La decoración sirve para hacer todavía más llamativo un coche que ya tenía difícil pasar desapercibido y cuya mecánica esconde un sistema híbrido enchufable que combina un motor 4.0 V8 biturbo con tres propulsores eléctricos, logrando una potencia conjunta de 1.000 CV y una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos.