Politólogos, economistas, psicólogos, juristas… Desde hace siglos el ser humano se pregunta por qué la gente delinque y cuál es el origen de la criminalidad. Las teorías que buscan explicar estas cuestiones fundamentales en la sociedad son muchas y las hay para todo tipo de ideologías y pensamientos.
La teoría de las Ventanas Rotas fue publicada en 1982 por los norteamericanos Wilson y Kelling. No tardó en convencer a los departamentos de policía de ciudades como Nueva York, que empezaron a utilizarla como razonamiento para mapear la delincuencia en las calles.
Básicamente, esta teoría vino a decir que la degradación y el abandono en un entorno urbano genera, en poco tiempo, una disociación de la responsabilidad ciudadana hacia el ambiente y favorece la aparición de comportamientos vandálicos e incívicos.
Un coche al Bronx y otro a California
¿Qué tienen que ver los coches en todo esto? Pues que, pese a que la publicación oficial de la teorÃa fue en 1982, el psicólogo social Philip Zimbardo ya realizó un experimento que trataba de probar su validez en 1969.
Trabajando como profesor para la Universidad de Standford, Zimbardo dejó aparcados dos coches exactamente iguales en diferentes zonas para desarrollar su experimento: una más conflictiva y socioeconómicamente más pobre y la otra, lo contrario. Un vehículo lo abandonó en el Bronx (Nueva York) y el otro en Palo Alto (California).
El resultado final de este experimento fue una de las muchas pruebas que en el siglo XX se intentaron llevar acabo para estudiar las conductas de las personas individuales y su comportamiento en sociedad. Hoy en día, hay voces que rechazan los resultados de este experimento o su aplicación en la psicología social, mientras que otros consideran las conclusiones totalmente válidas.