- Solo se construyeron 13 unidades
- Un motor de solo cuatro cilindros
- En las carreras más importantes
- Armarse de paciencia…
La mayoría de quienes encontraran este amasijo de hierros en el último rincón de un almacén pensarían en llamar al chatarrero para que se lo llevara de allí cuanto antes. Pero el propietario de esta carrocería accidentada y dañada por el fuego la ha conservado durante 45 años, y bien que ha hecho; este mes de julio va a ser subastada y, según los expertos, podría superar incluso el millón de euros.
Solo se construyeron 13 unidades
El coche, o más bien lo que vemos, son los restos de un Ferrari 500 Mondial, una barqueta de competición de la que se solo se construyeron 13 ejemplares… Y ya sabemos que meter en una misma ecuación un Ferrari y una tirada cortísima es igual a mucho, pero que mucho dinero.
RM Sotheby’s.
Un motor de solo cuatro cilindros
Lo curioso del 500 Mondial es que tenía un motor de solo cuatro cilindros, cuando de sobra es conocida la tradición de la marca italiana por los propulsores V12. Este cambio de concepto para algunos de sus modelos fue una orden de Enzo Ferrari después de acudir a una competición de 1950 y comprobar que los coches con motores de cuatro cilindros de otros fabricantes le pisaban los talones a sus V12. Todo porque estos motores más pequeños alcanzaban su máximo de revoluciones mucho antes que los V12, por lo que eran una buenísima opción en los circuitos o tramos muy revirados.
RM Sotheby’s.
En las carreras más importantes
El periplo de este 500 Mondial (o lo que queda) con número de chasis 0406MD, la segunda unidad fabricada, ha sido como era de esperar muy extenso: acudió al Gran Premio de Imola de 1955, aunque tuvo que retirarse en la vuelta de formación por un fallo mecánico. Y aunque no obtuvo ninguna victoria sí participó en carreras como la Mille Miglia o la Targa Florio hasta que en 1958 se exportó a Estados Unidos.
La unidad accidentada, en plena acción.RM Sotheby’s.
Se sabe que a principios de los años 70 estos restos cambiaron de manos y que en 1978 se vendió de nuevo a un hombre llamado Walter Medlin, quien lo ha conservado hasta este momento. Ahora va a salir a subasta en RM Sotheby’s y, como hemos dicho, podría alcanzar el millón de euros. Sin embargo el vendedor ha acordado con la casa de subastas que el coche sea puesto a la venta sin lo que en subastas llaman “reserva”. Es decir, que aunque la puja máxima sea muy inferior a lo esperado, el coche se irá con quien ofrezca más dinero.
Armarse de paciencia…
¿Y qué se puede hacer con este amasijo de hierros? Lo primero, armarse de paciencia, porque su restauración puede durar años de quebraderos de cabeza y requiere armar un coche nuevo y completo en torno a un número de chasis, que es en realidad lo valioso de este conjunto de chapa.
RM Sotheby’s.
La carrocería tiene que ser rehecha por completo en aluminio por parte de los mejores artesanos que quedan, y luego hay que encontrar todos los componentes a excepción de la caja de cambios (se entrega aparte) y del motor, ya que el coche se entrega con otro que no es el que llevaba en origen (con lo cual nunca será un coche de números coincidentes de chasis y motor) pero sí es idéntico.
Reconvertirlo en un coche restaurado y funcionando puede costar entre un millón y un millón y medio, a parte de lo que ya haya costado el cascarón original con el número de chasis. Es decir, que puede subir la cifra incluso hasta los dos millones y medio si nos lo hacen todo en el departamento Ferrari Classiche del fabricante italiano, que sería el lugar más indicado para acometer esta titánica tarea porque pueden dar autenticidad Ferrari a toda la restauración. Pero por ese precio, quien lo compre tendrá un Ferrari escasísimo que valdría mucho más.