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Crítica de larga duración: Chevrolet Tracker (tercer mes)

GM nos prestó la nueva Tracker nacional para que la pruebe todo el equipo de Motor1. Opinan Freddy Pereyra y Carlos Cristófalo.

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes)

Esta no es una crítica convencional de Motor1 Argentina. Es una “crítica de larga duración”. El objetivo es que el vehículo de pruebas permanezca en nuestras manos durante mucho más que la crítica tradicional de una semana. La idea es probarla durante varios meses, para aplicar usos (y abusos), encontrar virtudes (y defectos) que no afloran en una prueba tradicional. A todo esto se suma el hecho de que el vehículo en esta prueba de largo aliento pasará por las manos de todos los integrantes de la redacción de Motor1 Argentina.

En octubre de 2022, General Motors lanzó a la venta la nueva Tracker fabricada en Argentina (ver equipamiento y ficha técnica). Al producirse en la planta de Alvear (Santa Fe) y gracias a que comenzó a exportarse a nuevos mercados (leer más), tiene el objetivo de ofrecer una mayor disponibilidad de stock para ganar participación en el segmento de las SUV-B (chicas). El informe del primer mes ya se publicó acá. Las impresiones del segundo mes pueden verse en esta nota. A continuación, desarrollamos lo que experimentamos en el tercer y último mes de la Tracker en nuestra flota.

Semana 1, 2 y 3 – Carlos Alfredo Pereyra

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes)

El viaje directo de vacaciones familiares Buenos Aires (CABA)-San Rafael (Mendoza), con solo una parada de veinte minutos en General Villegas, parecía ambicioso en los planes, pero se confirmó que era posible a medida que fuimos avanzando, y el calor a apretar. Es decir, el único lugar (muy) aceptable para permanecer en una jornada agobiante de ola de calor y de gran cantidad de radiación solar entrando a bordo era dentro de la Chevrolet Tracker. Su confort de marcha y una ruta tranquila permitieron mantener el ritmo, casi sin tránsito, favoreciendo para que se pueda sostener una velocidad constante. Así los kilómetros van acumulándose, acompañados de buena música, una temperatura baja que favorece el sueño para los pasajeros, y que las horas pasen. Para quien conduce, la buena regulación de la posición de manejo, el sistema de control de crucero, el sonido del equipo de audio, la buena aislación y atenuación de estímulos, hacen que el cansancio tarde en aparecer. Es de destacar que la Ruta Nacional 7 hasta Junín, y luego la Ruta Nacional 188 hasta Gral. Alvear en Mendoza, conforman una línea casi totalmente recta en la mayor parte del recorrido; por lo que el tedio no tarda en aparecer, sin embargo, para quien escribe hay innumerables maneras de ir entreteniéndose: clasificando información del estado de nuestra economía agrícola-ganadera, de nuestra red vial, de la geografía y del clima. Saludamos a los Señores de la Ruta (camioneros) y contamos los postes de luz. Todo va produciendo reflexiones (muy propias) que van fijándose y capitalizándose como experiencia y conocimiento. Uno recordará por mucho tiempo que autos, qué camiones, o maquinaria agrícola se ha encontrado. Qué se cultivaba en determinada región y que acontecía con el clima, particularmente en estos tórridos días finales de La Niña.

Mención especial al control de crucero, el cual retoma demasiado rápido la velocidad programada, acelerando bruscamente (en contra del uso racional de la energía y sorprendiendo al conductor por la súbita aceleración); observando la particularidad de su mejor funcionamiento sobre piso plano, ya que la buena práctica para aprovechar la inercia es dejar que el coche gane velocidad en las bajadas y suba en las cuestas largas y suaves a pura inercia. En lo ondulado no se muestra muy efectivo, produciendo un molesto tironeo, tratando de mantener constante la velocidad. La ruta a Gral. Alvear se torna ondulada, por lo que conviene administrar un poco la marcha haciéndose cargo, y no dependiendo de los automatismos. Es entretenido y efectivo.

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Poca sombra en la Ruta 188, casi llegando a Realicó. Nos cruzamos con un convoy de dimensiones especiales que ocupaban una vía y media. No me lo iba a perder y paramos a hacer fotos. La familia a bordo aprovechaba para pescar señal; y se preguntaba si esto iba a ser así durante todas las vacaciones.

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes)

Extraños y enormes equipos indivisibles sobre carretones, con escolta y advertencias de dimensiones extraordinarias. Conseguimos superarlos para ganar una posición para fotografiarlos. Tres tractores extra-pesados y carretones, con quién sabe qué arriba.

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Gigantescos, casi no entran en el encuadre

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes) Punto de reunión, y a planificar cómo sigue la jornada

El manejo de la información

La pantalla central del tablero de instrumentos de la Tracker tiene tres secciones correspondientes al estado general del auto; al tipo de marcha o economía de combustible que uno hace; y datos de viaje. Quiso la suerte que en los días previos a este largo viaje usemos el coche para ir a Pilar a visitar a unos amigos. Una lluvia torrencial nos tomó de regreso, y al llegar a la cochera para guardar la SUV, apareció una advertencia de “Dar servicio a Stabilitrak”, un aviso indicando que el control antipatinamiento tenía un defecto de funcionamiento. No era grave, pero indicaba que el vehículo debía recibir servicio de Chevrolet. No había días hábiles hasta nuestra partida, por lo que opté por desensillar hasta que aclare. Los contactos cercanos a las ruedas secaron, el agua drenó de todos lados y al día siguiente el check control previo a dar marcha dio todo normal. Efectivamente el agua intensa causó algún problema de contactos, posiblemente.

Otra falsa alarma

En otra ocasión nos dirigíamos rumbo a Valle de las Leñas. Ya tomando la mítica Ruta 40 pasamos por El Sosneado, una remota población desde la que parte un camino de ripio que va hacia los orígenes del Río Atuel, y si se continúa a lomo de mula, se puede alcanzar el sitio de los restos del avión Fairchild de los rugbiers uruguayos, 50 años después de su caída.

Tras entrar en el departamento de Malargüe, unos pocos kilómetros de marcha normal y se encendió otra advertencia: esta vez indicando que el neumático trasero derecho perdió presión y que debía repasarse. Media vuelta y regreso a El Sosneado, donde justo sobre la ruta había una pintoresca gomería. Al llegar a ese páramo el tablero indicaba presión normal en las cuatro ruedas (en frío)… falsa alarma. El gomero a simple vista indicó que todo estaba normal, pero así y todo repasó las cuatro ruedas con el tradicional manómetro. Precisión y certeza analógica. Seguimos viaje, y todo transcurrió normal hasta finalizar la jornada.

A Las Leñas, en verano

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Caballos cagando sobre la ruta 222 camino a Las Leñas, no eran salvajes pero estaban sueltos.

El viaje en ascenso hacia el Valle de las Leñas es tranquilo en verano. Cuando se alcanza la altura ya comienza a verse los postes con los indicadores de altura de la nieve. Es la única referencia para saber por dónde va el camino. Podría estar dos metros por debajo.

El camino lo acompaña el serpenteante Río Salado, al pie de hermosos paisajes. Hasta el momento no había ensayado con la selectora manual de cambio, ya que su accionamiento depende de situar la mano derecha sobre el pomo (hay dos teclas), desatendiendo la conducción. Este dispositivo requiere conocer bien el camino y la demanda de marchas bajas para poder elegirlas previamente. La comprobación visual depende de un pequeño indicador en el tablero principal de instrumentos, por lo que suma distracción. Era más que necesario en el descenso especialmente, para no exigir los frenos de servicio; de todos modos el camino estaba tranquilo y al superar convoyes de tres vehículos depositamos toda la confianza en la buena aceleración y extraño sonido del tres cilindros turbo Chevrolet. Las levas en el volante o un accionamiento más intuitivo de las marchas ascendentes/descendentes se agradecería.

El motor siempre respondió, gracias a la sobrealimentación. El buen camino hasta la estación de ski alcanza los 2222 metros sobre el nivel del mar; hasta ahí, como el número indica, todos los patitos están en fila. Nos recomendaron seguir ascendiendo, coronando un puerto de montaña para pasar al Valle Hermoso (más lindo y más alto), ya en el límite con Chile; pero el camino estaba detonado con baches cortados a filo (ideal para herir de muerte a cubiertas de perfil bajo). Dimos media vuelta, y bajamos sin dudas ni curiosidad por lo que venía. Será para otra ocasión, con un vehículo más rústico y en yunta. Nadie seguía para arriba.

Sobre el ripio

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Comienza el Cañón del Atuel, una cadena de sierras y peñascos abiertos a puro tajo por el río, hoy embalsado en cuatro represas.

Para acometer el Cañón del Atuel tomamos la Ruta 146 hacia el suroeste, como quien va hacia Malargüe. A unos 60 km después de dejar el valle donde se asienta San Rafael, un desvío nos introduce en Villa Atuel, donde se emplaza el primer dique y embalse del sistema Nihuil (obra monumental de 1947). A partir de allí se hace el trayecto aguas abajo por un camino que bordea el curso original del río. El cañón del Atuel resultó un recorrido muy interesante. Ripio con serrucho casi en toda la extensión, polvo, y unos 36°C de temperatura desafiaron al confort a bordo de la Tracker. El examen se aprobó muy bien, ya que la tracción y la dirección pusieron al vehículo en su curso correcto cada vez. La velocidad media rondaba los 45km/h, rodando más lento donde se juntaban más autos, o cuando el serrucho era muy pronunciado. El paisaje es sobrecogedor y recorre la obra de cuatro represas con salas de máquinas y tuberías que llevan al Atuel a lo largo de este cañón, aprovechando su caudal y su energía para producir electricidad (el 0,8% de la generación de electricidad del sistema nacional). El Valle Grande, aguas abajo, tiene el otro espejo de agua con la última represa, un lago espectacular y playas de arena a las que se accede navegando con lanchas o catamaranes de paseo. Allí las casas que organizan el descenso en rafting se concentran en un número apreciable. Hay trabajo para todos.

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El ripio del Cañón del Atuel fue el camino más desparejo que tomamos. Hay mucho serrucho y se debe circular a velocidad moderada. Pero como sostiene CC, es la mejor superficie para manejar. Vialidad provincial pasa motoniveladoras para su mantenimiento.

Fabricada en Alvear – Extraviada en Alvear (dos veces)

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes)

Parada para combustible y un breve descanso en General Villegas, la Tracker exhibe las señales de 3000km de ruta y experiencias. Vacaciones redondas.

Soy antiguo, analógico, cartesiano. Por edad, por concepción, por convencimiento. Antes del viaje me preparé observando las distancias a recorrer y los cambios de ruta, la autonomía estimada, en los precisos puntos que señalan los mapas (me encantan). Las cartas sobre la mesa para ver escalas, rutas alternativas, rumbos, nombres de poblaciones y referencias históricas. Claro, en esta época esto no le interesa a casi nadie; además, el primero en traicionar todo esto fui yo mismo… como un estúpido me olvidé de llevar los mapas, y en general subestimé la posible aparición de posibles desorientaciones. Aparecieron.

El punto clave fue General Alvear, en la provincia de Mendoza. Desde Buenos Aires todo es lineal; aburrido casi, aunque no lo es de ninguna manera. Salís de Buenos Aires por el Acceso Oeste, Ruta Nacional 7 hasta Junín (aquí tampoco son muy claras las señales), y ahí tomás la Ruta 188. Derecho a Realicó (La Pampa), donde más o menos es la mitad del viaje a San Rafael. Le seguís dando derecho y entrás en San Luís. Es una ruta muy atractiva por sus campos y ondulaciones. Es trabajo humano en las principales riquezas exportables de la nación. Hay movimiento (poco) de algunos turistas, además de máquinas agrícolas y camiones. Llegás a General Alvear (Mendoza), para acceder a la Ruta 143. Y ahí vino el problema: entrar a la ciudad. No es problema de tránsito pesado ni embotellamiento… solo que hay que estar atento al llegar al monumento a San Martín, en una plaza/rotonda donde confluyen dos boulevares. Pasamos de largo dos veces. A la ida, y a la vuelta también. Solo que los errores tuvieron diferente magnitud.

A todo esto, la navegación digital no fue considerada (error-olvido mío). La Tracker no la trae, y los teléfonos parece que solo están para enviar miles de Whatsapp. Tontamente no recurrí a ellos (cuatro smartphones a bordo). Seguimos de largo y aparecimos en una ruta secundaria y casas bajas. En vez de regresar a preguntar (hora de la siesta, ciudad desierta onda Soy leyenda) paré a un ciclista y solo le pregunté brevemente si íbamos bien para San Rafael… y sí, nos confirmó que ese mejorado nos llevaba a la Ruta 143 nuevamente, y desde allí retomar rumbo a nuestro destino. Además se veían las montañas cada vez más cerca.

Al regreso fue peor; mismo hito ignorado (monumento a San Martín) y seguimos por la ruta 143, la cual nunca se transformó en 188. En vez de doblar a 90° hacia Realicó, le pegamos 160 km hasta  Santa isabel (La Pampa). Sí; nos desviamos 160 km en una pronunciada diagonal a 45° SE. No sé en qué estaba pensando, pero distraído no vi las señales y nos estábamos yendo para Neuquén, además, la Tracker trae brújula, eso nos habría dado la certeza del error; pues olvidé consultarla (en la pantalla siempre estaba la velocidad o la autonomía, para no pasarnos.

Asumo no haber prestado la suficiente atención, pero las rutas que entran en ciudades deben competir con su señalización reglamentaria contra el ruido visual de carteles publicitarios, postes, árboles y vida urbana. Nunca percibí esas señales viales. Entrando al Google Maps comprobé que algunos carteles están, y otros no. Falta más información.

Al llegar a Santa Isabel las referencias eran inequívocas: no habíamos pasado por ahí a la ida. Fue cuando unos policías de caminos nos confirmaron el pifie. Por suerte se podía avanzar sin seguir alejándonos de la ruta 188, la cual marchaba paralela unos 100 km al norte. Debíamos alcanzar Winifreda, y torcer allí hacia Realicó. Costo del error: 210km extras, y un tercio de tanque más. Beneficio: Conocer el norte de La Pampa.

crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes) La ruta hacia y desde San Rafael es casi una recta, solo que se compone de tres rutas: La RN7, la RN188, y RP143, entre Gral. Alvear y San Rafael. Tanto en la ida como en la vuelta nos perdimos. crítica de larga duración: chevrolet tracker (tercer mes) La RN188 toca el norte de La Pampa a la altura de Realicó (mitad del viaje). El desvío involuntario nos envió a Santa Isabel en el regreso, debiendo rodar por la RP10 pasando por Victorica y Winifreda. En esta última localidad tomamos la RP35 para retomar por Realicó.

Me putearon los míos, pero realmente es una de las rutas donde más disfruté la Tracker. Caminos nuevos, prestar mucha atención, ondulaciones con paisajes tipo Familia Ingalls, todo el corazón ganadero de La Pampa. Hasta nos llevamos puesta una perdíz (q.e.p.d). Así fuimos proa a Victorica (donde fue el mega asado de Galtieri celebrando el centenario de la ciudad, allá por febrero de 1982). Seguimos hasta Winifreda (la cuna de Carlos Alberto Legnani “Campeones”), y desde ahí retomamos rumbo a Realicó. Llevábamos 9 horas de viaje, y todavía quedaban 582 km hasta Buenos Aires. Después de 14 horas a bordo, llegamos a casa. Fin del viaje y de las vacaciones.

Fotos: Valentina Pereyra – Freddycam

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rutas rectilíneas entre cadenas montañosas. El camino patagónico hacia Malargüe.

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Explotación y museo de la minería de la sal, el río Diamante cruza la ruta y brinda un paisaje de un lago seco blanco.

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Cigüeñas de extracción de petróleo en la zona de El Sosneado, cerca del encuentro de la Ruta 173 con la RN40

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Paisaje cordillerano y casi patagónico en las inmediaciones de El Sosneado.

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Trepando el turbo ayuda a mantener la agilidad y la capacidad de realizar rebases en los escasos tramos de línea punteada de los virados caminos de montaña.

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Descanso para almorzar en Los Molles. El Río Salado baja desde las montañas frío y cristalino. Su sonido te calma. Apagamos motor y disfrutamos.

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Día de ruta, montaña y muchos kilómetros sobre la Tracker

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La torres de transmisión de energía son una constante a lo largo del camino del Cañon del Atuel

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Pesados compañeros de ruta por los caminos de ripio del cañon del Atuel. Los turistas arriba del camión no contaban con aire acondicionado. Había 36 grados ese día.

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Le llenamos de tierra hasta el moño a la Tracker. Adelante la llenamos de mariposas y langostas.

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Rodar por Valle Grande es encontrarse con serpenteantes caminos al borde del río Atuel y cerros con infinitos colores

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Caminos de tierra entre viñas ofrecen una agradable experiencia de manejo, con su suavidad de marcha y dirección para esta SUV

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Las escasas lluvias trajeron algo de alivio dentro de una prolongada estación seca. Excelente el menú de limpia y lava parabrisas en la Tracker.

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La cabaña tenía esas incomodísimas sillas de algarrobo de respaldo recto. El luminoso interior de la Tracker facilitó sus cómodas butacas para leer o para escuchar música.

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Siempre hay una sombra al borde del camino en Mendoza.

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Adiós Valle Grande, Rama Caída y San Rafael.

Semana 4 – Carlos Cristófalo

Después del espectacular y muy bien documentado viaje de la familia Pereyra, me tocó a mí la parte más ingrata: devolver la Tracker a Chevrolet, después de tres meses de pruebas en manos de todo el equipo de Motor1 Argentina. Como ya es tradición a la hora de las despedidas, ¿hacemos un Análisis F.O.D.A.?

* Fortalezas: Tiene un buen espacio interior, un buen motor 1.2 turbo y un gran equipamiento de seguridad. La calidad de fabricación de Alvear también es muy buena. Sin destacarse ni ser referencia en ningún aspecto, la Tracker nacional es un producto “redondito”, que cubrirá las necesidades de la mayoría de los usuarios de este segmento.

* Oportunidades: La Chevrolet Tracker es la primera SUV del Segmento B (chico) fabricada en la Argentina. Es uno de los segmentos del mercado más demandados por los consumidores locales en la actualidad. Al ser de producción nacional, la Tracker argentina nace con la gran oportunidad de contar con una mayor disponibilidad de stock y entrega que sus competidoras (en su gran mayoría, importadas de Brasil, con restricciones aduaneras y trabas para el acceso a divisas). En los papeles, tiene todo para repetir el fenómeno del Fiat Cronos cordobés, pero en versión SUV santafesina.

* Debilidades: No es la más potente de su segmento (ese rol lo ocupa la Renegade de Jeep, con 175 cv) y perdió la opción de tracción integral (que sí mantienen las Renegade y Renault Duster). Potencia y 4WD no figuran entre las prioridades de los consumidores de este segmento, pero es un pequeño público muy fiel. Además, esas variantes tope de gama contribuyen mucho a la construcción de imagen de un producto a la hora de diferenciarse, en un segmento donde hay muchísima competencia.

* Amenazas: La disponibilidad de piezas importadas se convirtió en un dolor de cabeza para la industria automotriz argentina (por las restricciones en el acceso a las divisas) y mundial (por la escasez de semiconductores). Esto obligó a que algunas tandas de Tracker nacionales salieran con diferencias de equipamiento tecnológico con respecto a lo anunciado inicialmente por la marca. Por ejemplo, si uno ingresa hoy a la web de Chevrolet Argentina, se encuentra con esta advertencia: “Se informa que a partir del VIN 8AGEP76C0PR122291 y VIN 9BGEN76C0PB157040, la Tracker LTZ cuenta con Frenado autónomo de emergencia.”

* La despedida: La Tracker nacional dice “adiós” al garage de críticas de largo aliento de Motor1 Argentina, pero nos queda por publicar la “fiestita de despedida”. Además de viajar por todo el país, esta unidad también pasó por el Box del Ranking Motor1. La crítica en pista de Paul “Coloflow” Szebesta se publicará en breve.

ESTADÍSTICAS

* Fecha de ingreso de la unidad: 11 de noviembre de 2022 (con 624 kilómetros).

* Kilómetros recorridos en el primer mes: 3.009

* Kilómetros recorridos en el segundo mes: 2.252

* Kilómetros recorridos en el tercer mes: 3.400

* Consumo promedio registrado tres meses: 10 l/100 km

* Problemas registrados desde el inicio de la prueba: Alertas falsas de control de estabilidad y de monitoreo de presión de neumáticos.

Galería: Chevrolet Tracker Larga duración 3

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