Francesco Bagnaia.
El español se lo brindó al italiano en la vuelta 13, no podía ser otra, con una caída con la que nadie contaba cuando rodaba en solitario y automáticamente le devolvía el liderato al del Lenovo Ducati que le había arrebatado el día anterior. Un bajón en toda regla para los que desean el título de Martín esta temporada, porque con las posiciones de carrera estabalizadas con él primero y Pecco tercero, tal como iban cuando llegó su maldito arrastrón en la curva 11, estaba ampliando su ventaja a 16 puntazos, pero se va del circuito de Mandalika 18 por detrás del campeón.
Una vez asumido y encajado el disgusto por el fallo de Martinator, hay que poner en valor el carrerón de Bagnaia, porque lo fue. Valga para ello el dato que desde Turquía 2006, cuando ganó Melandri, ningún piloto había vencido en MotoGP arrancando fuera de las cuatro primeras líneas. El campeón partía en Mandalika desde la decimotercera plaza, tras un sábado desatinadísimo en el que no fue capaz de pasar a la Q2 y en el esprint sólo pudo ser octavo. Llegada la hora de la verdad, hizo una buena salida ganando cuatro posiciones, hasta la novena, y antes de acabar la primera vuelta ya era sexto. En el siguiente giro, se favorecía de la pasada imprudente, soltando frenos, de Binder a Marini, con caída del italiano, y en la tercera el campeón ya era tercero, con pasada previa a Quartaro.
Cuarto fue Di Giannantonio, en su mejor resultado en MotoGP, favorecido en gran medida por el elevado número de caídas que hubo en una pista tan delicada como es la de Mandalika, donde fuera de la trazada buena es peligro alto de resbalón. Pueden dar fe de ello Márquez (23 caídas este año), Pol, Augusto, Mir, Martín y Zarco. También se cayó Marini, pero en su caso le tiró un Binder que recibió dos vueltas largas de penalización. Una fue por esa maniobra y otra posterior por superar a Oliveira muy ajustado, tanto que le dio en la pierna y en la moto, sacándole de la pista. Pese a tanto casigo, el de KTM acabó sexto, por detrás de Bezzecchi y por delante de Miller, Bastianini, Rins, Aleix, Nakagami, Oliveira, Raúl Fernández y Morbidello. Sólo 14 acabaron la carrera, así que todos puntuaron, pero nadie tanto como un Bagnaia que recupera el liderato y la sonrisa.