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Supercars 2023: no quien pare a Shane Van Gisbergen

Año nuevo, vida nueva. O eso dice el refrán, pero nada más lejos de la realidad. Los Supercars australianos han empezado su andadura con el Gen3 en Newcastle y las cosas siguen igual que terminaron en 2022: Holden/Chevrolet al frente, con un Shane Van Gisbergen superlativo.

El neozelandés tiene tomada la medida a la categoría. Sea con coches de tres puertas o cinco, Van Gisbergen ve a cámara lenta lo que sucede en pista y tiene una carta para invertir la situación que fuerzan sus rivales. Un resultado conocido en un campeonato que ha cambiado de ADN.

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Gen3: el mercado manda

Tras años y años con sedanes en pista (Holden Commodore vs Ford Falcon), los Supercars deciden acercarse más al mercado juvenil y de impacto. La nueva moda de los muscle cars llega a la categoría, y la desaparición de Holden como marca provocó esta deriva. General Motors mantiene su interés en Australia (un mercado muy favorable a ellos, puesto que Holden formaba parte de su entramado), y su apuesta es el Chevrolet Camaro.

Por parte de Ford, y en línea de sus últimas temporadas: el Ford Mustang lleva implementado en los Supercars desde 2018, con dominio apabullante en manos de Scott McLaughlin antes de que el neozelandés diese el salto a la IndyCar para 2021. El problema, si eso, recae en la capacidad técnica de los equipos bajo la marca americana.

Tras la marcha de Penske en 2021, los Ford han sufrido para igualar el ritmo de Triple Eight, que es el gran equipo australiano en estos momentos. Debido a que General Motors respalda a Triple Eight de forma directa, Walkinshaw Andretti United se ha decidido aliar con Ford en un cambio de montura histórico. Tras treinta años con General Motors, la familia Walkinshaw ha cambiado de bando.

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їEspecificaciones de los Gen3? Lo principal es la reducción del impacto aerodinámico, estimado en un 60-70%. Esto genera un auto mucho más complicado de llevar, y sobre la teoría, carreras más igualadas y disputadas.

La pelea entre Penske y General Motors de 2017-2021 implicó un mimo al detalle importante, y un aumento de la inversión en aerodinámica. Como ocurre en la NASCAR, lo importante no son las formas base sino en qué formas pueden adaptarse los elementos aerodinámicos. O lo que es lo mismo: materiales y flexibilidad. Los autos a penas podían seguirse, y la categoría optó por cortar por lo sano.

A nivel de suspensiones, todo sigue igual: proveedor único para todos, con lo que los datos son exactamente los mismos para todos. En cuanto al chasis, éste es tubular, el mismo para todos, adaptable a las diferentes carrocerías.

Los famosos motores V8 cambian un poco. General Motors usará su propio motor Crate de 5,7 litros, mientras que Ford usará su V8 ‘Coyote’ de 5,2 litros. O lo que es lo mismo: los motores que ves en los Camaro y en los Mustang. Todo esto para liquidar los carísimos motores V8 de 5 litros exclusivos, que generaban más gasto en mantenimiento que en rodaje puro.

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Polémica y despachos

Todo bonito, ¿verdad? No, el mundo no es así. Hay más grises que otra cosa. En especial a nivel aerodinámico. Justo antes de la ronda de Newcastle, los Supercars tuvieron que reevaluar la carrocería tanto del Ford Mustang como del Chevrolet Camaro. La categoría lleva años en busca de una paridad casi total entre los modelos que compitan en ella, y no es la primera vez que esta tormenta azota el barco.

Según prensa australiana, los cambios que se dieron afectaron a los Camaro, que parecían tener un déficit de downforce en el morro del auto. Las piezas aplicadas son unos aditamentos en los laterales del paragolpes. A nivel oficial, el comunicado del campeonato afirma que “desde Supercars, en conjunto con el equipo de homologación de General Motors y Ford, confirmamos que tanto el Chevrolet Camaro como el Ford Mustang han sido oficialmente homologados. […] Como parte de la política de paridad e integridad del campeonato, todas las partes implicadas trabajan conjuntamente y comparten todos los datos que se recopilan sobre el rendimiento de los nuevos modelos”.

Ya durante el evento inaugural en Newcastle, vistos los resultados de la primera de las dos carreras, sólo hubo una forma de parar a Triple Eight y a Shane Van Gisbergen: los despachos. Tras un doblete del equipo (Broc Feeney terminó segundo), la armada de Ford (Tickford Racing y Walkinshaw Andretti United) denunció a comisarios un elemento: el sistema de refrigeración de los pilotos de Triple Eight.

Según el artículo C16.2.1.1 del reglamento técnico, “[el sistema de refrigeración del piloto] debe estar montado dentro del habitáculo en los anclajes del asiento del copiloto y que [C16.2.1.2] su construcción sea aprobada por el Director Técnico de los Supercars conforme cumple las indicaciones de seguridad”.

їQuГ© tenГ­a Triple Eight que el resto no? Pues un segundo compartimento para el hielo seco situado en el lado derecho del asiento del piloto, en un espacio que se destina a seguridad. Dicho espacio permite que el lateral del coche, en caso de un golpe directo en la puerta, tenga cierto recorrido antes de que el impacto alcance al piloto, por lo que se reduce la energГ­a del accidente.

Adrian Burgess, director técnico de la categoría no consideró apta esa solución de Triple Eight. Durante la mañana del domingo en Newcastle, se anunció la descalificación de Shane Van Gisbergen y de Broc Feeney de la primera carrera, con lo que Ford se llevó un doblete con Cameron Waters (Tickford Racing) y Chaz Mostert (Walkinshaw Andretti United). Tercero finalmente fue Brodie Kostecki, quien lideró la primera parte de la carrera hasta que el resto pudo estirar las piernas en aire limpio. Triple Eigh no dudó en apelar la decisión, por lo que el resultado todavía es provisional.

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El campeón es a su vez embajador de la categoría

La jornada del domingo tuvo su propio picante. Si ya es complicado detener a Triple Eight cuando la marejada es mínima, ya no hablemos cuando hay fuerte marejada. La gente de Jamie Whincup y Mark Dutton demostraron que hablan mayormente en pista. Y digo mayormente porque ellos, en el fondo, también tienen un historial de llamadas a comisarios para denunciar a rivales.

La carrera del domingo estuvo más igualada que la del sábado, si bien es cierto que fue por efecto de la estrategia seguida. Chaz Mostert tomó el liderato en la primera vuelta, justo antes de que un accidente entre Declan Frasier y Macauley Jones obligase a desplegar la bandera roja y suspender la carrera. Mostert, en la resalida, tomó el liderato, pero tenía a cuatro equipos diferentes en pleno acoso y derribo.

Eso conllevó a que optase por una estrategia más conservadora y un relevo más largo al final de la prueba. Shane Van Gisbergen, quien salía quinto, optó por alargar al máximo sus relevos. Como si de Michael Schumacher se tratase, SVG aprovechó cada vuelta en aire limpio que tuvo y tras su última parada se reincorporó segundo, a tres segundos de Mostert y con gomas 12 vueltas más frescas que el Mustang.

A falta de 10 vueltas para el final, Van Gisbergen pasó a Mostert, no sin polémica. Hubo un pequeño roce entre ambos y el Mustang salió perjudicado. ‘Gizzy’ (mote que tiene Van Gisbergen) se puso primero, e impuso un ritmo que Mostert no pudo ni seguir. Victoria contundente de Triple Eight, con una demostración de su mejor carta de presentación: tenemos al mejor piloto de la parrilla.

Ya en rueda de prensa, Shane Van Gisbergen decidió no responder a las preguntas del entrevistador. Esto provocó más de una ampolla, y Mark Skaife decidió dar su opinión al respecto.

“Cuando eres el campeón, eres el embajador de la categoría. Pese a que no te venga en gana contestar, debes cumplir el deber que tienes como guardián del deporte. [Debes responder] sobre como ha ido la carrera y el día. Hemos tenido ruedas de prensa tensas estos últimos años, en especial después de que pilotos hayan sido mandados al muro en carrera y la situación se calentó bastante. Y eso es parte de la rivalidad en pista y de la autenticidad de la categoría”, afirmó Skaife a los micrófonos de la retransmisión oficial.

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Van Gisbergen permaneció en silencio hasta ayer, que decidió emitir un comunicado en redes sociales. En resumen, el neozelandés se aferró a la frase de “si no tienes nada bueno que decir, no lo digas”. Y dejó caer, de forma muy sutil, que sus críticas a los Gen3 forman parte de la base de las candentes declaraciones de Skaife.

“No es un secreto precisamente que no soy fan del Gen3. En privado he sido muy crítico en algunos aspectos y he intentado mejorar todo con mi feedback. La organización piensa que con nuestras quejas y adaptación al coche mejorará la competición. Incluso si sufrimos en pista tenemos que ser positivos, y entiendo este aspecto. Intento ser neutral, e intento actuar en representación de los pilotos para que sea más divertido de llevar. [Pese a ganar] ¿de qué me quejo? Pues que no hablo solo por mí si digo que quiero bajarme del coche con una sonrisa en la cara, demostrando que el coche es divertido de llevar. Algo que no ocurre ahora mismo”.

Los Supercars se tomarán unas semanas de descanso, antes de encarar el GP de Australia. Puntuable desde hace unas temporadas, el Albert Park concentrará toda la potencia automovilística australiana y mundial. Y aún queda en el aire el resultado de la primera carrera tras la apelación de Triple Eight. ¿Pueden pasar ya estas dos semanas?

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