Cuando el pasado 3 de febrero la FIA hizo oficiales los nombres de los seis fabricantes de unidades de potencia que se han anotado para ser parte del reglamento que entrará en vigor en 2026, sólo surgió un nombre sorpresa, el de Honda.
Tras haber afrontado el reto híbrido desde 2015, el fabricante japonés vivió momentos muy difíciles hasta su resurrección tras el acuerdo con Red Bull Racing. Una revancha disfrutada sólo en parte, ya que en vísperas del título mundial de 2021 llegó la sorprendente noticia de la paralización del programa.
Honda siguió y sigue suministrando unidades de potencia a la escudería de Milton Keynes, así como a AlphaTauri, pero lo que hizo aún más inexplicable la política del fabricante japonés fue el acuerdo oficial entre Red Bull y Ford.
Fernando Alonso, Aston Martin AMR23
Photo by: Mark Sutton / Motorsport Images
Según informaciones recogidas por Motorsport.com, la cúpula directiva de Honda sólo se mueve actualmente en una dirección, y es Aston Martin. No es ningún misterio que las ambiciones del propietario de la escudería, Lawrence Stroll, son llevar al equipo a competir por el título mundial, y el acuerdo con Mercedes, que ha resultado vital para el crecimiento de la estructura, puede convertirse en una limitación a largo plazo. Es difícil que un equipo cliente se imponga a su escudería oficial, sobre todo si, como es el caso actual, utiliza toda la parte trasera del monoplaza.
Teniendo esto en cuenta, para Aston Martin la posibilidad de un acuerdo exclusivo con Honda es cualquier cosa menos un paso arriesgado. Ya existe un mecanismo para facilitar las primeras conversaciones, y es Martin Whitmarsh, hoy consejero delegado del equipo y en el pasado director de equipo de McLaren, cuando la escudería de Woking cerró el acuerdo con Honda.
Lawrence Stroll
Photo by: Erik Junius
Entre los accionistas también se encuentra el propio fabricante Mercedes, y obviamente un cambio a Honda en el programa de Fórmula 1, aunque en realidad se trata de un contexto aislado del fabricante, podría crear cierta tensión.
No se trata, sin embargo, de un vínculo indisoluble entre el equipo de Fórmula 1 y la casa matriz, sino más bien de un acuerdo puesto en marcha por Stroll tras la compra de Racing Point para dar al equipo una imagen nueva y vendible. Un paso importante en su momento que pierde relevancia ante un acuerdo con un fabricante oficial como Honda.
Para Aston Martin, el escenario de un acuerdo con el fabricante japonés supondría varios retos nuevos, empezando por la independencia, que hoy se compensa con el acuerdo con Mercedes.
Significa montar su propio túnel de viento (actualmente se sigue utilizando el de Brackley) y construir de forma independiente la caja de cambios y la parte trasera del coche, que hoy provienen de Mercedes junto con la unidad de potencia. Si se acepta el reto, habrá de todo en Silverstone para aspirar a metas absolutas, y teniendo en cuenta las ambiciones de Stroll Sr., el escenario no es nada improbable.
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