- Bentley R Type Continental
- Bentley Turbo R
- Bentley Arnage T
- Bentley Speed Six
- Bentley Continental SC
- Bentley 8 Litre
- Bentley Brooklands
Normalmente, los modelos de la firma de Crewe destacan por su lujo y distinción. Ahora bien, dado que cuentan con motores muy potentes, algunos de ellos también presumen de unas prestaciones de infarto. En esta lista hemos reunido algunos de los Bentley clásicos lujosos y rápidos que deberían estar en tu memoria. Coches que ya tienen algunos años, pero que siguen sorprendiendo.
Bentley R Type Continental
El primero de los Bentley clásicos lujosos y rápidos de este ranking es, paradójicamente, el más lento de todos. Ahora bien, se trata de uno de los coches más bonitos que han existido jamás: el Bentley R Type Continental. Un gran turismo con tintes deportivos para su época con un motor de 4,6 litros y seis cilindros que entregaba más de 150 CV de potencia.
Bentley Turbo R
Durante los años ’80, Bentley se encontraba en tierra de nadie. Sus modelos no dejaban de ser meros Rolls-Royce con el logo de la compañía de Crewe, debido a que ambas compañías compartían propiedad. Sin embargo, el Turbo R fue una señal de que las cosas estaban cambiando.
Una auténtica berlina deportiva con un motor V8 de 6,75 litros de cilindrada que era un ‘must’ dentro de la oferta de la marca. Instaló un turbocompresor para aumentar la potencia y su puesta a punto fue más radical. Aun así, mantenía la elegancia y alcanzaba los 100 km/h desde parado en 6,4 segundos.
Bentley Arnage T
Este Bentley Arnage T duró una década en el mercado, entre 1999 y 2009. Montaba el anteriormente mencionado V8 de 6.75 litros, y era un vehículo refinado e innovador. Incluso aún sigue vigente, aunque su depreciación es alta. Tiene más de 450 CV de potencia y llega hasta los 100 km/h desde parado en poco más de 5 segundos.
Bentley Speed Six
El coche más antiguo de esta lista de Bentley clásicos es el Speed Six, que se erigió como la alternativa más deportiva y rápida a finales de la década de 1920. Representado por la forma tradicional que tenían en la época los coches de lujo, Bentley vendía su chasis y luego se enviaba a un carrocero elegido por el propio cliente.
Uno de los más conocidos es el Gurney Nutting Sportsman Coupe con el que Wolf Barnato ganó las 24 Horas de Le Mans en 1929 y 1930. Este modelo se ha convertido en un sinónimo de elegancia del siglo XX y estaba movido por un motor delantero cuya potencia rondaba los 200 CV.
Bentley Continental SC
Junto a las berlinas sedán estándar de los años ’90, Bentley también produjo variantes coupé y descapotables del Continental. Uno de los que mejor ejemplifica toda su clase, elegancia y también deportividad es el Continental SC. Equipaba, de nuevo, el propulsor de gasolina V8 de 6,75 litros que tantas alegrías le ha dado a Bentley.
La distancia entre ejes era algo más corta que la del sedán, y había menos espacio en las plazas traseras. Por el contrario, su comportamiento dinámico era menos torpe. Para que nos entendamos, era un coche para conducir, no para que ‘te condujesen’. Sus más de 400 CV eran más que suficientes para moverlo con mucho brío.
Bentley 8 Litre
Mientras que el Bentley Speed Six fue el modelo más representativo en lo que concierne a la deportividad en la firma de Crewe en la década de 1920, el 8 Litre hizo lo propio en la siguiente, en la de 1930. Además, también se comercializó en el chasis para que luego cada cliente lo carrozase a su gusto.
Su motor de seis cilindros en línea tenía 8,0 litros de cilindrada. De ahí su nombre. Lamentablemente, fue lanzado después de la gran depresión económica, e incluso los más pudientes preferían no gastar demasiado en artículos de lujo. Se vendió mal y ello llevó a la marca a la quiebra. Tenía potencial para haber sido un éxito.
Bentley Brooklands
El último de los modelos Bentley clásicos lujosos y rápidos que conforman esta lista es el Brooklands. El Arnage ya era lo suficientemente opulento como para poder lucir el emblema de Bentley en el morro. Pero necesitaba algo más de distinción, de clase. Y así es como llegó el Brooklands.
Un enorme coupé de cuatro plazas impulsado por el omnipresente motor V8 biturbo de 6,75 litros que montaba el Arnage T. Para su construcción se utilizaron técnicas artesanales y por ello, en parte, la producción planificada por la compañía británica fue de tan solo 550 ejemplares.
