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El espíritu de Francia en cuatro ruedas: el Citroën 2CV cumple 75 años

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Un Citroën 2CV, junto a otros modelos clásicos, en un mercado de coches antiguos en Bockhorn, Alemania.

Casi ningún coche encarna tanto a Francia y es mantenido vivo por los aficionados décadas después del fin de su producción con tanto cariño como el Citroën 2CV, concebido como un sencillo coche popular que revolucionó el Salón del Automóvil de París en su presentación el 7 de octubre de 1948.

El pequeño y basculante coche se convirtió en un éxito de ventas gracias a su construcción indestructible. Los aficionados todavía lo sacan a pasear hoy en día. 75 años después de su primera aparición, el mítico vehículo es celebrado a lo grande en el Museo Citroën, cerca de París, con un desfile de 75 unidades.

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Tres prototipos Citroën Tipo 2CV de 1939. El 7 de octubre de 1948, Citroën presentó en el Salón del Automóvil de París este automóvil de culto, cuyo desarrollo ya había comenzado en los años ’30

Allá por los años 30, Citroën empezó a desarrollar un coche económico que sería un pequeño automóvil con un equipamiento mínimo. “Diseñar un coche en el que quepan dos campesinos con botas y un quintal de patatas o un barril de vino, que sea rápido al menos 60 kilómetros por hora y que consuma solo tres litros cada 100 kilómetros”, fueron los requisitos para el diseñador André Lefèbvre.

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Un Citroën 2CV en el turístico barrio de Montmartre, en París. Fue concebido como un coche sencillo para la gente corriente e hizo historia como embajador de Francia, de la libertad y de la alegría de vivir.

“Debe tener una suspensión excepcionalmente buena, para que una cesta llena de huevos pueda sobrevivir indemne a un paseo por caminos de tierra llenos de baches”, añadieron en el pedido.

El diseño de un “Toute Petite Voiture” (coche muy pequeño) estaba listo en 1939. Entonces empezó la Segunda Guerra Mundial y no se celebró el Salón del Automóvil de París, por lo que 250 prototipos del vehículo fueron desechados u ocultados.

No fue hasta después del final de la guerra, en 1948, cuando Citroën presentó un modelo revisado y actualizado. El coche económico se convirtió rápidamente en un símbolo de libertad y alegría de vivir, más allá de las fronteras.

Sin embargo, debido a la escasez de materias primas, Citroën solo pudo producir un pequeño número de unidades al principio, lo que produjo listas de espera de hasta seis años.

El primer modelo sacado al mercado contaba con nueve caballos de potencia y alcanzaba una velocidad de 70 km/h. Por su parte, los últimos modelos que se sacaron antes de ser retirado del mercado en 1990 tenían 29 CV y alcanzaban los 113 kilómetros por hora.

A partir de 1951 también se entregó como furgoneta de reparto con un espacioso compartimento de carga. Este modelo se utilizó para servicios de rescate en carretera o como vehículo postal en Bélgica.

El manejo del vehículo se caracterizaba por una buena movilidad todoterreno y una considerable inclinación lateral en las curvas. Era casi imposible que volcara. En lugar de un techo fijo de acero, el CV contaba con una capota enrollable de vinilo, ideal para los viajes sin prisas por la veraniega Francia.

El coche también se hizo famoso en el cine, por ejemplo con James Bond en “Solo para tus ojos” o con Louis de Funès en “El gendarme de Saint-Tropez”. Además, Citroën también organizó carreras de rallye en rutas inimaginables hoy en día: en 1970 fue de París a Kabul y viceversa, una distancia de 16.500 kilómetros; al año siguiente, a la ciudad histórica de Persépolis en Irán; y en 1973, a Túnez.

Desde que el último de los vehículos salió de la cadena de producción en Portugal en julio de 1990, una gran comunidad de aficionados ha mantenido vivo el mito del 2CV. En un grupo de aficionados de Alemania, por ejemplo, sus miembros intercambian consejos y piezas de recambio y organizan encuentros con sus emblemáticos vehículos.

El Méhari Club Cassis fabrica piezas de recambio en el sur de Francia. El taller, dirigido inicialmente por tres hermanos, recibió de Citroën las máquinas originales para fabricar las piezas. Además de reacondicionar viejos modelos, la empresa ofrece desde 2017 una modernización inimaginable en 1948: la conversión a propulsión eléctrica.

dpa

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