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Cómo el Peugeot 505 salvó al Aston Martin V8 Vantage

Que los coches más lujosos y exóticos tengan alguna relación con otros más mundanos y corrientes es más normal de lo que creemos. Ya te contamos aquí que el Lamborghini Murcielago utilizaba piezas del SEAT Alhambra y el Renault Espace. También el Jaguar XJ220 compartía sus ópticas traseras con el Rover 216. Sin embargo, hay un deportivo que sobrevivió gracias a una berlina generalista. Así fue cómo el Peugeot 505 salvó al Aston Martin V8 Vantage.

A principios de los 90, Aston Martin lanzó al mercado el V8 Vantage, un coupé derivado del Virage, equipado con un motor V8 de 5.3 litros con doble sobrealimentación, que desarrollaba 558 CV y 752 Nm de par máximo, unas cifras realmente impresionantes para la época. Tan impresionantes que, durante la fase de desarrollo, el diferencial del prototipo no era capaz de soportar tanto par y se salía de los soportes traseros.

Cómo el Peugeot 505 salvó al Aston Martin V8 Vantage

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Tal y como recoge CarScoops, el equipo de desarrollo se puso a pensar en una solución y el ingeniero jefe sugirió utilizar un sistema de transmisión por tubo de empuje, también llamado tubo de par o puente basculante. La pregunta que se hicieron todos, a continuación, fue dónde encontrar uno.

Un tubo de par es básicamente un túnel hueco de gran diámetro, normalmente de acero, que está conectado en un extremo al árbol de transmisión y en el otro está atornillado a la transmisión, y a través del tubo corre el árbol de transmisión. Las ventajas de un tubo de par se prestan a aplicaciones pesadas, ya que mejoran la rigidez estructural y ayudan a ubicar la transmisión y el diferencial.

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Pero a principios de los 90, pocos fabricantes seguían utilizando esta pieza. Sin embargo, había un coche que sí la tenía, el Peugeot 505. Esta berlina fue el último modelo de Sochaux con tracción trasera y presumía de una gran fiabilidad. Este coche tenía una gran reputación en países de África, donde siguió circulando durante los 90 y bien entrados los 2000. Su durabilidad se debía a la antigua ética de diseño de Peugeot, que lo convertía en uno de los pocos coches que se seguían vendiendo con la configuración de tubo de par.

Así que el equipo de desarrollo compuesto por 12 personas instaló en el prototipo un tubo de par procedente de un 505 V6 familiar que había en un desguace. Y funcionó… hasta que las estrías del árbol de transmisión empezaron a desgastarse, ya que no estaba diseñado para soportar 550 CV y 752 Nm de par, lo que provocó que se formaran holguras en la transmisión. Esta experiencia sirvió a los ingenieros para crear un tubo de par adecuado en el modelo definitivo que llegó a producción. De esta forma, el Peugeot 505 salvó al Aston Martin V8 Vantage.

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