Es bastante común en EEUU las demandas de consumidores por hechos como que el café estaba demasiado caliente o que la película que vieron en el cine no era lo que esperaban. Respecto al mundo de la automoción también ha habido casos sonados, como aquella demanda colectiva de propietarios a Porsche porque el salpicadero de su coche les deslumbraba, y que acabó con la marca regalando gafas de sol.
Esta vez la cosa es algo más seria y Ferrari (y Bosch) ha sido demandada en EEUU por un conductor que asegura que existe un riesgo real de accidentes debido a los frenos.
Está instando a otros propietarios a unirse a él para responsabilizar a la compañía.
En 2021 y 2022 se llevaron a cabo llamadas a revisión en EEUU, Japón, Alemania y China de muchos modelos, entre los que se encontraban versiones del 458 y 488. El objetivo era solucionar un problema con fugas en los líquidos de frenos. Un parche según los demandantes que “permitió a Ferrari seguir vendiendo miles de automóviles con frenos defectuosos” en vez de reconocer que existía un defecto de seguridad en los frenos.