El todocamino francés apuesta por una imagen muy personal, asociada a un buen espacio interior y las ventajas de la tecnología híbrida.
Dentro del aluvión de todocaminos que inundan el mercado, comienza a ser un problema diferenciar unos modelos de otros. Si antes bastaba con fijarse unas dimensiones y un presupuesto como únicas normas, ahora eso no basta. Cada vez más, los fabricantes buscan diferenciar su producto y, en este sentido, la imagen juega un papel fundamental.
Es el caso de Renault con el Arkana, que milita en el segmento de los SUV compactos, aunque apostando por una silueta personal, con un marcado aire coupé. Una imagen, hasta hace poco reservada para vehículos de fabricantes premium, pero que ahora se vuelve más accesible de la mano de Renault.
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Con una carrocería con mucho estilo, con 4,57 metros de longitud, por 1,82 metros de anchura y 1,57 de altura y una distancia entre ejes de 2,72 metros, el Arkana comparte la plataforma CMF-B con el Captur, aunque el habitáculo es más amplio, recordando incluso al Captur en algunas cotas.
La practicidad también está bien resuelta, con un maletero que anuncia una capacidad de 480 litros en esta versión híbrida E-Tech, aunque las variantes microhíbridas pueden llegar hasta los 513 litros, siendo de los mejores de la categoría. Si se tumban los respaldos de las plazas traseras, el volumen puede llegar hasta los 1.263 litros de capacidad.
Dada la naturaleza híbrida de este Arkana, la ciudad y sus alrededores son el escenario idóneo para sacar el mejor partido al SUV francés. El control dinámico de la conducción Renault Multi Sense (con tres modos diferentes) se encarga de adaptar la respuesta del vehículo a las necesidades del conductor, pero queda claro que lo mejor siempre es que haya una reserva de carga en la batería del sistema híbrido.
De lo contrario, si esa batería se agota por completo, el comportamiento dinámico en materia de aceleración o agilidad a la hora de adelantar, se reduce notablemente.
En cambio, si practicas una conducción relajada o utilizas fundamentalmente el modo Eco, verás que el consumo medio oficial de 4,8 litros cada 100 km (ciclo WLTP) se reproduce sin esfuerzo en el ordenador de a bordo.
Es más, si te anticipas en las maniobras de frenada y aceleras de forma muy progresiva, aprovechando el terreno favorable, verás dígitos inferiores.
El otro punto fuerte, circulando por ciudad, es que el sistema híbrido recurre al modo 100% eléctrico con asiduidad (siempre que la batería tenga la carga suficiente), lo que refuerza esa sensación de comodidad, ante la carencia de ruidos y vibraciones procedentes del vano motor.
Si pasamos al apartado de la dotación de serie del modelo francés, pocos peros se le pueden poner. Tanto es así, que a modo de curiosidad, no puedes añadir ningún extra al equipamiento de fábrica, lo que habla muy bien del Arkana RS Line.
Todo, por un precio desde 37.730 euros, sin rebajar las ayudas oficiales del fabricante. Una vez aplicadas, hablamos de una cifra cercana a los 35.000 euros. Ahora bien, si manejas un presupuesto inferior, debes saber que tienes un Arkana microhíbrido, con 140 CV, desde 28.890 euros sin descuentos.
