Los metales con bajas emisiones contaminantes son cada vez más importantes para los planes ecológicos de los fabricantes de coches.
El camino hacia la neutralidad total de CO2, que la mayoría de las empresas quiere alcanzar en 2040, para los fabricantes de automóviles pasa por la reducción de las emisiones por vehículo.
De hecho, cada coche producido lleva una especie de ‘carga’ de emisiones en la que se suman las generadas para su construcción, teniendo en cuenta toda la cadena de suministro, es decir, el origen y la transformación de cada componente. Por tanto, no basta con que las fábricas donde se ensamblan sean neutras, sino que es importante obtener materias primas bajas en emisiones, sobre todo metales, que representan la mayor parte.
Tres cuartas partes del peso es metal
Por lo tanto, para reducir significativamente las emisiones por vehículo, resulta esencial reducir el ‘equipaje’ de emisiones que el acero y el aluminio traen a cada coche que se construye.
BMW Group, acero producido sin emisiones de CO2
Fabricantes como Audi, BMW, Mercedes-Benz, Nissan y Volvo han anunciado en los dos últimos años importantes acuerdos con start-ups y empresas metalúrgicas comprometidas con la investigación de métodos de producción que reduzcan o incluso eliminen las emisiones en el procesamiento de metales, es decir, en la fundición y transformación de minerales metálicos en perfiles y productos laminados básicos.
Acero producido con energía ‘verde’ en Suecia
Electricidad procedente, en estos casos, de fuentes sostenibles certificadas, es decir, de una mezcla de energía solar, hidroeléctrica y eólica, lo que en la práctica supone cero o casi cero emisiones de uno de los procesos más intensivos en energía.
Volvo y SSAB, juntos por un acero libre de fósiles
Hasta un 40% menos de CO2
Volvo también reiteró el papel de los metales de bajas emisiones en sus planes de descarbonización en la última cumbre mundial sobre el clima COP28 celebrada en Dubai. El objetivo de la empresa es reducir las emisiones de CO2 por vehículo producido en un 75% para 2030 en comparación con los niveles de 2018, con un hito intermedio del 40% que se alcanzará en 2025.
Esto se consigue en parte mediante la conversión eléctrica de la gama de productos, reduciendo el CO2 emitido por las fábricas, pero para el siguiente paso serán cruciales los materiales bajos en carbono, que se calcula que pueden generar por sí solos un recorte de hasta el 40%.
Para acelerar este proceso, Volvo Cars se ha unido a la coalición First Movers (FMC) del Foro Económico Mundial, que apoya con su poder adquisitivo la difusión de nuevas tecnologías que puedan facilitar la transición a un aluminio de emisiones cero o casi cero. Para el acero, Volvo recurre a SSAB, otra empresa sueca que suministrará acero procesado mediante procesos ‘verdes’ a partir de 2026.