Ford ha presentado los resultados del primer trimestre, donde por primera vez ha detallado las ganancias y pérdidas de sus diferentes divisiones. Tanto la de coches de combustión, Ford Blue, como la de coches eléctricos denominada Model E. Esta última precisamente ha sido noticia por las importantes pérdidas que ha acumulado.
También se alude a la caída de ingresos registrados entre el último trimestre de 2022, con 1.600 millones, y los logrados en los tres primeros meses de este año, 700 millones. Una comparación bastante habitual pero como sabemos poco rigurosa, ya que supone comparar el mejor trimestre del año en cuanto a ventas con el peor.
La realidad es que la división de coches eléctricos de Ford es una fuente de pérdidas por culpa de las fuertes inversiones que está realizando el fabricante en la expansión de su capacidad de producción, y como ejemplo los trabajos en la planta de Cuautitlán, México, la encargada de producir el Mustang Mach-E, que ha estado unas semanas cerrada para incrementar su capacidad hasta las 210.000 unidades al año para finales de este 2023.
Si bien los recortes de precios de rivales como Tesla no ayudan a los resultados de Ford, que ha tenido que reducir el precio del Mustang Mach-E para mantenerlo competitivo, el incremento de la capacidad de producción ayudará a Ford a lograr reducir costes de producción y aumentar los márgenes de beneficio de forma paulatina.
Pero el camino no será fácil, y este año se estima que las pérdidas de la división de coches eléctricos llegará a los 3.000 millones de dólares, más que los 2.100 millones del pasado ejercicio, lo que nos indica que la apuesta de Ford es a largo plazo, en una dinámica que los analistas indican marcha en la buena dirección para conseguir transformar las pérdidas en beneficios en no muchos años.