La firma alemana ya tiene en los concesionarios el nuevo BMW Serie 5, la octava generación de la berlina que nació en 1972. Una de las grandes novedades de este modelo es que deja atrás la etiqueta C de la DGT y da paso a una amplia gama de versiones electrificadas.
En este sentido, ya cuenta con sistemas de propulsión eléctrica, unas variantes conocidas como BMW i5. De esta manera, dentro de la cartera de productos cero emisiones de la marca, se posiciona entre el BMW i4 y el BMW i7. Según responsables de la compañía, la mitad de las ventas del i5 serán de las versiones totalmente eléctricas.
No obstante, ¿qué cuota de mercado tiene el segmento de las berlinas? En España solo llega al 0,6%, una categoría totalmente eclipsada por los SUV, si bien es cierto que en lugares como EE.UU., China o Reino Unido tienen más público. Por otro lado, es indudable que las matriculaciones de empresas ayudan a sobrevivir a este tipo de carrocería.
BMW i5.
El BMW Serie 5 es un coche que compite contra modelos como el Audi A7 Sportback, Mercedes CLS o Volvo S90, entre otros.
Si hablamos del i5, el eléctrico puro, podemos equipararlo con el Tesla Model S, Mercedes EQE, Audi e-tron GT o BYD Han.
En el plano estético, el BMW Serie 5 presenta bastantes novedades. Para empezar, el frontal integra la distintiva parrilla en forma de riñón de BMW, con una posición más adelantada y, de manera opcional, el contorno iluminado conocido como BMW Iconic Glow (de serie en el i5 M60).
Los grupos ópticos se han reinterpretado, con una apariencia más moderna y expresiva. Además, los elementos LED están dispuestos casi verticalmente y sirven tanto como intermitentes como luces de conducción diurna. En los laterales se pueden apreciar los faldones negros, los cuales ayudan a reducir la sensación de volumen, mientras que las llantas pueden ser de hasta 21 pulgadas.
BMW i5.
La trasera cuenta con una imagen más poderosa respecto a su antecesor, gracias a los faros planos divididos por una tira cromada y al difusor de grandes dimensiones.
En cuanto a sus medidas, esta nueva generación ha crecido en longitud 97 milímetros hasta 5,06 metros, 32 milímetros en anchura hasta 1,90 metros y 36 milímetros en altura hasta 1,51 metros.
El interior del BMW Serie 5 ha evolucionado hacia un espacio mucho más tecnológico y premium. La disposición de los elementos, los acabados de gran calidad y la digitalización materializada en el Curved Display, hacen que la berlina alemana haya ascendido de categoría.
Al entrar en el habitáculo nos sorprende el volante de corte deportivo, presente en cualquier versión. El salpicadero tiene apenas botones, con un cuadro de mandos de 12,3 pulgadas y una pantalla de infoentretenimiento de 14,9 pulgadas, las cuales forman el mencionado Curved Display.
En el plano de conectividad, destaca el nuevo BMW Operating System 8.5, el cual muestra un menú con multitud de funciones como si de un smartphone se tratara. Este permite acceder a la navegación, radio o ajustes del vehículo de una manera sencilla, sin inmersión que distraiga al conductor. Cuenta con Apple CarPlay y AndroidAuto de serie.
En la pantalla central es posible la transmisión de vídeo, así como una innovadora forma de juego en el coche, presentado por primera vez en este modelo con la plataforma AirConsole. Tanto el conductor como los pasajeros pueden entretenerse con los llamados juegos casuales con el vehículo parado, utilizando el teléfono como mando.
En esta nueva generación, hay motores eléctricos, de gasolina y diésel electrificados e híbridos enchufables. En el bloque cero emisiones, hay dos opciones conocidas como i5 eDrive40 y M60 xDrive. La primera tiene 250 Kw/340 CV de potencia y una autonomía de entre 497 y 582 km, mientras que la segunda rinde 442 kW/601 CV y una autonomía de entre 455 y 516 km. Ambas integran una batería de 81,2 kWh.
BMW i5.
Las versiones de gasolina (520i) y diésel (520d) van asociados a un sistema micohíbrido de 48V, con 153 Kw/208 CV y 145 kW/197 CV respectivamente. En el caso de las variantes híbridas enchufables, se puede optar por el BMW 530e sDrive o el BMW 550e xDrive, con 220 kW/299 CV y 360 kW/489 CV, respectivamente.
El precio de partida del BMW Serie 5 es de 60.050 euros con la versión diésel, una cifra que no se distancia en exceso de la variante eléctrica de acceso, tal y como se muestra a continuación:
Eléctrico
| BMW i5 | PVP |
| M60 | 114.250 € |
| eDrive40 | 76.750 € |
Gasolina, diésel y PHEV
| BMW Serie 5 | PVP |
| 520i sDrive (gasolina) | 60.150 € |
| 520d sDrive/xDrive (diésel) | 60.050/62.600 € |
| 530e sDrive (PHEV) | 71.150 € |
| 550e xDrive (PHEV) | 88.250 € |
En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de probar la gran novedad del modelo bávaro, uno de los motores cero emisiones. Concretamente, ha sido el BMW i5 eDrive40, con 340 CV. Sin embargo, cabe mencionar que también nos hemos puesto a los mandos de la versión diésel y si tuviéramos que decantarnos por uno, sería el eléctrico. Esta mecánica ofrece más soltura y dinamismo, más patada.
A su hermano de 197 CV le cuesta más desenvolverse con agilidad, pero es lógico debido a su considerable peso de más de 1.800 kg. La señorial berlina eléctrica ofrece varios modos de conducción: My Modes Personal, Sport, Effcient, Relax, Expressive y Digital Art.
Cada uno brinda una experiencia distinta, colocando automáticamente las cortinillas del techo o las ventanillas de determinada manera, cambiando el color del habitáculo o dejando escuchar un sonido muy particular para que las sensaciones de conducción aumenten.
De hecho, en varios de ellos suena la conocida melodía de la introducción de THX, lo que hace magnificar el momento. Respecto al comportamiento dinámico, ha cumplido con las expectativas. Uno de los aspectos más positivos de los sedanes frente a los SUV es su punto de gravedad, más cercano al suelo.
BMW i5.
Esto consigue un mejor agarre al tomar las curvas, así como mayor estabilidad. No obstante, no hay que olvidar que se trata de un coche de grandes dimensiones, cuyo objetivo, más bien, es el de llevar pasajeros de manera confortable. El BMW i5 M60 xDrive ya es otra historia…
Antes de comenzar la ruta, el cuadro de mandos indicaba una carga del 79% de la batería, proporcionando así una autonomía de 304 kilómetros. Después de recorrer 93 km, el consumo fue de 18,4 kWh/100 km.
