Estos cuatro camiones, de una empresa que trabaja para BMW, funcionan con un combustible alternativo que reduce las emisiones de CO2 hasta un 90%.
Aunque la electrificación está avanzando a un ritmo imparable, hay también otros combustibles que están siendo probados hasta que llegue el momento de decir adiós a los motores de combustión. Los combustibles con base vegetal son alguna de las alternativas que se están utilizando para evitar la emisión de gases contaminantes, aunque sea de manera parcial.
Esto significa que los motores de estos camiones están preparados para funcionar con combustible HVO100, un combustible elaborado con deshechos de cocina, residuos y materias primas renovables. Es decir, que se trata de un combustible que se basa en aceites vegetales usados, como el aceite de cocina usado.
En comparación, el HVO100 emite un 90% menos CO2 que el diésel convencional. Esto hace que sea mucho menos contaminante, pero en cambio, tiene un consumo un 3% superior al del combustible tradicional. Sin embargo, el uso de este combustible, cuyo nombre significa «aceite vegetal hidrotratado«, evitará la emisión de 800 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Este combustible está siendo suministrado por la empresa Neste. Se fabrica con la tecnología NEXTBTL, que convierte los aceites vegetales usados en combustible utilizando una reacción catalítica con hidrógeno. No se trata de biodiésel, que tiene una composición quimica y un sistema de producción diferente.