A finales de los años 90, Honda se sacó de la manga el híper-sugestivo Accord Type R, que montaba un maravilloso motor atmosférico de 212 CV y diferencial autoblocante.
Los años 90 fue una época dorada para las berlinas deportivas. Quién no soñó en aquellos años con tener un Mitsubishi Lancer Evolution o un Subaru Impreza STI. Bajando un poco el listón podías encontrar otras un poco menos brutas pero aún lo bastante emocionantes, como el Honda Accord Type R, que se comercializó entre 1998 y 2002.
Acoplado a una transmisión manual de cinco marchas con desarrollos bien cortitos y en asociación con un buen diferencial autoblocante no sólo era veloz, sino también uno de los mejores coches de tracción delantera en términos de efectividad y sensaciones.
La dura suspensión, los frenos con pinzas de doble pistón (flotantes, eso sí), el doble escape o el mencionado diferencial autoblocante no eran óbice para que el Type R conservara la usabilidad del Accord. Y tampoco se desprendió de su reconocida fiabilidad. Es más, los pocos Accord Type R que circulan suelen tener muchos kilómetros, síntoma de su robustez.
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Sí que es cierto que si te gustan los coches discretos, quizá el Accord Type R no sea todo de tu agrado. La mayoría de los que se vendieron iban pintados en un vivo rojo que se acentuaba con los faldones, las llantas de 17″, la doble salida de escape y, sobre todo, el voluminoso alerón seña de su indentidad. También fue sensiblemente aligerado retirándole parte del material aislante acústico.
¿Cuánto cuesta uno? Pues depende de su estado, claro está, pero lo normal es que su cotización baile entre los 7.500 y 10.000 euros. Si echas un vistazo al mercado, no te asustes por el kilometraje que reflejen las unidades que encuentres porque lo normal será que superen los 200.000 km, y no por poco.
Pero bueno, como decíamos antes, eso habla bien de su fiabilidad. Y desde luego, conducir uno de estos implica que será francamente difícil que te cruces con otro.