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Aston Martin DB5 Junior, a prueba: pequeño pero matón

¿Un Aston descapotable y eléctrico por 42.000 euros? Sí, pero tiene truco...

aston martin db5 junior, a prueba: pequeño pero matón

¿Qué pasaría si pudiéramos decir que Aston Martin ha lanzado un coche eléctrico que está disponible por el precio de un coche de gama media? Querrías uno, ¿verdad? Lo cierto es que puedes hacerte con uno, pero tiene sus inconvenientes, ya que este nuevo Aston Martin es un modelo a escala 2:3 y no es apto para circular por carretera abierta.

Se trata del Aston Martin DB5 Junior, de tamaño similar a los Ferrari Testa Rossa J y Bugatti Baby II, y es el tercer modelo de la empresa inglesa The Little Car Company, compuesta por entusiastas y talentosos ingenieros dedicados a la producción artesanal de estas increíbles máquinas a escala, para coleccionistas y sus afortunados hijos, por supuesto con el beneplácito de los fabricantes originales.

Galería: Aston Martin DB5 Junior, prueba

Este diminuto modelo copia la forma del coche más icónico de Aston Martin con un nivel de detalle obsesivo, desde las fluidas líneas de su preciosa carrocería, construida o bien en fibra de vidrio o bien en fibra de carbono, hasta los auténticos logotipos de Aston Martin. Aparcado junto a un DB5 original de tamaño real, es casi un clon. Como parte del desarrollo del Junior, la compañía hizo un escáner 3D de un DB5 real.

Como el Bugatti Baby II y el Testa Rossa J, el DB5 es un descapotable, o más bien un Volante si utilizamos la jerga de Aston Martin. Además del techo, también prescinde del motor de seis cilindros en línea del original, y en su lugar recurre a un sistema eléctrico. The Little Car Company va a fabricar solo 1.059 unidades, cifra idéntica a la producción del coche original, y habrá tres versiones diferentes disponibles.

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Bond… Baby Bond

Las opciones incluyen el DB5 Junior, el DB5 Vantage Junior y el DB5 Vantage No Time To Die Edition. El DB5 Junior se conforma con un motor eléctrico de 6,8 CV y una batería de 1,8 kWh, ofreciendo dos modos de conducción (Novice, hasta 19 km/h, y Expert, hasta 48 km/h).

El DB5 Vantage, como su equivalente a tamaño real, mejora las prestaciones. Dobla la potencia del motor eléctrico hasta los 13,6 CV y hay una batería adicional que le permite alcanzar hasta 71 km/h en el modo de conducción Vantage. Otros cambios en el Vantage incluyen la carrocería de fibra de carbono (en lugar de composite), que justifica un precio unos 12.000 euros superior.

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Si eres un aficionado de James Bond y el dinero no es un problema, querrás la versión No Time To Die, que dobla el tamaño de batería y aumenta la potencia hasta los 21,8 CV, pudiendo alcanzar más de 72 km/h. También incorpora elementos no funcionales como una ‘minigun’, portamatrículas rotativo, pantalla de humo o gadgets ocultos en el salpicadero.

El citado portamatrículas utiliza la misma tecnología que el DB5 de la película y, aunque las armas no disparan munición real, emergen tras los faros. Y, ¿la pantalla de humo? La versión No Time To Die puede echar humo por el escape durante una hora, así que podrás perder a cualquiera que te persiga.

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A pesar de lo divertidos que puedan sonar estos gadgets para la versión Bond, esto dobla el precio del Vantage y, dado que no hay villanos de los que huir, el Vantage es suficiente. Acceder al coche es tan fácil como subirse por el lateral y escurrirse en el asiento. Si eres de piernas largas, resulta útil que el volante de tres radios de caoba y aluminio sea extraíble, pero una persona de 1,80 metros puede acceder sin quitarlo.

El cuero que recubre los asientos tiene la calidad que esperarías de un Aston Martin a tamaño real, mientras que el brillante tirador del freno de mano hidráulico es igualmente bonito. La instrumentación, Smiths como en el original, muestra el estado de la batería, un indicador de marcha, la temperatura del motor, la velocidad y la potencia. También hay un reloj DB5 auténtico, así como intermitentes, bocina (que me arrepiento de no haber probado) y un simple dial selector que permite elegir ir hacia delante o hacia atrás.

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En la corta pista de pruebas de Bicester, en la sede de la marca, el DB5 Junior Vantage revela rápidamente el nivel de ingeniería del que goza. Bajo esa espectacular carrocería, el chasis cuenta con una suspensión de dobles triángulos, como la del DB5, y un eje trasero rígido con brazos tirados y una barra Panhard. Los ingenieros trabajaron para recrear el DB5 hasta tal nivel de detalle que algunas cotas de la suspensión son idénticas a las del coche original. Aston Martin incluso mandó a su piloto de pruebas ganador de Le Mans durante un periodo de descanso, Darren Turner, para dar el visto bueno al pequeño modelo.

Dado que hay que mover más que el peso de un niño, opté por la potencia del Vantage, y es enérgico. Acelerar a fondo no te rompe el cuello, pero es suficientemente rápido para mantener una sonrisa mientras conduces. La sensación de velocidad se amplifica por estar sentando tan bajo, con tan poco a tu alrededor. Si eres un adulto de proporciones convencionales, tu cara queda incluso por encima del parabrisas. Y aunque esto sea divertido, el Junior se pone divertido cuando giras para afrontar la primera curva.

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Se comporta, y se comporta bien, con la dirección algo muerta en relación al tacto, pero con suficiente peso. El morro se inscribe con rapidez y revela altos niveles de agarre. Inevitablemente, a medida que sumo vueltas, aumenta también el nivel de entusiasmo, y el DB5 Junior responde exactamente como esperarías. Páralo con los frenos (discos en ambos ejes) antes de entrar a una curva manteniendo el gas (o el equivalente eléctrico) y la transferencia de pesos te permite iniciar un derrape en la entrada, durante y en la salida del a curva.

En resumen, es muy divertido. De reírse a carcajadas de forma incontrolada mientras el DB5 corre por la recta a 70 km/h, antes de frenar para otra curva y volver a enfrentarla de lado. Es la mayor diversión que he tenido con un coche, cualquier coche, en mucho tiempo, y podría seguir rodando hasta acabar la batería, algo que lograría en entre 1,5 y 2,5 horas (o hasta 64 kilómetros) de conducción, dependiendo del estilo de la misma. Hoy en mis manos, imagino que una hora como máximo, o el máximo dolor por sonreír que soporte mi cara.

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Pudiendo intercambiar las baterías rápidamente en cuestión de segundos, la diversión no tiene por qué acabarse cuando lo haga la carga, y The Little Car Company ofrece un juego de baterías de repuesto como opción, en caso de que te vengas arriba. Lo cual es muy probable que ocurra, porque es absolutamente genial.

Sí, es el modelo más asequible de Aston Martin y no, no lo puedes usar en carretera. Además la escala del DB5 supone que no es más que un juguete para aquellos que puedan permitírselo. Por tanto, podríamos desestimarlo como una mera frivolidad, pero sería un flaco favor para la compañía que lo fabrica. 

La producción del DB5 Junior y de los otros modelos de Little Car Company da trabajo a unas 30 personas en Bicester y a otros tantos a lo largo de la cadena de suministro. El hecho de que la compañía lo haga con apoyo de marcas como Aston Martin, Ferrari y Bugatti subraya su valor a nivel de ingeniería, integridad y la gran atención por el detalle. El alto nivel de deseabilidad es inversamente proporcional a la diminuta escala del DB5 Junior, porque es una cosa tremendamente jovial.

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