El Audi TT (prueba) de primera generación (8N) fue un auténtico éxito. Con casi 270.000 unidades comercializadas en un plazo de unos siete años, el Tourist Trophy se convirtió en símbolo de diseño y elegancia con un marcado carácter deportivo. Sin embargo, aunque su lanzamiento en versión de producción (había sido proyectado inicialmente como un estudio de diseño) fue masivamente aclamado, su aterrizaje en el mercado estuvo marcado por cierta polémica que obligó a Audi a actuar.
Repasando la Historia del Audi TT hemos encontrado una curiosidad que tuvo lugar durante los primeros dos años de vida comercial. Los responsables de transformar un concept car en un coche de calle matriculable trataron de conservar en mayor parte el diseño del vehículo original, aunque introdujeron cambios menores como las ventanillas traseras laterales o la zaga ligeramente más larga.
El resto de aspectos de diseño que habían llamado la atención del público y la prensa especializada en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1995 se conservaron sin modificaciones. Audi toma la decisión de llevar a producción el TT en diciembre de ese mismo año y emplea algo más de dos años en crear un vehículo apto para circular por las carreteras. La firma de Ingolstadt inicia la producción del TT, finalmente, en 1998 en la factoría de Győr, en Hungría.
Problemas para Audi en el lanzamiento del TT de primera generación
Las primeras unidades no tardan en llegar a las calles y lo hacen acompañadas poco después de una versión descapotable, el Audi TT Roadster, que se presentó en 1999. Sin embargo, la compañía de los cuatro aros pronto comienza a recibir algunas quejas de clientes descontentos con el comportamiento del nuevo deportivo compacto, alegando que el coche era peligroso en curvas rápidas.
Según estos conductores, el TT se mostraba inestable en curvas rápidas, donde perdía el apoyo en el eje trasero y este empezaba a flotar, lo que desembocaba en un sobreviraje con el riesgo mayúsculo que conllevaba en conductores inexpertos. Por temor a que el Audi TT fuera considerado un coche peligroso de conducir, la marca hace una llamada a revisión a finales de 1999 en el que retira todos los TT producidos para introducir cambios que redujeran este supuesto comportamiento sobrevirador.
Entre los ajustes realizados por los ingenieros de Audi se encontraba una nueva configuración de suspensión, especialmente en el eje trasero, que lo hacía tender más al subviraje. También se instaló el programa electrónico de estabilidad (ESP) y, lo más notable, un alerón trasero fijo de estilo cola de pato que aportaba mayor carga aerodinámica en las ruedas del eje posterior, mejorando así la estabilidad y el aplomo.
Sin embargo, llevando a cabo esta llamada a revisión Audi asumía su parte de culpa y mandaba el mensaje de que se había equivocado al diseñar el TT. Y esto, en realidad, se alejaba mucho de la verdad. Después de recibir varias denuncias por parte de propietarios del TT de primera generación que aseguraban haber sufrido accidentes por el mal planteamiento dinámico y aerodinámico del coche, el asunto acabó en una corte judicial para analizar el problema.
Una corte judicial determinó que el Audi TT sin alerón no era peligroso
El objetivo de la corte judicial era determinar la posible responsabilidad de Audi en los accidentes que se estaban denunciando, y tras un riguroso análisis, esta corte falló a favor de la marca. Se determinó que Audi no tenía ninguna responsabilidad en lo ocurrido y que los accidentes se debían a negligencias por parte de los conductores que, en varios casos, eran debido a la falta de experiencia con este tipo de vehículos.
A pesar del fallo de la corte judicial, las tres generaciones del Audi TT tienen alerón trasero de serie
Por tanto, la ley dio la razón a Audi y eximió al fabricante de cualquier tipo de responsabilidad, alegando que el TT tenía una aerodinámica adecuada y un comportamiento dinámico acorde a su configuración de coche deportivo. Pero el fallo del juez llegó en un momento en el que Audi ya había realizado todos los cambios que había creído oportuno en los TT fabricados, mientras que los que se construyeron a continuación saldrían de la línea de montaje con alerón y una suspensión reconfigurada.
Esto también tuvo sus consecuencias en la filosofía de Audi. La compañía alemana decidió que sus coches serían fáciles de conducir tanto para conductores expertos como los que no tenían experiencia. Se prescindió del carácter deportivo y el eje trasero juguetón en favor de un comportamiento más neutro que podía tender a subvirar. Por supuesto, esto se implementó en el resto de coches de la marca, así como en las dos generaciones siguientes (8J y 8S) del TT.
