Se llama Jet Shark y es una embarcación para cuatro ocupantes que puede navegar a toda velocidad tanto en superficie como bajo el agua.
Car and Driver
El nombre resulta perfecto porque su forma, una vez en el agua, es la de un tiburón, aunque también podría parecer un delfín. Sus diseñadores, Rob Innes y Dan Piazza, querían crear una embarcación diferente con la que disfrutar tanto de forma tranquila como para hacer las más divertidas acrobacias, ya que el Jet Shark es capaz de realizar saltos en el agua y de sumergirse ligeramente a gran velocidad. Y todo ello con cuatro ocupantes incluido el piloto.
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En realidad es un semisumergible, ya que el Jet Shark solo puede hundirse bajo el agua poco más de un metro. El tubo de snorkel superior, que también incluye una cámara, permanece sobre el agua en todo momento para que el piloto pueda ver en las pantallas lo que sucede por encima del agua. Si la embarcación pierde energía por cualquier motivo, regresa instantáneamente a la superficie.
Precisamente la seguridad ha sido una de las premisas en el desarrollo de Jet Shark. Su nivel de flotación estática permite que se mantenga a flote incluso si toda la embarcación está completamente inundada. Las aletas laterales impiden que pueda darse la vuelta y permanezca siempre en la posición correcta. En el exterior cuenta con una gran cantidad de cámaras, sensores y un lidar para garantizar que se mantiene alejado de otras embarcaciones y usuarios durante sus inmersiones poco profundas.
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Con motor Corvette
El propulsor que mueve al Jet Shark es una versión adaptada a la navegación marina del motor V8 de 6.2 litros del Corvette de nueva generación, con una potencia de 425 CV. En el futuro también se contemplar utilizar motores sobrealimentados de hasta 600 CV así como motores diésel de los utilizados en embarcaciones comerciales. Tampoco se descarta el uso de propulsión 100% eléctrica cuando los responsables de la firma consideren que el paquete de energía, motores y baterías, resulta suficientemente seguro y fiable para una embarcación de este tipo.
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Si se quiere disfrutar de una travesía tranquila se puede navegar con las puertas batientes completamente abiertas y dejar toda la cabina al descubierto. Para una navegación más deportiva y disfrutar de las inmersiones, las puertas se cierran herméticamente mediante un control activado por el piloto. Todavía está en fase de desarrollo pero su precio en el mercado podría estar entre los 200.000 y los 300.000 dólares en función del motor empleado y el equipamiento que quiera el cliente.
