Este roadster de 3+1 plazas lo creó Franz von Holzhausen, el padre del Tesla Model S.
- Estreno en Detroit 2006
- Galería: Mazda Kabura (2006)
- El diseñador que se fue a Tesla
- 150 CV, caja manual y propulsión
Es muy probable que conozcas el Mazda RX-8, el coupé deportivo que estuvo a la venta entre 2003 y 2012 con un motor Wankel. Y es aún más probable que conozcas el MX-5, el exitoso roadster del fabricante japonés. Pero, ¿te suena el Mazda Kabura? Si no lo conoces, no te preocupes porque aquí tienes lo más importante de él.
Estreno en Detroit 2006
Galería: Mazda Kabura (2006)
Por ello, este concept tenía voladizos cortos, un capó largo y una trasera nítida. Los detalles que llamaban la atención eran los faros y pilotos en forma de L, así como el capó de cristal de la sección central, a través del cual brillaba la tapa de la culata pintada en rojo.
El diseñador que se fue a Tesla
El diseño del Kabura salió del estudio californiano de Mazda y de la pluma de Franz von Holzhausen, que luego se convertiría en el padre del Tesla Model S.
Como resultado, el pasajero que se sienta detrás tiene casi tanto espacio para las piernas como el que va delante. En cambio, el asiento que había detrás del conductor solo servía de emergencia. Al mismo tiempo, para que la entrada a la parte trasera fuera lo más cómoda posible, el Kabura se equipó con una segunda puerta en el lado del pasajero.
¿Quiere más datos? El prototipo japonés medía 4,05 metros de largo, 1,68 de ancho y solo 1,28 de alto. De este modo, era ligeramente más alto que el MX-5 de la época y claramente más corto (38 centímetros menos) que el RX-8.
150 CV, caja manual y propulsión
El coche contaba con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 2,0 litros, que desarrollaba 150 CV. Una caja de cambios manual de seis velocidades enviaba la potencia a las ruedas traseras 245/35 R20. Curiosamente, se instalaron llantas de 19 pulgadas en el eje delantero. El fabricante no proporcionó ninguna información sobre el peso del conjunto.
Aunque el concept contenía muchos detalles emocionantes, la prensa ya vaticinó en su momento que “la producción en serie de este roadster de gran belleza era difícil de esperar”. Más bien, el Kabura sirvió a Mazda como anticipo de muchas soluciones que luego llegaron a la producción en serie con otros modelos.