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Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar

Esta versión del biplaza francés representa un antes y un después en la firma, ya que el A110 prepara su próxima electrificación.


    Proyectos como el Alpine A110 R nos castigan emocionalmente. Cuando te bajas de un automóvil como éste, piensas que cada vez queda menos para poder sentir el sonido de un motor de verdad estirándose, aunque sea un cuatro cilindros turboalimentado, y el olor de la gasolina quemada. Los vehículos eléctricos nos permitirán correr mucho y marearnos, sí, pero no será lo mismo. Al menos es la opinión de quien escribe. Dicho esto, el Alpine A110 R es un auténtico supercar con sus particularidades: mide de largo casi como un Nissan Juke, es tan alto como un Ferrari 296 GTS, pesa como un Fiat Panda Hybrid y corre como un Audi RS 5 Coupé Competition. ¿Te haces una idea de la locura de coche que es?

    Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver

    Efectivamente, el A110 R es la máxima expresión de la deportividad de la ‘joven’ marca francesa. Es un paso más del A110 S. Como ellos mismos dicen, “es radical” y están en lo cierto. El coche presenta una imagen más bruta y nada es al azar. Las partes de carbono son reales para bajar el peso del coche 34 kilos, como el capó, el techo, la cubierta trasera del motor y el alerón. Hay más partes hechas en este material, como la estructura de los asientos de carreras y las llantas de 18 pulgadas, que a su vez llevan unos protectores exteriores distintos en cada eje para acentuar esa imagen extrema. Estos tapacubos exclusivos están diseñados para mejorar la aerodinámica, que es otro de los puntos vitales de la preparación. Según Alpine, el A110 R aumenta el peso a alta velocidad al sumar 110 kilos de carga en el eje trasero y 31 kilos en el delantero, lo que quiere decir que el coche, cuanto más rápido, más pegado al asfalto va.

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    También se añaden neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 en medida 215/40 delante y 245/40 detrás, frenos Brembo con discos de 320 milímetros en ambos ejes y una suspensión rebajada 10 milímetros con la posibilidad de añadir otros 10 más única y exclusivamente para circuito. Puedes leer más información de la preparación aquí.

    Ficha técnica del Alpine A110 R

      Test de conducción: circuito y carretera

      El circuito del Jarama tiene el honor de acoger los primeros test de periodistas de todo el mundo. La mañana amanece fresca, por debajo de cero grados, pero ni el frío detiene nuestras ganas de rodar con este deportivo convertido prácticamente en icono del automovilismo, y eso como quien dice, que acaba de nacer. Nuestras vueltas comienzan tras un breve breifing en el que nos cuentan las principales características del coche y del trazado.

      El Alpine A110 R te deja claro que es más divertido que coches más grandes y pesados. No hace falta tener un motor de 500 caballos para tener buena aceleración. El A110 R consigue lanzarse desde parado a 100 por hora en 3,9 segundos, un auténtico datazo para su cuatro cilindros turbo de 1.8 litros y 300 caballos, bloque idéntico al del Renault Mégane RS Ultime, por cierto. Para ponerlo en contexto, es más rápido que un Honda Civic Type R de 320 CV (5,4 segundos), un Cupra Formentor VZ5 (4,2 segundos) o un BMW M2 automático con 460 CV (4,1 segundos). Lógicamente, la cuidada aerodinámica y el bajo peso del coche, inferior a 1.100 kilos, juegan a favor de lograr estas prestaciones.

      Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver

      Lanzado, el A110 R se siente un coche ‘de juguete’. Es ágil, mucho, y tiene tanto una dirección ultraprecisa que obedece a la más mínima indicación. La suspensión, que cuenta con una posición Track que baja aún 10 milímetros adicionales a los 10 de serie (el A110 R llega a ser 20 milímetros más bajo que el S), es otra de las partes importantes para mantener el coche estable en todo momento, llegues a una curva rápida como la subida de Pegaso en tercera-cuarta o afrontes una cerrada de segunda como Farina. Y los frenos Brembo, simplemente maravillosos por tacto y resistencia a la fatiga.

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      El trabajo del chasis es fantástico para que tú te dediques a anticipar el siguiente giro y ayudes con volante y gas a la trasera porque, como buen todo atrás, la zaga a veces se pierde y regala algún derrape, ayudado en esta ocasión por un asfalto muy frío al que las gomas semislicks Michelin Pilot Sport Cup 2 no quieren pegarse. Estos ‘culetazos’ los hace principalmente con el programa Track, que desconecta parcialmente la electrónica, algo sólo recomendable para quien tiene manos (muchas diríamos), que logrará jugar con la zaga y lo llevará fino. Este programa también obliga a tirar de levas para subir y bajar ‘hierros’, ya que el coche corta inyección cuando alcanza su tope, acompañando el proceso con petardazos de verdad. Antes de que eso sucede, nos avisa con un pitido para que pulsemos la leva derecha (es el único modo de los tres disponibles en el que se puede hacer esto porque, en el resto, la transmisión funciona en automático, aunque tú puedes actuar en la caja si así lo deseas, pero al poco, ella vuelve a tomar los mandos). Con esto queremos decir que, en circuito y para quien no esté acostumbrado, Sport te permite pasar un muy buen rato. Estas levas son fijas y grandes, por lo que siempre sabemos dónde están.

      Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver

      La segunda parte de la ruta transcurre por autopista y carretera de montaña. Se trata, además, de nuestra habitual ruta de pruebas, por lo que podemos marcar mejor el ritmo. Pero dadas las zonas sombrías de la sierra y las temperaturas gélidas del día, decidimos disfrutar del coche con una conducción más tranquila. Quizá lo que más choca para un uso habitual son los arneses de seis puntos Sabelt, que limitan la movilidad de conductor y acompañante. Buscar el teléfono de la parte inferior de la consola se convierte en una tarea imposible al igual que coger un ticket de aparcamiento de la máquina de rigor. Cierto que la suspensión es firme y golpea nuestra espalda una y otra vez, pero el bacquet, sorprendentemente, es más acogedor de lo que cabría esperar. En su conducción también llama la atención la ausencia de espejo retrovisor interior al que, por costumbre, miras una y otra vez. Pero no existe; recuerda que la luneta con cristal ha sido sustituida por una tapa de carbono.

      Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver

      Sólo echamos en falta un equipo multimedia acorde con un coche como éste que cuesta más de 16 millones de las antiguas pesetas, y no uno desfasado procedente del anterior Clio.

      Por tanto, el Alpine A110 R ¿se parece más a un Porsche Cayman? No. El modelo alemán está más refinado en cuanto a calidad y es mucho más civilizado que el A110 R. La conducción del biplaza francés se asemeja más a la de un antiguo Lotus Exige.

      Probamos el Alpine A110 R en carretera y circuito: Ha nacido un supercar Car and Driver

      Precio y equipamiento del Alpine A110 R

      El modelo más deportivo de Alpine, al menos, hasta la fecha, ya está a la venta y tiene un PVP que se sitúa entre un Audi RS 4 Avant de 450 CV y un Porsche Cayman GT4 de 420 CV. Las primeras entregas comenzarán en primavera.

        Como parte del equipamiento de serie, el coche incluye pedales en aluminio, telemetría, pinzas de freno en color rojo, sensores de aparcamiento traseros, neumáticos semislicks Michelin, llantas de 18 pulgadas de carbono, asientos deportivos Sabelt, audio Focal…

        Como parte de los extras, la lista no es muy extensa y nos encontramos las alfombrillas con logo Alpine y pespuntes azules (140 euros), las pinazas de freno en amarillo o azul (440 euros), el audio premium Focal (680 euros), y un total de ocho colores distintos al negro de serie, con precios que van desde los 940 euros a los 6.290 euros del Azul Racing Mate de los coches de prueba.

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        Valoración

        A favor del Alpine A110 R: sensaciones deportivas, estética de carreras, sonido del escape en modo Track, trasera juguetona en conducción deportiva, agilidad en curva.

        En contra del Alpine A110 R: precio elevado, sistema multimedia lento y con pantalla pequeña, algunos mandos proceden de un Clio de anterior generación.

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