Dicen en Hennessey que llevan “32 años haciendo los coches rápidos todavía más rápidos”, y los hechos les dan la razón. El último ejemplo lo tenemos en este Dodge Charger, que visto a cierta distancia podría ser tomado por una rara berlina que en Europa solo se compra un padre de familia de gustos algo ‘extravagantes’. Extravagantes sobre todo en cuanto al sonido, propio de un ‘dragster’ de aceleración en un tiempo en el que muchos coches ya salen del semáforo en modo eléctrico.
Hennessey.
Muy mejorado
El nuevo Charger H1000 Last Stand cuenta con inyectores mejorados, un sobrealimentador más grande, un sistema de inducción de alto flujo, poleas mejoradas, catalizadores más capaces y un sistema de ventilación del cárter, todo lo cual eleva su rendimiento hasta los 1.000 CV y los 1.285 Nm.
No sabemos su velocidad punta, pero los neumáticos traseros en medidas 305/35 ZR20 son capaces de asegurarle un paso de 0 a 100 en 2,8 segundos… ¡lo mismo que los McLaren Senna y Elva y que el Lamborghini Sian!
Pocos cambios por fuera
El exterior todo ello se acompaña de unos nuevos alerón y difusor trasero de fibra de carbono, faldones laterales, splitter frontal, llantas de 20 pulgadas para las que hay posibilidad de acabado en negro brillante o grafito, gráficos especiales Last Stand y una placa con el número de serie en la que aparece el nombre del técnico que ha montado el motor y se dice que ha sido fabricado “con orgullo en USA”.
Hennessey.
John Hennessey, fundador y CEO de la compañía, ha manifestado que “el Charger es uno de nuestros modelos más populares, con una potencia monstruosa en un chasis cómodo y capaz. Aunque es triste ver desaparecer el HEMI de 6,2 litros, me complace conmemorar su trayectoria de casi una década con nuestros exclusivos modelos ‘Last Stand’, que combinan la potencia de 1.000 caballos con el elegante aspecto de la fibra de carbono y otras mejoras de rendimiento exterior”.
La garantía de esta adaptación, por cierto, es de 3 años o 36.000 millas (57.936 km).
