.
Esta vez, el programa Special Projects de Ferrari, que tiene como objetivo la creación de súper autos con un diseño único e irrepetible (denominados One-Off) desarrollados a partir de los deseos del cliente, creó el KC23.
Diseñado durante tres años a petición de un importante coleccionista de Ferrari, este hypercar destaca por su elevado nivel aerodinámico del exterior que queda demostrado en todas las líneas de la carrocería, así como en las tomas de aire de apertura automática y en el alerón trasero.
Dado que toma como base el motor (V8 de 600 caballos de fuerza y 516 libras-pie de torque), chasis y configuración dinámica del 488 GT3 Evo, el KC23 está diseñado únicamente para un uso no competitivo en pista, y su principal peculiaridad reside en su configuración dual.
Y es que mientras que la disposición estática del auto le permite lucir sus formas puras, elegantes y sinuosas, cuando está en un autódromo hace valer cada una de las soluciones aerodinámicas.
Para lograr una carrocería unitaria y monolítica, se optó por ocultar algunas de las funciones técnicas del auto, en particular las tomas de aire laterales, al suplirlas por un sistema de apertura y cierre automático cuando se enciende el motor V8 biturbo. Además, el alerón trasero también es desmontable, para lograr la máxima limpieza formal con el motor apagado.
Desde el punto de vista de la carga aerodinámica y térmica, Ferrari realizó un intenso trabajo para mantener las prestaciones del KC23, en línea con las del 488 GT3 Evo, a pesar de que la silueta de ambos autos es completamente diferente.
Por ello, fueron creados paneles con cinemáticas ad hoc que se activan automáticamente al encender el KC23. Uno de ellos, el situado detrás de la rueda delantera descubre un desviador de flujo que aumenta la carga vertical delantera y mantiene el equilibrio aerodinámico adecuado. Mientras, el de la parte trasera garantiza el flujo de aire necesario para refrigerar el intercooler y los componentes auxiliares, así como la admisión del motor.
¿Qué más lo hace único?
Incluso las ventanas se han visto influidas por la filosofía de diseño del KC23. Su montaje, sin juntas, elimina de la vista los pilares, juntas y serigrafías, creando un efecto cúpula claramente derivado de la aeronáutica.
Este Ferrari KC23 también llama la atención por el color dorado Gold Mercury, una pintura de cuatro capas especialmente desarrollada con base de aluminio, que permite un gran brillo cuando la irradia la luz solar y le permite cambiar de tonalidad en función del tipo y ángulo de la luz que incide sobre ella.
Finalmente, todo este trabajo de diseño exterior es complementado con dos juegos de rines: uno de 18 pulgadas y otro de 21 pulgadas en el eje delantero y de 22 pulgadas en el trasero.
¿Y por dentro?
Por dentro, el KC23 mantiene todos los elementos del 488 GT3 Evo 2020, con la excepción de los paneles de las puertas y el guarnecido del tablero del lado del pasajero. De igual forma, equipa asientos tapizados en Alcántara y un sistema de cámaras que ha aportado grandes ventajas aerodinámicas al suprimir los clásicos espejos retrovisores, además de preservar las líneas del lateral.
¿Cuánto vale?
Hasta que no aparezca otro One-Off, este KC23 es, por mucho, la cúspide de la personalización de Ferrari y en la que muchos coleccionistas de la marca italiana están dispuestos a pagar. Y del precio, el costo que pagó la persona por este encargo se mantiene en secreto, pero de qué vale varios millones de dólares, es un hecho.