El deportivo descapotable alemán se pasa al mundo eléctrico.
Para los más puristas, los retrofit son un verdadero sacrilegio. Hablamos de esas preparaciones que convierten modelos clásicos en coches 100% eléctricos y que, aunque son una buena forma de poder seguir utilizando estos coches en ciertos lugares, siempre hay detractores que ponen el grito en el cielo por semejantes ‘herejías’.
El último proyecto de esta empresa, que estará presente en la Monterey Car Week, está basado en un exclusivo Porsche 911 America Roadster del año 1992, un descapotable de la generación 964, en edición limitada a 250 coches, que lucía la carrocería ancha del 911 Turbo de la época y que estuvo a la venta solo un par de años.
Pintado enteramente de color negro, este ‘siniestro’ Nueveonce de los años noventa esconde ahora el motor eléctrico de un Tesla Model S, que en este caso desarrolla una potencia de 507 CV y un generoso par motor máximo de 500 Nm.
Gracias a estas cifras, el 911 America Roadster es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en algo menos de 4 segundos. El peso del vehículo es de solo 1.451 kilogramos, a pesar de montar una batería de 62 kWh, que por cierto facilita una autonomía de unos 322 kilómetros, según la compañía.
El 911 en cuestión también incorpora por ejemplo un equipo de frenos Brembo con discos rayados, un diferencial autoblocante trasero o amortiguadores Penske de competición. Según Sacrilege, el coche ha sido puesto a punto en el circuito de Lime Rock Park.
“Para este encargo, nos propusimos mantener el alma del Porsche 911 y su familiar experiencia de conducción, pero añadiendo un bajo mantenimiento y un motor de alto rendimiento”, afirmaba Wagenheim, CEO de Sacrilege Motors, quien también asegura que no pretende que nadie cambie el motor de combustión por uno eléctrico, sino que ambas opciones sean compatibles para divertirse al volante.
