El equipo McLaren tuvo un inicio turbulento en la nueva era de la Fórmula 1, que destapó su telón en un Gran Premio de Bahréin de 2022 nefasto para la escudería papaya, relegada al fondo de la parrilla y pareciendo estar completamente perdida junto a otras marcas como Aston Martin, e incluso en aquel momento hasta la futura campeona del mundo, Red Bull.
Un panorama que ha dado completamente la vuelta en 2023, donde, no sin altibajos, McLaren ha acabado por convertirse en la principal alternativa a Red Bull en buena parte de las carreras de esta temporada.
Ahora, Zak Brown se remite al último Gran Premio de Francia como un momento clave en la trayectoria que ha tomado su equipo en Fórmula 1. Todo ello con la intención de dar coherencia a todos los ascensos y descensos de McLaren desde el inicio de 2022 hasta la eclosión definitiva en el Gran Premio de Gran Bretaña de 2023.
La importancia del GP de Francia de 2022 para McLaren
Así pues, para el magnate americano, todo encuentra su origen en la cita en Paul Ricard que tuvo lugar en el verano de 2022, donde Max Verstappen tomó una ventaja determinante en el mundial tras el fatídico error de Charles Leclerc.
Mientras, en la zona media Fernando Alonso hacía gala de su pillería y la ventaja de Alpine sobre McLaren, cuando el piloto español decidió no aumentar el ritmo a riesgo de ser atacado por Lando Norris: “Si quieren intentarlo, pagarán el precio”, tranquilizaba Alonso a su ingeniero por la radio, sobre el potencial daño en las ruedas de un Lando Norris condenado al rebufo del Alpine.
“El gran momento fue el Gran Premio de Francia de 2022, cuando llegamos tarde con nuestras actualizaciones y fueron ineficaces. La reacción de los dirigentes no fue la reacción que hubiera esperado”.
“Ese fue el gran momento para mí y obviamente hicimos los cambios a finales de año”, comenta Zak Brown, en referencia a las salidas de Woking de personalidades como Seidl o Key, que han marcado el cambio de una McLaren reforzada ahora por grandes figuras como David Sánchez o Rob Marshall:
“Le pedí a Andrea Stella que echara un vistazo a lo que estaba pasando y llamó a mi puerta diciendo: ‘cambiemos esto, cambiemos a algunas personas, contratemos a algunas personas’”.
“Sabíamos que no íbamos a ser fuertes de inmediato. Creo que habría sido una situación peor si pensáramos que íbamos a ser fuertes y no lo fuimos, y nos estaríamos rascando la cabeza”, prosigue el gerente estadounidense, que de esta forma modifica el significado del paupérrimo inicio de año de McLaren, también en 2023, acusando un atraso que ahora Brown dota de significado, al igual que a la posterior recuperación desde la carrera en Silverstone en adelante:
“Al menos nuestros datos han sido precisos. Lo que eso me dijo es que sabíamos dónde estábamos. Simplemente no estábamos donde queríamos estar, en lugar de poner cosas en el auto y decir: ‘Esto va a ser bueno’, y luego no lo es”.
“Teníamos confianza, pero hasta que no lo pones en el auto y funciona…”, disponía para concluir Zak Brown, CEO de una McLaren que ya ha presentado sus colores para el MCL38 de la temporada 2024, con el que intentarán recortar distancia a Red Bull de la mano de Lando Norris y Oscar Piastri.