Solo disponible con el motor V8 y como descapotable, este nuevo acabado despide como se merece a la sexta generación del mítico modelo.
- Galería: Prueba Ford Mustang California Special 2022
- Diseño con detalles exclusivos
- Interior también especial
- Tacto de gran turismo
- Dale ‘caña’
- Motor V8 sublime
Hace menos de un mes conocimos la séptima generación del Ford Mustang, que por cierto mantendrá el mítico motor V8 ‘Coyote’, pero antes de que llegue a los concesionarios en unos meses, hemos podido probar el Mustang California Special, un acabado que supone una despedida por todo lo alto a la sexta entrega del ‘pony car’.
A la venta desde 62.930 euros, exclusivamente con el bloque de ocho cilindros y la carrocería descapotable, el cliente solo puede elegir entre la caja manual de seis velocidades y una transmisión automática con convertidor de par de diez marchas. Nuestra unidad de pruebas montaba la segunda, que supone un sobrecoste de 3.000 euros.
Galería: Prueba Ford Mustang California Special 2022
Diseño con detalles exclusivos
Seguro que estás interesado en saber cómo se distingue este California del resto de Mustang. Lo consigue a través de un pack específico exterior, en el que destacan la parrilla con trama en panal de abeja, las inscripciones específicas, las llantas de aleación de 19 pulgadas en gris carbono y la franja lateral en negro con las siglas GT/CS.
El frontal sin inscripciones, el enorme splitter delantero y el capó con salidas de aire generan una imagen cercana a las preparaciones ‘aftermarket’. Personalmente, me gusta más la zaga, con los tradicionales pilotos blancos, el escudo central GT/CS y las cuatro salidas de escape.
Interior también especial
También dentro encontramos una destacada personalización, principalmente a través de los asientos de cuero y ante Miko con costuras rojas y logotipo en el respaldo, que ofrecen calefacción y ventilación. Para los más detallistas, hay alfombrillas con la insignia California.
En general, la calidad percibida es buena, si bien no llega al nivel de un vehículo de marca premium. Quizá la pantalla de 8,0 pulgadas es algo pequeña para lo que se estila en la actualidad. A cambio, la instrumentación digital es configurable y ofrece gran cantidad de información técnica.
Asimismo, el freno de mano es por palanca, como manda la tradición en un deportivo, y se puede activar la calefacción del volante a través del monitor central. ¿Dos curiosidades? Los respaldos de los asientos delanteros disponen de regulación manual y no eléctrica, y los selectores cromados del salpicadero solo se accionan hacia arriba y no también hacia abajo. Por cierto, hay dos pequeñas plazas traseras, que vienen fenomenal para desplazamientos de emergencia o para dejar ‘trastos’, como maletines, abrigos, chaquetas…
El deportivo americano carece de navegador, por lo que debemos recurrir al sistema multimedia SYNC 3, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, para vincular nuestro teléfono y disponer de GPS.
Componentes ‘racing’
Esos componentes son un autoblocante trasero, de serie, y la suspensión adaptativa MagneRide 6, opcional, que puede modificar el tarado de la amortiguación hasta mil veces por segundo a través de un fluido controlado electrónicamente. También debemos resaltar los neumáticos Michelin Pilot Sport 4S (255/40 delante y 275/40 detrás), junto con las pinzas Brembo delanteras de seis pistones, los discos ventilados en ambos ejes y la barra antitorsión en el vano motor.
Tacto de gran turismo
Ya que hablamos de componentes dinámicos, vamos a desgranar el comportamiento del Mustang California Special. Su tacto equilibrado y los 450 CV del motor 5.0 Ti-VCT V8 hacen que sea un vehículo perfecto para completar millas y millas (permitidme el guiño estadounidense) sin ningún esfuerzo y manteniendo un elevado nivel de confort.
En este punto, solo puedo halagar lo bien insonorizado que está el interior y la ausencia de crujidos procedentes de la capota, algo que habla muy bien de la factura de este vehículo. Por cierto, este techo blando se guarda primero de forma manual, liberándolo del marco del parabrisas, y después pulsando un botón. La acción hay que realizarla en parado y la capota no quita espacio al maletero de 408 litros (algo mayor que el de un compacto). Por supuesto, hay paravientos que se pueden instalar a mano.
Dale ‘caña’
Ahora bien, ¿y si le buscamos las cosquillas al coche? Pues, como hemos dicho otras veces, nos tenemos que olvidar de esos vehículos americanos ‘torpones’ y lentos de reacciones, porque este Mustang se defiende muy bien en todo tipo de curvas y reproduce movimientos naturales, nada aparatosos, si bien sin llegar al nivel de un buen modelo europeo.
Motor V8 sublime
Pero lo que más te va a enamorar es el sonido que emana de los cuatro escapes, un gorgoteo que se convierte en una ‘melodía’ grave, de motor ‘gordo’, absolutamente arrebatadora. Este sonido se puede atenuar, si así lo desea el conductor, a través de un botón en el volante multifunción. Igualmente es posible variar la asistencia de la dirección y desactivar el control de tracción.
Como aliado perfecto para divertirnos tenemos el bloque 5.0 V8 atmosférico, que tira de alta cilindrada para ofrecer un agradable empuje desde bajas vueltas y un rendimiento fantástico a partir de medio régimen. ¡Cómo tiene que ser este propulsor con sobrealimentación!
¿Mejor manual?
Los 450 CV a 7.000 rpm (la zona roja está casi en las 7.500 vueltas) dan para marcar una aceleración de 0 a 100 en apenas 4,5 segundos, a pesar de que estamos hablando de un coche con un peso en vacío ligeramente superior a las 1,8 toneladas. Y todo con un consumo medio de 12,5 litros cada 100 kilómetros en nuestro test, mezclando usos variopintos. No hay ningún aporte eléctrico, así que la etiqueta medioambiental que corresponde es la C.
Quizá, el cambio automático de diez velocidades, con levas, no está del todo preparado para una conducción deportiva, ya que surge algún que otro tirón y suele variar de marcha muy frecuentemente. De hecho, lo habitual es que meta la más larga posible, aunque en el modo Sport es verdad que suele elegir alguna relación menos y deja subir más de vueltas a la mecánica. Si me preguntaran, yo me quedaría con la caja manual.
Como sucede en la mayoría de los descapotables, la visibilidad en ciudad queda algo limitada hacia arriba (con la capota puesta, obviamente), por lo que tendrás que doblar la espalda para ver bien un semáforo o alguna que otra señal de tráfico. Por cierto, para mi gusto, los retrovisores exteriores son algo pequeños, aunque ofrecen suficiente visión.
En fin, como en todos los Ford Mustang, el California Special ofrece ese tacto americano que te hace sentir como si estuvieras recorriendo la mítica Ruta 66 con el cielo por techo. Por fortuna, el legado va a continuar con el nuevo modelo, así que no nos tenemos que lamentar, de momento, por la desaparición de este icónico vehículo. ¡Larga vida al Mustang!
