Esta versión de acceso a la gama nos recuerda que los motores de gasóleo no deben caer en el olvido tan rápido.
Abres el coche, te acoplas en el asiento, arrancas el motor… y aparece en el ordenador de a bordo una autonomía bastante superior a los mil kilómetros (casi 1.300). Esta situación, tan habitual hace unos años, no tantos, ha pasado a ser algo extraña con el progresivo abandono de los propulsores turbodiésel.
Pero aún hay más, porque en un tramo favorable, con una conducción mimosa (que no peligrosamente lenta), observamos un consumo medio ¡por debajo de los 5,0 litros cada 100 kilómetros! Desde luego, todos estos datos dan que pensar, ¿verdad?
No seré yo quien esté en contra de la electrificación de los coches, pero no se puede negar que los actuales propulsores de gasóleo son muy poco contaminantes, por muchos dirigentes de la Unión Europea que pretendan asegurar lo contrario.
Galería: Prueba Audi A6 35 TDI S tronic 2021
Conviene recordar que la berlina alemana, a pesar de que tiene por encima el A7 Sportback y el A8, mide nada menos que 4,94 metros de longitud y 1,88 de anchura, datos propios de un modelo de representación en muchas marcas.
Estas cotas, sumadas a un peso en vacío que roza los 1.650 kilos, indican que un motor de gasóleo le viene al coche como anillo al dedo… por mucho que le pese a algún que otro visionario ‘verde’.
Al tratarse de la versión de acceso a la gama, nos encontramos con un modesto propulsor de cuatro cilindros en línea, con una cilindrada de 2,0 litros y una potencia de 163 CV, así como un par máximo de 370 Nm. Lo más destacado de él es que estos registros los declara a regímenes muy bajos, tal y como puedes ver en la ficha técnica al final del artículo.
De ese modo, la mecánica se siente bastante ‘alegre’ y la sensación general es que no se muestra ahogada ni con la fuerza justa. No, al menos viajando cuatro personas (dos niños pequeños), aunque sin equipaje y cumpliendo razonablemente con los límites de velocidad.
Lo cierto es que, viendo las cifras oficiales de prestaciones, el rendimiento puede considerarse suficiente para un vehículo premium como este: 224 km/h de velocidad punta y aceleración de 0 a 100 en 9,3 segundos. Además, la zona roja del cuentavueltas va más allá de las 4.500 rpm, algo que no es habitual en un propulsor de este tipo.
La transmisión asociada es la ‘vieja conocida’ automática de doble embrague S tronic, con siete velocidades y posibilidad de manejo secuencial con las levas. Además, dispone del modo Sport, que es donde más me agrada su funcionamiento, pues no permite que el motor gire muy por debajo de las 2.000 vueltas y así se obtiene siempre una grata respuesta al pisar el acelerador.
También se pueden personalizar otros componentes del coches con los programas de conducción del sistema Audi drive select: efficiency, comfort, auto, dynamic e individual. Este último permite configurar a tu gusto el propulsor y la dirección, en el caso de nuestra unidad.
Por cierto, conviene destacar que el Audi A6 35 TDI S tronic disfruta de la etiqueta Eco de la DGT, gracias a un sistema de hibridación ligera con red eléctrica de 12 V. Efectivamente, vas a poder entrar casi ‘hasta la cocina’ de las ciudades con un coche de gasóleo, además de disfrutar de otras ventajas muy útiles en tu día a día. En este punto, debo citar que el consumo medio en el total de la prueba no superó los 6,0 litros.
Sustentado a partir de la plataforma MLB Evo (motor longitudinal y tracción delantera), la misma que sus ‘hermanos’ mayores A7 Sportback y A8, y también que los Q7 y Q8, el A6 puede escogerse con cuatro tipos de suspensión, dos fijas y otras dos adaptativas, incluida una con resortes neumáticos.
De entre las primeras, se encuentran la de serie y la deportiva, que es la que monta nuestra unidad de pruebas y que reduce la altura libre al suelo del conjunto en 20 milímetros. Nos parece una elección muy adecuada, porque no resulta incómoda y aporta un toque más pasional a la conducción.
En este sentido, me ha gustado mucho la precisión de guiado del coche en curvas de dificultad intermedia, gracias a la dirección progresiva de serie, con la que no resulta difícil clavar la trazada. Lógicamente, se notan las dimensiones y el peso en tramos técnicos, pero la nobleza preside cada uno de los movimientos del vehículo. También es cierto que el coche montaba unos neumáticos con 255 milímetros de sección y llantas de aleación de 21 pulgadas, que hacen más sencillas las ‘acometidas’ en curvas.
Huelga decir que, a velocidades de crucero, el A6 viaja con un aplomo intachable y una sonoridad muy limitada, detalles propios de una berlina de su calidad. El espacio para cuatro personas es muy amplio, aunque quizá no tanto como se espera de un vehículo tan largo. Asimismo, la quinta plaza resulta más incómoda por el voluminoso túnel de transmisión.
En cuanto al maletero, ofrece 530 litros, y la boca de carga que surge al abrir la tapa es normal. Opcionalmente, los respaldos se pueden abatir en una proporción 40:20:40.
Como puedes ver en las fotos, el coche presenta el acabado S line, del que solo me chirrían los embellecedores que simulan salidas de escape, tapados con un plástico negro. Los usa habitualmente la marca en toda su gama y no creo que sean la mejor solución, honestamente. Por lo demás, del vehículo emanan deportividad y elegancia a partes iguales.
Así pues, solo queda hablar del precio, que llega a los 52.080 euros más todos los extras que se quieran incluir. Sorprendentemente, en el configurador oficial de la marca ya no se encuentra esta variante, pero estamos convencidos de que el concesionario te encontrarás algunas unidades interesantes con muy pocos kilómetros.
