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Ford Mustang Mach 1, a prueba: un V8 de los que ya no quedan

Se trata de una gran opción para los que quieran salirse de la norma.

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Con casi seis décadas de historia a sus espaldas, el Ford Mustang es sin duda uno de los modelos más icónicos y con más solera del mercado americano y, afortunadamente, desde el año 2015 ha estado disponible en diferentes mercados de Europa, ya que la sexta generación del modelo nació como un producto global.

Mientras esperamos la inminente presentación de la nueva entrega del Mustang, no hemos querido desaprovechar la ocasión de probar el Ford Mustang Mach 1, una versión con motor V8 que, al menos a este lado del charco, es la más interesante del catálogo de Ford.

Galería: Ford Mustang Mach 1 2022, prueba

Pese a tener solamente 10 CV más que el Mustang GT convencional y la misma cifra de par motor máximo, el Mach 1 es mucho más caro. De hecho, el sobrecoste frente al GT es de 12.500 euros, una cifra que incluye una mayor dotación de equipamiento, las llantas de aluminio y 19 pulgadas en diseño específico, la suspensión MagneRide o la franja decorativa del capó, ya que no hay muchas más diferencias entre ambos.

Torciendo cuellos

Precisamente en el plano estético es donde más se diferencia el Mustang Mach 1, ya que aunque mantiene la clásica línea del Mustang, luce unas llamativas franjas de color negro, tanto en el capó como en la parte baja de los laterales. La unidad probada estaba pintada además en color Rojo Race (un extra de 616 euros).

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En general es un coche muy llamativo, tanto por su silueta como por sus generosas llantas, sus característicos pilotos en blanco o sus enormes colas de escape de 114 milímetros de diámetro, que tienen un tamaño considerable. También destacan las tomas de aire de la parrilla frontal (en realidad solo una es funcional), un detalle que no está presente en el GT.

Si eres uno de esos conductores que prefiere pasar desapercibido en carretera, probablemente el Mustang Mach 1 no sea un coche para ti, ya que atrae miradas allá por donde pasa. Incluso en un color más discreto, vemos difícil llamar poco la atención.

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El habitáculo no dista apenas de cualquier otro Mustang, por lo que hablamos de un 2+2 con unas plazas traseras muy escuetas, si bien los asientos delanteros resultan cómodos, sujetan bien a los ocupantes y, en esta versión, cuentan tanto con calefacción como con ventilación, lo cual es de agradecer.

El diseño general del interior es interesante y las calidades aceptables, aunque hay mandos de plástico que desentonan bastante y la pantalla multimedia de 8,0 pulgadas no responde especialmente rápido. El volante, que no es precisamente pequeño, tiene un tacto agradable, algo que es común a la palanca de cambios, muy corta y con un pomo blanco en forma de esfera. 

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Entre el equipamiento de serie destacan las luces diurnas LED, el climatizador automático bizona, los asientos de cuero con ajuste eléctrico (ventilados y calefactados), el sistema de sonido Bang & Olufsen de 12 altavoces, luces largas automáticas, control de crucero, cámara de visión trasera o alerta de cambio de carril, por ejemplo.

Un motor cautivador

Sin duda la estrella absoluta del modelo es su motor 5,0 litros V8 atmosférico, uno de esos propulsores de los que ya no quedan, y que de hecho están en verdadero peligro de extinción. Salvo el Lexus LC 500, que cuesta más del doble que este Mach 1, no hay más modelos con motor V8 atmosférico en el mercado.

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Sí hay V8 sobrealimentados, como el famoso bloque 5.0 de Jaguar Land Rover, y también turboalimentados, en muchos modelos de Ferrari, McLaren, Aston Martin, Mercedes-AMG, Audi o BMW, pero cada vez son menos y, además, son muchísimo más caros que este Ford.

El 5.0 Ti-VCT desarrolla 460 CV a 7.250 rpm y un par motor máximo de 539 Nm a 4.900 rpm, así que como podrás imaginar, es un motor con garra y que empuja con ímpetu, pero que sorprende sobre todo por su elasticidad y por su capacidad de estirar las marchas desde bien abajo.

No es un motor V8 de giro rápido que te invite a buscar constantemente la zona roja del cuentavueltas, ya que lo que verdaderamente enamora de este bloque es el ronroneo a bajas vueltas, su traqueteo y su capacidad de empuje en cualquier marcha. Bueno, en casi cualquiera, porque la sexta es claramente de desahogo y, por debajo de velocidades de autovía, resulta demasiado larga. 

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En todo caso, no creas que se trata de un modelo lento, ya que con el cambio manual declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos (4,4 el automático), lo cual no está nada mal para un coche de su tamaño y peso. Además, la banda sonora nos acompaña siempre y nos hace sonreír con cada pisotón, porque un V8 es un V8…

En cuanto a consumo, homologa 12,4 litros cada 100 kilómetros en ciclo combinado WLTP, pero durante nuestra prueba, haciendo un uso mixto por carreteras interurbanas y, sobre todo, secundarias y puertos de montaña, logramos una media de ordenador de 12,7 litros, si bien en autovía, a ritmos constantes, podemos rondar los 10 o incluso rebajarlos.

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¿Es realmente un deportivo?

Existe ese tópico sobre la incapacidad de afrontar curvas de los coches americanos, y en especial de los muscle y pony car, pero lo cierto es que las cosas han cambiado mucho en los últimos años, al menos con el nuevo Mustang, que resulta un modelo agradable de conducir, sobre todo si hablamos del Shelby GT350, ya descatalogado.

La realidad es que se trata de un coche de 4,8 metros de largo y 1.764 kilogramos de peso, que se siente largo y, sobre todo, muy ancho. En carreteras estrechas puede resultar muy voluminoso, y conviene hacer los deberes a la hora de frenar y/o acelerar con fuerza, ya que las inercias pueden ser importantes. ¿Se puede ir rápido? Desde luego. ¿Invita a ir rápido? No especialmente, ya que se nota más a gusto circulando a ritmos sensatos.

Lo que sí tiene tacto de deportivo es la caja de cambios, que nos ha parecido una verdadera gozada. La palanca es muy baja, los recorridos muy cortos y el tacto mecánico muy gratificante, mientras que el pedal de embrague no es especialmente duro.

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En general es muy agradable operar la caja, aunque es cierto que la función punta-tacón automática, que mete un golpe de gas en reducciones, puede llegar a hacerse algo pesada, ya que está siempre activa. Quizá que se activara solo en modo Sport tendría más sentido.

En definitiva, si buscas un coche llamativo, imponente, con un poderoso motor V8 de espectacular sonido y unas prestaciones de primer orden, y además mejor equipado y algo más exclusivo que el Mustang GT corriente, el Mach 1 es una buena opción.

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