El salto cualitativo ha sido impresionante, con un coche más grande, sin parecerlo, terminación brillante y todo tipo de mecánicas cada cual más satisfactoria. La toma de contacto es con el iX2 xDrive30, el más potente de la gama con 313 CV.
La primera impresión que tienes cuando ves y te subes en el nuevo BMW X2 es que no tiene nada que ver con su antecesor. Es un coche completamente nuevo. Su tamaño crece bastante, sobre todo en longitud que aumenta casi 20 cm. Pero no por ello aparenta ser más grande. Junto con un aumento de batalla de 22 mm y un mejor aprovechamiento del espacio, tenemos unas plazas traseras que, sin ser una maravilla, ya pueden alojar tallas altas a pesar de esa tendencia coupé que asume principalmente el portón trasero. Y todo ello con un maletero muy generoso que en el peor de los casos (según versiones varía bastante) está por encima de los 500 litros.
La calidad de terminación a la altura de los mejores BMW y con un diseño más minimalista que sus antecesores. No está nada recargado y se combina con una consola central con apoyabrazos flotante al estilo de los lujosos iX. Esto desahoga mucho a las plazas delanteras donde encuentras muchos huecos donde dejar objetos. El equipamiento de serie incluye el control por voz con asistente personal y la pantalla curva (suma de 10,25” y 10,7”). Los asientos son nuevos, no sujetan mucho, pero hay opcionales con diseños más deportivos.
BMW iX2 xDrive30
TODO TIPO DE MECÁNICAS: ELÉCTRICAS Y DE COMBUSTIÓN
Pero destaquemos las variantes mecánicas que dispone el BMW X2. Dos gasolina, uno de ellos de 3 cilindros ( X2 sDrive20i) con 170 CV y el otro el más deportivo de la familia, un M Performance que cuenta ya con 300 CV de un 4 cilindros de 2 litros completamente nuevo (innovaciones como el ciclo Miller, rediseño de las toberas de admisión y las cámaras de combustión, nueva distribución del árbol de levas, la inyección y el encendido, así como con un cigüeñal más robusto, con mejor lubricación de pistones y nuevos cojinetes).
Es un coche confortable, de buen comportamiento, peso relativamente contenido (apenas supera los 2.000 kg) ya que pesa “solo” 325 kg más que la joya de la corona el X2 M35i. El mayor defecto es que los consumos siempre están por encima de lo que anuncia el fabricante. Nuestra amplia toma de contacto no es fácil bajar de los 18 kWh/100 km, cuando la marca anuncia un consumo de 16,3/17,7 kWh/100 km según ciclo WLTP. Esto se traduce que la autonomía de 417 km que promete pues es difícil de lograr. Y para terminar, comentar que monta de serie un cargador de a bordo de 11 kW y en opción de 22 kW; en CC puede cargar hasta 130 kW.
TAMBIÉN M PERFORMANCE CON 300 CV
Y aunque este iX2 ofrece una excelente aceleración, se puede mejorar eligiendo la versión X2 M35i xDrive, la joya de la corona. Este es el único que puede hacerle sombra bajando dos décimas y una velocidad punta de 250 km/h. Este es el X2 más caro de la gama, con 72.000 euros, pero también más mucho más equipado y un comportamiento mucho más deportivo que sus hermanos.
Este M35i monta las levas en el volante con la función M Sport Boost que permite con la leva de la izquierda dejarla pulsada más de un segundo para pasar a un modo más deportivo durante un tiempo modificando incluso el chasis. Este hay que tener en cuenta que ya es 15 mm más bajo que los X2 normales. Y monta la suspensión activa de serie con llantas de 20” y frenos M Compound en opción (pinza fija de 4 pistones y discos de 385 mm delantera y detrás pinza fija de 1 pistón y 330 mm; se pintan en gris y logotipo M). También hay función M Launch Control.
BMW iX2 xDrive30
Y para terminar romper una lanza en favor de los diesel. La eficiencia que ha conseguido BMW con sus motores de gasóleo no deja de sorprender y el grado de satisfacción que ofrecen te enamora desde le primer momento que lo pruebas. En esta segunda generación X2 hay dos variantes, el X2 sDrive18d con 150 CV y el xDrive20d ya con tracción total y tecnología microhíbrida para tener la etiqueta Eco con sus 163 CV. Cualquiera de las dos es perfecta para lograr una satisfacción de uso inconmensurable.
