bateria auto
La electricidad es necesaria para que muchos de los componentes que integran un auto funcionen correctamente, por ejemplo, el motor de arranque, la iluminación interior y exterior, el aire acondicionado, infoentretenimiento, panel de instrumentos, y demás partes eléctricas, la cual es suministrada por la energía almacenada en la batería.
Sin embargo, conforme dicha energía se va consumiendo, debe ser recargada, y es aquí donde entra en acción el alternador, una pieza que se encarga de transformar la energía mecánica en energía eléctrica, proporcionando un suministro constante mientras el auto está encendido.
Para ello, este dispositivo genera en su interior una corriente alterna mediante un proceso de inducción electromagnética gracias al movimiento giratorio que se transmite por medio de la correa o banda auxiliar o la de accesorios.
Sin embargo, su funcionamiento se puede afectar por algún daño interno debido al uso cotidiano, el cual se mide por kilometraje recorrido del coche o por número de horas de funcionamiento.
Debemos tener presente que los coches modernos equipan una gran cantidad de componentes que necesitan corriente eléctrica para trabajar, y de no ser por los alternadores actuales, muchos de ellos no podrían funcionar correctamente, pues requieren de necesidades eléctricas cada vez más exigentes.
Uno de los indicadores que nos advierte que hay un problema en el alternador es cuando el testigo de la batería se queda encendido constantemente en el panel de instrumentos del coche después de arrancar el motor.
Cuando el alternador está fallando provoca que otros componentes se vean afectados e, incluso, dejen de funcionar.
Esta luz puede indicarnos dos posibles fallas: un problema en algún componente interno, como baleros, flecha, embobinado, etcétera, o dar señales de una batería en mal estado y con una carga baja o casi nula.
Cuando esto sucede, debemos abrir el cofre y observar que la banda o correa auxiliar o correa de accesorios no esté rota o que se haya salido de su posición, impidiendo que el movimiento que transmite llegue al alternador, aunque si se rompe, también notaremos que la dirección se endurece, si es que cuenta con asistencia hidráulica, pues la bomba deja de recibir el movimiento de la correa.
Otro síntoma que delata que el alternador está en mal estado es cuando detectamos que la intensidad de las luces sube o baja, algo que puede dañar estas piezas. Si la carga de la batería es muy baja, provocará que el alternador no funcione correctamente, por lo que debemos comprobar el voltaje de salida de la batería utilizando como instrumento de medida un voltímetro-amperímetro.
Si con el motor apagado, la lectura de la carga de batería es por debajo de 12 volts, el problema está ahí, en caso contrario, si arrancamos el motor y la tensión es menor de 13 volts, podemos tener el problema en el alternador.
Otra de las señales que nos advierten de daños en el alternador son los ruidos o fricciones provocados por el mal estado de los rodamientos, que la polea esté rota e, incluso, que la banda auxiliar esté en mal estado.
Si tu vehículo presenta estos síntomas, no lo pienses más y acude de inmediato con tu mecánico de confianza para que haga la reparación necesaria.
QUÉ PASA CON EL ACUMULADOR
Como sucede con otras piezas del auto, la batería también es un componente con una vida útil, pues con el uso pierde su capacidad de almacenamiento de carga hasta que ya no puede retener ni un volt.
En el mercado existen dos tipos: las tradicionales de ácido-plomo y las de gel, y no es que una sea mejor que la otra, cada una tiene características que las distinguen: el precio y su tiempo de vida útil.
Las baterías de ácido-plomo son las más accesibles y esa es su principal virtud y por lo que son las más utilizadas; existen en todas las medidas y tamaños para cualquier vehículo.
Básicamente tenemos una caja plástica que guarda en su interior paquetes de celdas de plomo bañadas en un electrolito, las cuales reaccionan químicamente entre sí para guardar la energía eléctrica que manda el alternador.
Si bien pueden durar cerca de tres años, a la mayoría se les debe dar mantenimiento rellenando el electrolito cada cierto tiempo, esto debido a su evaporación por el calor; su precio varía entre mil 600 y tres mil pesos.
La diferencia de estas contra las de gel es que el electrolito se encuentra en ese estado y esto reduce considerablemente la evaporación del electrolito; son completamente libres de mantenimiento, soportan mejor cualquier variación de voltaje y siempre ofrecen una mejor respuesta sin importar que lleves todo encendido en el auto.
Otra cualidad es que al estar selladas no se liberan gases del interior y, por lo tanto, los postes donde se atornillan las terminales no se sulfatan; pero lo más importante es que pueden llegar a durar hasta siete años, aunque llegan a costar más del doble que una de ácido-plomo.
Existen una serie de alertas fáciles de detectar y que nos advierten que la batería está por caducar.
La primera es que, cuando giramos la llave o presionamos el botón de encendido, le cuesta trabajo al motor de arranque ponerse en movimiento, sobre todo en las mañanas o cuando hace frío.
Otra señal, además de detectar que los postes de la batería están sucios o con óxido, es que se encienda el testigo de la batería en el tablero.
Además, notaremos que las luces tienen menos potencia, así como otros elementos como en los vidrios eléctricos, seguros, etcétera, de modo que si ya detectaste estos síntomas, es momento de reemplazarla a la brevedad.
TOMA NOTA
Un par de terminales flojas, calentamientos excesivos y la evaporación natural del ácido sulfúrico de la batería son las principales causas de que las conexiones se sulfaten.
Estos cristales producen un efecto aislante que impide que la corriente eléctrica almacenada fluya libremente.
