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Prueba del Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV: utilitario con etiqueta Eco a buen precio

El Ford Fiesta está cerca de acabar con su vida comercial, pero sigue a la venta con un interesante motor de 125 CV con etiqueta Eco de la DGT.

El Ford Fiesta es un modelo urbano de 4,06 metros de largo que, en la actualidad, se vende sólo con dos carrocerías, ambas de cinco puertas. Hay una que podríamos definir como la de tradicional, y otra con ciertos rasgos de SUV, con protecciones para la carrocería, que se denomina Active X y que sólo se vende con el motor 1.0 Ecoboost microhibridado de 125 CV.

En la actualidad, y dado que el Ford Fiesta dejará de fabricarse en breve, sólo se comercializa con dos motores: el 1.0 Ecoboost gasolina microhibridado de 125 CV de esta prueba y el 1.5 Turbo de 200 CV que sólo se comercializa con de la deportiva versión ST. El Fiesta 1.0 se vende con los acabados ST-Line y ST-Line X; el Active, con los acabados Active y Active X.

Información del Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV

En el caso de Fiesta de esta prueba, equipa un motor 1.0 Turbo gasolina de tres cilindros que desarrolla 125 CV y que está asociado a un cambio manual de seis marchas. Además, este motor térmico lleva acoplado otro eléctrico de 16 CV que le asiste durante la conducción y que, a su vez, lleva una batería de 0,38 kWh. Es un sistema de hibridación ligera que le otorga la etiqueta Eco de la DGT.

prueba del ford fiesta 1.0 ecoboost 125 st-line mhev: utilitario con etiqueta eco a buen precio

El acabado ST-Line es el único que se comercializa en la actualidad. Es un acabado deportivo, y eso incluye también una suspensión más firme de la que hablaremos en el apartado correspondiente.

Cuánto cuesta el Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV

Siguiendo con el precio, este Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV sale por 21.521 euros, que son 22.828 euros si optamos por el ST-Line X- El Ford Fiesta Active con este motor sale por 21.437 euros, y el Active X, por 22.744 euros. Es curioso porque, normalmente, las versiones ‘camperizadas’ suelen ser más caras que las normales, pero en este caso tiene explicación porque el ST-Line ya es un acabado deportivo que tenía un sobreprecio sobre los Trend o Titanium que se comercializaban antes.

El acabado ST-Line tiene un equipamiento de serie que se puede completar con algunos packs como el Pack Navegación (por 900 euros ó 1.200 euros, en función de si añades también un equipo de audio Bang&Olufsen), el Pack Invierno (incluye asientos y volante calefactado, además de luna delantera térmica, por 550 euros) o unos faros led adaptativos por 950 euros que incluía nuestra unidad y que, por cierto, funcionan bastante bien.

También hay un acabado ST-Line X, que no deja de ser un ST-Line pero con algo más de equipamiento, como el sistema de navegación con el equipo Bang&Olufsen; este ST-Line X cuesta 1.307 euros más que el ST-Line ‘a secas’.

Este Ford Fiesta no es caro si tenemos en cuenta la situación actual del mercado. Con esa potencia y etiqueta Eco, sólo hay dos rivales directos más baratos: el Kia Rio 1.0 T-GDI 120 Drive (desde 19.889 euros) y el Toyota Yaris 120H Active Tech (desde 21.150 euros), aunque también es cierto que el Fiesta viene bien equipados de serie.

Cómo es el Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV por dentro

El salpicadero cuenta con una instrumentación digital configurable y una pantalla central que le dan un toque de modernidad notable, pero no por ello es un coche en el que resulte complicado manipular los diferentes sistemas. ¿El motivo? Que mantiene botones físicos para el climatizador o incluso para las funciones básicas de la radio, y las grafías de la pantalla central son bastante grandes y fáciles de localizar con la mirada.

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La postura al volante es buena, aunque la palanca de cambios queda demasiado baja. Los reglajes tanto de volante como de asiento son suficientemente generosos como para que cualquier persona pueda encontrarse a gusto. Pese al aspecto deportivo de los asientos, estos destacan más por comodidad que por sujeción en curva, aunque tampoco llega a ser criticable.

Por espacio, está un poco por debajo de la media, pues modelos como el Seat Ibiza, el Skoda Fabia, el Hyundai i20 o los citados Toyota Yaris y Kia Rio le superan en todas las mediciones. De todas, quizá sea en anchura donde el Fiesta anda más justo; tres personas, y aunque no sean muy corpulentas, van muy justitas de espacio.

Cómo es el maletero del Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV

El maletero de este Fiesta tiene una capacidad de 311 litros. Dado que tanto el motor eléctrico como la batería están en la parte delantera, el volumen de carga no se ve mermado. Es una cifra buena para el tamaño del coche, aunque un Seat Ibiza se va a los 355 litros, un Hyundai i20 llega a los 352 litros y un Skoda Fabia alcanza los 380 litros (que es mucho para un urbano; lo mismo que un Volkswagen Golf o un Seat León).

Abatiendo los asientos traseros, la capacidad de carga se va hasta los 1.093 litros. Existe la posibilidad de incluir una rueda de repuesto de emergencia por 120 euros (de serie lleva un kit reparapinchazos).

Cómo va el motor del Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV

El motor 1.0 de este Ford Fiesta tiene una buena respuesta siempre que lo llevemos por encima de las 2.000 rpm, pues por debajo de ese margen es un tanto perezoso y, sobre todo, se vuelve poco agradable de conducir, pues vibra demasiado. A partir de esas 2.000 rpm, el motor se vuelve mucho más vigoroso y contundente, y mueve al Fiesta con mucha soltura. Mantenerse por encima de esas 2.000 rpm tampoco es complicado, gracias a un cambio manual de seis marchas con un tacto bastante logrado.

En cuanto a consumo, es un motor relativamente poco Gastón. Lo normal es moverse en torno a los 5,5-6,0 L/100 km en utilización mixta y a ritmo tranquilo; es lo habitual en este tipo de coches. ¿Se nota la microhibridación? En consumo es probable que aporte su granito de arena, sin duda, pero sus ventajas son mínimas frente a las de un híbrido puro como, por ejemplo, el Toyota Yaris, que en esas mismas circunstancias gasta en torno a 1,5 L/100 km menos.

A modo simplemente informativo, lo que sí se nota de la microhibridación es cuando comienza a recargar la batería, algo que sucede en cuanto dejamos de acelerar; en ese momento, primero notaremos la clásica retención de cualquier motor para, enseguida, notar que esa retención es notablemente superior, coincidiendo con el momento en el que se enciende el testigo de recarga de la batería.

Si nos centramos en los aspectos a mejorar, tenemos que hablar del refinamiento, pues este motor resulta un tanto ruidoso y transmite más vibraciones de las deseables. Esto suele ser una característica habitual en los motores tricilíndricos, pero lo cierto es que está mejor resuelto en algunos de sus rivales.

Cómo va el chasis del Ford Fiesta 1.0 Ecoboost 125 ST-Line MHEV

El Ford Fiesta con acabado ST-Line cuenta con una suspensión más firme y deportiva que marca notablemente el resultado del chasis frente a los Fiesta que no eran ST-Line, cuando se vendían. En general, es un coche de reacciones rápidas y vivas, pero esa suspensión tiene parte de la culpa de que, al menos para el gusto de que esto escribe, sean demasiado rápidas y vivas. Da la sensación de que este coche lleva unos muelles demasiado duros, y eso se traduce en que, en el interior, los baches se aprecian con bastante claridad, por lo que no es precisamente uno de los urbanos más cómodos del momento.

Además de eso, esa respuesta rebotona hace que el comportamiento sea un tanto impreciso cuando aparecen las irregularidades en el asfalto y, aunque después el coche va muy bien, al principio transmite cierto nerviosismo que no inspira demasiada confianza. Una vez que te vas acostumbrando, y a base de comprobar varias veces que después eso no se traduce en reacciones peligrosas ni difíciles de controlar, uno va ganando confianza y el Fiesta se convierte en un coche efectivo y divertido de conducir.

Si la suspensión fuera menos rebotona, el Fiesta ganaría tanto en comodidad como en aplomo, y sus reacciones serían más progresivas y fluidas. Pero también creo que hay conductores a los que les gusta este tacto de conducción más vivaracho. Hay coches más cómodos, como el Citroën C3, el Renault Clio o el Skoda Fabia, y otros con una agilidad similar pero con una suspensión más equilibrada y, por tanto, más precisos y con mayor sensación de control, como el Seat Ibiza, el VW Polo, el Peugeot 208 o el Opel Corsa. Si preferimos un Fiesta con una suspensión más cómoda, la opción está clara: optar por el Ford Fiesta Active, que se vende con este mismo motor.

Por lo demás, este Fiesta ST-Line es un coche que destaca más por agilidad y viveza de reacciones que por aplomo o comodidad. La dirección responde con rapidez, y bastan leves insinuaciones sobre el volante para notar una reacción más intensa que en otros coches de este tipo. En las curvas más lentas, el eje trasero, más allá de cómo funciona la suspensión, tiene ese punto justo en el que, sin llegar a deslizar, sí tiende a insinuarse levemente para ayudar a que el coche gire con más facilidad, algo que es muy de agradecer.

Eso sí, llegados a este punto conviene tener en cuenta un detalle en caso de que nos guste mantener un ritmo vivo con el coche en carreteras secundarias. Como decía un poco más arriba, cuando dejamos de acelerar, se aprecia una mayor retención de lo habitual por parte del motor. Esto tiene como consecuencia que, al dejar de acelerar a la entrada de las curvas, el coche tiende a descargar más peso de lo previsto sobre el eje delantero, algo que a su vez se suele traducir automáticamente en una mayor insinuación por parte del eje trasero. No es nada problemático ni preocupante, pero sí algo digno de mención para quien vaya a practicar una conducción más rápida por ese tipo de vías.

Por último, citar que este Ford Fiesta lleva frenos de tambor en el eje trasero, una solución que ya pocos coches de su segmento utilizan. Durante la realización de esta prueba, así como en otras pruebas realizadas con otros Fiesta equipados con este sistema de frenos, no hemos apreciado problemas ni de frenada ni de resistencia a la fatiga, por lo que no nos parece algo criticable.

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