Se trata de un XC90 salido de la fábrica de Torslanda.
Volvo acaba de cumplir la promesa que hizo el año pasado cuando anunció que pondría fin a la producción de vehículos propulsados por motores diésel a principios de 2024. Este XC90 ensamblado en la fábrica de la empresa en Torslanda es el último ‘petrolero’ producido por el fabricante de automóviles sueco.
La marca propiedad de Geely no empezó a llevar un registro de la producción de coches diésel hasta 1991 y, desde entonces, ha fabricado más de nueve millones de vehículos. Si sumamos los producidos entre 1979 y 1991, de los que no se tienen cifras oficiales, la suma total resulta aún mucho más grande.
Volvo, marca eléctrica en 2030
En 2017, la firma nórdica anunció planes para poner fin al desarrollo de motores diésel. El mes pasado, el último vehículo de gasóleo para un cliente (un V60) se fabricó en Gante (Bélgica). Ahora, esta mecánica ha desaparecido por completo de la gama.
El siguiente paso es poner fin a la producción de vehículos con motor de combustión. Aunque otras marcas de lujo, como Mercedes-Benz y Bentley, han retrasado ese ambicioso objetivo, Volvo mantiene su plan de ser completamente eléctrica a finales de la década.
Coto al diésel
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) afirma que la cuota de mercado del diésel en Europa cayó del 16,4% en 2022 al 13,6% en 2023. Los vehículos eléctricos fueron más populares el año pasado al hacerse con una cuota del 14,6%, mientras que los híbridos enchufables representaron el 7,7%. Los coches de gasolina reinaron con un 35,3%. Los híbridos no enchufables representaron el 25,8% y otros tipos de propulsión, el 3% restante.